El Estudiantes sigue inmerso en un contínuo baile de jugadores. Tras la salida del camerunés Kenny Kadji llega Byron Mullens, un trotamundos de 2.13 metros y 31 años, con una interesante historia personal y que tiene en el tiro exterior una de sus principales armas de juego

Nacido en Columbus (Ohio), no tuvo una infancia fácil en la parte más conflictiva y peligrosa de la ciudad. Miembro de una familia de 5 hermanos, uno de ellos acabó en la cárcel por venta de drogas. Byron vio pronto que tenía que alejarse de ese camino y eligió el baloncesto, al igual que tantos otros, como válvula de escape. 

Pero su relación con las prisiones continuaría a lo largo de su vida. Conforme fue adquiriendo nivel baloncestístico, una de sus primeras decisiones fue impartir un curso de baloncesto en un centro de menores de su ciudad.

Estando ya en la Universidad (donde solo jugó un año para Ohio State) y, para costearse los estudios, tuvo que trabajar tanto de fontanero los fines de semana como de profesor en el Ross Correctional Institute de Ohio. En esta cárcel solía jugar con los presos al baloncesto. Años más tarde y ya como jugador de Oklahoma City Thunder, aprovechando el lock out de 2011, Mullens volvería a este centro para jugar con los reclusos. Siendo ya reconocido, los presidiarios le pedían que volviese la próxima vez con Kevin Durant o Russell Westbrook. Además le castigaban psicológicamente (como así refleja un documental de ESPN), cada vez que no acababa una jugada en mate.

Elegido en la posición 24 del draft de 2009 por Dallas Mavericks, llegó a jugar en cuatro franquicias NBA: Oklahoma City Thunder, Charlotte Bobcats, Los Ángeles Clippers y Philadelphía 76ers. Fue en los Bobcats donde dejó los mejores números de su carrera NBA (10.6 puntos y 6.4 rebotes en la 2012-2013). Jugó también en la G-league (Sioux Falls Skyforce y Lakeland Magic). youtube://v/pTpkkpKxZaE

Su primera experiencia fuera de Estados Unidos fue en China en el Shanxi Zhongyu (2014-2015). Después pasaría por Turquía (Torku Konyaspor, 2015-2016) y por Irán (Al Wasl Dubai y Sanat Naft Abadan BC). A final del año 2018 volvió a la G-league donde consigue grandes números (19.7 puntos y 11.1 rebotes en los Lakeland Magic). En 2019 decide volver a tierras asiáticas, para jugar con Levanga Hokkaid de Japón, continuando con las buenas prestaciones dejadas en la G-league (20.8 puntos, 10.1 rebotes y 2.3 tapones de media). Y esta temporada ha jugado en Corea del Sur, con el Busan KT Sonicboom, promediando 13.9 puntos y 9.2 rebotes.

Mullens tiene doble nacionalidad americano-inglesa y estuvo en la preselección de Gran Bretaña para disputar los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, aunque no llegó a jugar por culpa de una lesión en el pie.

Está claro que Mullens es un jugador talentoso, con gran capacidad anotadora, que debería potenciar una de las principales fallas de Estudiantes: el tiro de 3. Además, su presencia en la zona debería ser importante tanto en ataque como en defensa, ofreciendo puntos, rebotes y tapones. Un pívot que complemente al que ya se tiene: Víctor Arteaga. Por sus promedios, su avance estadístico estos años y sus cualidades técnicas se debería esperar buenos resultados de este jugador, pero el hecho de que lleve jugando en ligas tan poco competitivas en los últimos años (comparadas con la liga Endesa), dejan ese resquicio de duda. Si el jugador comprende y asimila rápido que está en una liga con más nivel que en las últimas en las que ha estado, puede ser de gran ayuda para el objetivo de la salvación colegial.

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