El popurrí de parabienes que recibe el Real Madrid es abrumador. Pero más allá de los admirables e interminables estadísticas grupales, el estilo del equipo blanco provoca un efecto contagio en sus rivales que favorece el espectáculo. El conjunto madridista consigue que sus adversarios, incluso los que tienen un ADN más conservador, se pongan el mundo por montera y apuesten por ese ritmo diabólico con buenos porcentajes. Este escenario se repite, sobre todo, cuando los partidos son televisados a nivel nacional: Unicaja, Barcelona Regal, Uxue Bilbao Basket, Caja Laboral, Valencia Basket, Blusens Monbus y Asefa Estudiantes.

Un total 11 equipos de la Liga Endesa han superado su media anotadora contra el equipo de Pablo Laso. Solo Herbalife Gran Canaria, UCAM Murcia, Blancos de Rueda Valladolid, Unicaja, Cajasol y Asefa Estudiantes se han quedado por debajo. El público quiere identificarse con una hoja de ruta pegadiza y ahora tanto los fans del Madrid como los de sus rivales saben que sus partidos son garantía de espectáculo. Los encuentros del cuadro blanco son una oda al baloncesto desenfadado en los que también se abre una ventana para presenciar notables acciones defensivas individuales y colectivas.

Los fríos datos dictan sentencia. El Madrid es más productivo durante los dos primeros cuartos que en los siguientes 20 minutos. Los jugadores blancos se van al descanso con una diferencia media de 9,3 puntos. El problema para los equipos que consiguen plantarse con el marcador igualado en el tercer cuarto es que el conjunto merengue tiene capacidad para mejorar sus prestaciones defensivas y les asfixia con su fondo de armario. Solo tres equipos (Bilbao, Manresa y Barcelona) le han anotado más de 40 puntos en las dos partes. El Madrid identifica cuándo es necesario subir el nivel en defensa y, en cambio, tiende a relajarse cuando ha secado a su rival en la primera mitad. Si recibe al menos 39 en la primera parte, ajusta tras el descanso y encaja 34,6. Sin embargo, cuando le meten menos de 39 tantos en los primeros 20 minutos, el rival anota 42,5 en la segunda parte. A pesar de solventar sus citas con una diferencia media de 13 puntos, el Madrid también negocia con la templanza de un funambulista los finales enrevesados. Ha ganado los tres envites que se decidieron por una canasta: CB Canarias (86-88), Caja Laboral (83-81) y Valencia Basket (87-84).

El desgaste que supone estar cada tres días en una punta de España o de Europa obliga a repartir minutos y protagonismo. Como ya hizo años atrás Aíto en el Barcelona, Laso ha conseguido aquello a lo que todos los entrenadores aspiran: que sus jugadores sean productivos independientemente de sus minutos. El preparador vitoriano ha logrado que hasta 10 jugadores anoten en 14 de los 18 partidos de la Liga Endesa. Rudy Fernández es el que más juega con 24 minutos de media mientras que Rafael Hettsheimer, con 12, aparece como el que menos tiempo está en pista. Los 12 componentes de la plantilla tienen un saldo positivo en la estadística +/-, que lidera Sergio Llull con 12.

Durante muchos años, el Madrid miraba y sufría, impotente, la facilidad del Barcelona para jugar por encima del aro. Este curso los blancos lideran la estadística de mates y tapones. Y si se mezcla esta retahíla de números se obtiene una valoración media centenaria (102,61) mientras que su inmediato perseguidor, el Asefa Estudiantes, se sitúa en 90,18.

La noticia es que este equipo tiene dos flaquezas. La primera es la puntería desde el tiro libre. El 74,42% que presenta en la Liga Endesa le sitúa como el sexto peor conjunto de la competición. También es la asignatura pendiente en Euroliga: 73.7%. Marcus Slaughter es quien más debe afinar desde el 4,60 ya que presenta un 52% en España pero un 34% en Europa. El otro aspecto resulta tan pintoresco que merecería unas líneas en la famosa novela de Robert Louis Stevenson “El extraño caso del doctor Jekill y Mr. Hyde”. Mientras que el Madrid es el mejor equipo en triples anotados y en porcentaje desde el 6,75 de la Liga Endesa, presenta un pobre 33,5% cuando viaja por Europa. Este dato le sitúa como el octavo peor conjunto en este apartado, si bien es el sexto conjunto que más triples anota.