Primero quiero pedirles perdón por creer que desde mi posición tenga la firme convicción de que le puedo lanzar un consejo a todo aquel que tenga contacto con el baloncesto. Las dos personas sobre las que se basa este ensayo no son amigas ni tienen trato personal con el que dedica estas líneas; eso permitirá que me equivoque sin que el factor ‘amiguismo’ sea el impulsor.

El pasado fin de semana estuve en la gran Gerunda, Gerona, Girona. Entre monumentos y museos divisé una ciudad preciosa y, cómo no, acabé mi estancia en Fontajau, el fortín de murallas de cartón piedra que me acogió para poder echarle un vistazo al Akasvayu-Leche Río. Aquello era muy atractivo por ver el entorno que envuelve a un club de historia modesta en, ahora, piel de león. También por ver a un tipo del talento de Pete Mickeal y el no equitativo sacrificio del propio alero, el no talento de Joseph McNaul y el equitativo sacrificio del propio pívot infiltrado esa misma tarde.

Hasta entonces todo OK. Dos entrenadores en entredicho desde hace tiempo luchando con valentía por ganar un partido, más difícil queda ganarse un respeto. A López le han roto el cristal del coche alguna vez y le suelen abuchear gane o pierda. A Torres le dan patadas directivos (parte), afición (parte) y prensa (parte).

Recuerdo, hace unos meses, cuando le pregunté a Herreros y Bennett ¿tú serías entrenador? Y ambos gesticularon de forma casi convulsiva para reconocer: “los jugadores somos muy complicados” me dijo el primero. “No lo sé, me encanta este deporte pero no estoy seguro de que pueda disfrutar más en el otro lado, el banquillo” me dijo el segundo. Los entiendo y entiendo que sean tan cautos. Ambos tienen alma de equipo y son dos ganadores, un modelo a seguir.

Seguimos con nuestro contexto Akasvayu-Leche Río, espectacular el campo repleto y disfrutando. Rueda de prensa, me siento para escuchar las palabras de Edu Torres, antes de empezar, su rostro era sombrío, los ojos le brillaban y llegaban enrojecidos producto de una tensión anterior pero esa misma sensación parecía aún instalarse en el técnico. Durante el partido había visto que Fran Vázquez aún sigue pasando por una mala racha, al chico se le ve bajo de ánimos, Raül López y otros compañeros le dan palmadas. Mi pregunta es “¿Cómo está el ánimo de Vázquez?” Edu se muestra muy serio, duro, frío y directo, como aquel que se dispone a declarar frente a una amenaza, no obstante, esa misma silueta percibí antes de preguntar. En cinco o seis años no he palpado un ambiente igual. “Esto es un equipo profesional así que hay que pensar en el estado anímico del equipo, porque importamos todos. Sin embargo a mi también me preocupa cómo se sienta la gente individualmente”. Yo me sorprendí por el tono, sin embargo, tras oír la consecución de preguntas que me sucedieron (en su mayoría) entendí cómo iba la cosa.

El Akasvayu Girona no es el F.C. Barcelona y Edu Torres no es Pesic

Nadie quiere entender que Akasvayu es un equipo en construcción. En lo que afecta al juego y equipo y en cuanto afecta a mentalidad y situación. Nadie quiere creer que, por ejemplo (intencionado), con licencia para matar Pesic puede trabajar como trabaja, obviando la inmensa calidad del técnico serbio y elevado grado de autoexigencia.

Dicen que el año que viene Pesic entrenará al Akasvayu. Es… un Ferrari ¿no? pero sin los eslabones que comentaba Paco Torres en su revista Gigantes, un club no puede tener el equilibrio necesario para remar en la misma dirección. Cada uno a lo suyo, los que fichen que fichen cuando… toque, la prensa informamos más que juzgamos ¿no? No sé qué marca de coche tiene Torres pero seguro que si no tiene un buen conductor o se le pone mostaza en lugar de gasolina ya le pueden decir bye, bye al cacharro.

Charlando sobre varios temas con Felipe Coello pensé que podría ser una idea interesante para la AEEB, diarios, FEB y todo aquel que quiera ser mejor empreder Cursos de entrenador para periodistas o como quiera llamársele. Este párrafo no envuelve ninguna ofensa, sátira o cualquier otro ingrediente que pueda sulfurar a los más susceptibles. Es una propuesta que formalizaremos en Solobasket en breve a las entidades pertinentes. A partir de hoy entra firmemente entre nuestros proyectos. De hecho, entre ceja y ceja algunos de los que escribimos en este rincón de baloncesto pensamos muchas veces en meternos en la mochila de trabajo de algún técnico. Tal vez así entendamos que no entendemos tanto de lo que se escribe en esas pizarras. Que en un vestuario hay siempre frentes abiertos y que fuera de él aun hay más.

En una ocasión Johnny Rogers me comentó que “Drazen Petrovic se hizo así mismo, quiso ser mejor”. Creo que Fran Vázquez, ya que estamos en este terreno, se formará como jugador si lo desea y lo busca. Creo que los periodistas lo seremos si también lo queremos ser y lo buscamos.

Un saludo y perdonen el consejo.

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