El próximo día 13 de abril, Uxue Bilbao Basket afrontará la primera final europea de su corta (13 años) historia. Un momento dulce en lo deportivo, que invitaba a soñar a todos los aficionados del conjunto vasco. Días de ilusión y de pasión, donde la masa social de Bilbao Basket ha demostrado su fidelidad con un club que ya se ha asegurado la presencia de unos mil quiniento aficionados en la ciudad belga en la final de la Eurocup que le enfrentará al Lokomotiv Kuban. El premio gordo, la presencia en la próxima edición de la Euroliga. Sin embargo, en los últimas días negros nubarrones sobre el presente y el futuro de Bilbao Basket han empañado este momento dulce en lo deportivo.

Bilbao Basket nació en el 2000 y en tiempo récord alcanzó la ACB. Durante la última década ha dado pasos de gigante hasta asentarse en la elite del basket español como uno de los proyectos más ambiciosos y con mayor recorrido de toda Europa. En su haber y en un muy corto periodo de tiempo, dos semifinales de Eurocup, otra de Copa del Rey, unos cuartos de final en su única aparición en Euroliga y una final de la Liga Endesa. El efecto Miribilla y la fidelidad de su masa social ya son conocidas en todo el viejo continente. Un club que ha crecido con unos pilares que parecían sólidos pero que en los últimos tiempos se han venido tambaleando.

El pujante proyecto deportivo liderado por Gorka Arrinda, máximo accionista del club, sufrió un par de golpes bajos muy duros en el inicio de la actual campaña, cuando ya se había configurado un presupuesto para la misma y los gastos estaban comprometidos. El primero fue la polémica tocata y fuga del entonces patrocinador Gescrap; el segundo, el anuncio por parte de la Diputación de Bizkaia de la desaparición de las ayudas concedidas al deporte profesional. Hasta ese momento, la aportación económica de la entidad foral, que apoyó fielmente este proyecto desde su nacimiento en el año 2000, suponía unos ingresos anuales de 1.5 millones de euros tras la renegociación de las condiciones producida a finales de 2011 (anteriormente había llegado hasta los 1.9 millones). Y es que el convenio de patrocinio, no hablamos estrictamente de una simple subvención, suscrito en 2009 (y vigente hasta el final de la temporada 2015-16) permitió a Bilbao Basket dar un salto de calidad, accediendo en ese momento a jugadores de la talla de Alex Mumbrú. 

Bilbao Basket llegó a un acuerdo extrajudicial con Gescrap para finiquitar su relación y se movió rápidamente paa obtener un nuevo patrocinador nominal. A primeros de diciembre, se conocía que la empresa biotecnológica Uxue llegaba a un acuerdo de patrocinio por cuatro cursos con el club bilbaíno, a razón de millón y medio por temporada (900.000 por lo que restaba de la presente). La entrada de este nuevo sponsor trajo tranquilidad al entorno de Bilbao Basket. Pero no por mucho tiempo…

Desde hace semanas existía un cierto run-run acerca de la liquidez del nuevo patrocinador, aunque en Bilbao Basket se mantuvo una confianza absoluta en Uxue. Pero todo explotó por los aires 48 horas después del pase a la final de la Eurocup. Casi sin tiempo para poder paladear el enorme éxito logrado en el aspecto deportivo, los aficionados del equipo bilbaino recibían con desasosiego la noticia de que Uxue aún no había satisfecho en tiempo y forma las cantidades concertadas para el presente curso, lo que había supuesto el retraso del pago en las nóminas de los jugadores y otros empleados del club. Una filtración que parecía realizarse como aviso a navegantes y como llamada de apremio a aquellos que pudieron coger el guante para echar una mano al equipo. Una jugada mal calculada, en cuanto que dejó en segundo plano lo deportivo para aflorar una cuestión preocupante que se había mantenido en la trastienda con la mayor discrección posible y que, todo indica, no hubiera salido a la luz hasta después de la final de Charleroi.

Desde ese momento, las noticias se han ido produciendo. El propietario de Uxue, Sergio Castro, dio la cara, afirmando que las cantidades comprometidas se irían satisfaciendo en un pago fraccionado, además de anunciar la presentación de un aval para garantizarlo.

A la espera del cumplimiento de esta promesa, un nuevo sobresalto en el camino hacia Charleroi: Adrien Moerman concedía una entrevista a una web gala en la que exponía la gravedad de los retrasos en los pagos de las nóminas de la plantilla de Uxue Bilbao Basket e incluso señalaba que los jugadores se planteaban la posibilidad de ponerse en huelga tras las celebración de la final de la Eurocup. Una nueva carga de profundidad contra el proyecto bilbaíno, que, a pesar del posterior desmentido del propio jugador galo y de las tajantes manifestaciones del capitán Alex Mumbrú negando rotundamente cualquier intención de plante de los Hombres de Negro, ya había producido un profundo daño a la imagen del club.

De los últimos hechos acontecidos se deduce que el problema económico de Bilbao Basket va más más allá de los 900.000 euros adeudados por Uxue, con los que, al menos oficialmente, se sigue contando, aunque sea con retraso. El agujero producido por la desaparición sobrevenida del patrocinio por parte de la Diputación Foral de Bizkaia es el más preocupante sobre un déficit que se viene acumulando en los últimos años. Aún no conocemos la versión del club por boca de Gorka Arrinda (máximo accionista y consejero delegado de Uxue Bilbao Basket) o de Pedja Savovic (presidente del club), pero tal vez tengamos noticias en los próximos días.

Es así que la victoria en la final de la Eurocup, que daría con el premio de una plaza de Euroliga para la temporada 2013-14, se presume como un balón de oxígeno para Bilbao Basket. Entrar en ese selecto club permitiría atraer nuevas inversiones públicas y privadas para mitigar el fuego. Una cita en la que, no lo dudamos, la plantilla de Bilbao Basket lo dará todo. A pesar del difícil contexto en el que están desarrollando su trabajo, su implicación en el proyecto bilbaíno está siendo total. Y querrán ofrecer a la afición el primer título continental para el club vasco.

A partir del 14 de abril … será hora de dar una respuesta a esta situación. No son buenos tiempos para el deporte profesional, que no es ajeno a la profunda crisis que sufre nuestro país. Pero es que si un proyecto tan atractivo en un mercado tan amplio como Bilbao Basket no es viable… es que pocos lo pueden ser. Tal vez será hora de dar un paso atrás para tomar impulso. Es posible que sea el momento de regresar a la clase media para volver a reforzar los pilares del proyecto. En todo caso, esperemos que esta historia tenga final feliz.