En una temporada para olvidar, a Laboral Kutxa llegaban en el mercado de invierno dos bases norteamericanos de un perfil que normalmente no ha cuajado en exceso en nuestro baloncesto. Dos puros anotadores como Mike James (1.85/25 años), un saltarín que llegaba de ser el líder en esta faceta en la liga griega con el Kolossos, y Darius Adams (1.86/27 años),  otro base orientado al aspecto ofensivo que firmaba más de 18 puntos por actuación con el SLUC Nancy galo. En una liga donde, más allá del tridente Andre Turner-Mike Anderson-Elmer Bennett, pocos bases norteamericanos han logrado dejar su impronta en la historia de la ACB (en un nivel más modesto, podríamos mencionar a Aaron Jackson, que llevó a Bilbao Basket a la final de la ACB y los cuartos en la Euroliga, o la irrupción en Ourense del astronauta Darrell Armstrong), Baskonia se arriesgaba con dos jugadores de un perfil muy habitual en el basket turco, alemán o francés, pero minoritario en el nuestro.

Tanto Darius Adams (9 puntos y 2.4 asistencias en Liga Endesa y 12.2 puntos en Euroliga) como, sobre todo, Mike James (12.9 puntos y 2.9 asistencias en Liga Endesa y 11.1 puntos en Euroliga), demostraron ser jugadores de un enorme talento ofensivo y brillaron a cuentagotas (31 puntos de Adams ante CSKA; James, 24 tantos ante Valencia); pero Laboral Kutxa no acabó de funcionar. 

Llegó el pasado verano y con el aterrizaje de Velimir Perasovic Laboral Kutxa construía un nuevo proyecto con la intención de hacer borrón y cuenta nueva. Sonaron varios nombres para el puesto de base (LafayetteDiot, Strelnieks…). Todo indicaba que al menos un miembro de la dupla Adam-James saldría para dejar su puesto a un director de juego de otras características más "ortodoxas". Sin embargo, para sorpresa de muchos seguidores baskonistas, el club vasco activaba en ambos casos la temporada opcional firmada. Fue una decisión discutida, se entendía, en cierta medida, que obligada por las circusntancias de mercado e incluso económicas (dos bases de nivel al precio prácticamente de un jugón top Euroliga en su puesto). La duda que surgía era; ¿encajaría el juego de estos dos jugones con el esquema táctica y forma de entender el baloncesto de Velimir Perasovic? 

Las dudas se fueron despejando de forma paulatina. Laboral Kutxa comenzó la camapaña como un tiro. Con Ioannis Bourousis como capitán general, jefe de operaciones y director de orquesta, James y Adams contaban con toda la libertad del mundo para desplegar su juego. Además, Velimir Perasovic tenía la suficiente flexibilidad para no cohibir en ataque a sus dos bases, pero también les insuflaba su espiritu defensivo y bajo su mando han mejorado su lectura de juego. 

Pasaban las semanas y a pesar de los grandes números y sensaciones de Mike James y Darius Adams. la sombra de la duda seguía manteniéndose sobre las garantías que podían ofrecer estos dos jugadores en los momentos clave de la temporada, cuando se estuvieran jugando los títulos. La serie ante Panathinaikos dio una rotunda respuesta a esa incertidumbre. Los mejores Mike James (14.7 puntos, 5.7 rebotes y 3.7 asistencias ante el PAO) y Darius Adams (22.7 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias de media ante PAO) de la temporada lideraban a Baskonia en un histórico y tremendamente meritorio pase a la F4 de la Euroliga. Ya no cabe espacio para la discusión.

Los 41 puntos de Darius Adams (actual máximo anotador de la Liga Endesa) ante Montakit Fuenlabrada ha sido la última hazaña de esta pareja espectacular y letal que ha crecido de la mano de Velimir Perasovic. Retenerlos será misión prácticamente imposible. Los grandes del basket europeo, incluso alguno de nuestra propia liga, tocan ya a la puerta a un dueto que puede triplicar o cuadruplicar sus actuales emolumentos en su próximo contrato. Bien merecido lo tendrán.