Calmado, pensando bien las respuestas, y hablando sobre los momentos más difíciles de su vida con calma, con certeza. Así es Robert Swift. Un jugador que pasó de ser elección de lotería, a perder su sitio en la NBA, y a reencontrarse con el baloncesto en Gijón tras conocer a sus propios demonios. Y al que nosotros, con motivo del 3×3 organizado por FIBA que se celebra en “O Marisquiño” de Vigo, hemos podido entrevistar.

Su historia comienza en Bakersfield, California. Allí es a donde fue transferido tras sus dos primeros años en el Graces Memorial. Y donde jugó sus años Junior y Senior allí, y dominó desde el primer momento. Aunque destacó especialmente en el último, en el que debía llamar la atención de los Scouts de la NBA. 19 puntos, 16 rebotes y 6 tapones de media muestran su capacidad para ser el mejor en ambos lados de la pista. Y así logró una beca para jugar en la USC (universidad en la que se formaron Nick Young, DeRozan o Brian Scalabrine). Aunque la acabó desechando para jugar en la NBA.

Robert Swift, un exNBA que ahora vuelve a disfrutar en Gijón

Fue la elección nº12 del Draft de 2004, y tras una primera temporada sin jugar, se asentó en la segunda, con buenos promedios y prestaciones en más de 20 minutos de media. El problema llegó cuando, en la temporada 2006-07, su tercera temporada, una lesión de rodilla le tuvo apartado todo el curso y bajó sus prestaciones hasta que, en 2009, se vio obligado a abandonar la NBA. Ya no tenía sitio.

Tras esta repentina retirada de la NBA, varios equipos de la Liga de Desarrollo, y la liga de Japón (Tokyo Apache) fueron los lugares en los que iba recalando, y en 2012 el mundo del baloncesto dejó de tener noticias de él (aunque sí las tenía en clave indirecta por sus problemas extracurriculares). Pero en 2018 todo cambió.

Llegó a Gijón, en un movimiento que sorprendió a propios y a extraños, y que ahora relata con una sonrisa admitiendo lo bien que se encuentra en la ciudad asturiana, lo adaptado que se siente en el equipo y las ganas que tiene de volver a empezar la temporada.

Entrevista

Has jugado en la NBA, en Seattle, en Oklahoma… y mirándolo con perspectiva, has compartido vestuario, has visto el inicio de la carrera de dos MVP’s de la NBA. Russell Westbrook y Kevin Durant… Se intuía lo que son hoy en día en el inicio de sus carreras? O crees que han sorprendido a alguien?

De ambos, desde su año Rookie podías ver que iban a ser muy buenos, pero lo más impresionante es Westbrook. Ya tenía intensidad como novato, y no ha parado en todos estos años. Todo el mundo dice que “no puedes ir tan duro, ya no puedes ir a más” y él les ha demostrado que estaban equivocados. Y ya era así desde el momento en el que fue drafteado.

Recordando esta etapa… ¿qué fue mal en la NBA? Llegabas como elección 12 del Draft, con potencial… y en 5 años ya no tenías sitio.

Para mí, personalmente, tenía que reevaluarlo todo. Necesitaba encontrarme a mí, quién soy, quién quiero ser. No solamente baloncesto. Y teniendo en cuenta lo difícil que fue todo, ahora estoy en España, me encanta Gijón, y soy feliz aquí, por lo que no puedo quejarme de nada.

Para intentar entenderlo desde fuera, te preguntamos a tí, que lo has vivido desde dentro. ¿Cómo funciona el proceso del Draft?

Para mí fue un poco distinto. Yo no hablé con ningún equipo, no hice Workouts, no fui al Combine, no fui a Nueva York al Draft… pero sabía que tenía una posibilidad, aunque no estaba seguro. Tenía planeado ir a la Universidad, pero quería ver qué pasaba… y funcionó al ser elegido en el Draft.

¿Cómo fue tu reacción al ver que habías sido escogido con el pick 12 del Draft de Seattle?

Lo primero que pensé fue que no podía creerme que me hubieran escogido en la Lotería, y justo después pensé que no había estado nunca en Seattle, no conocía nada de la ciudad, solamente conocía el equipo pero nada más.

Supongo que ya te lo habrán preguntado pero, ¿cómo se dio tu llegada a Gijón?

Justo lo que te conté antes, necesitaba reevaluar, tras haber pasado por buenos momentos y muy malos momentos, y ya tenía todo pensado, ya sé que quiero, ya sé quién soy. Después de hablar con el entrenador en Gijón antes de venir la temporada pasada, vi que tenía una forma de pensar parecida a la mía, y me encantaba la idea de poder jugar para alguien que piensa como yo. Y ahora estoy aquí, y me encanta.

Ahora estás aquí en el 3×3, y en las próximas Olimpiadas va a ser deporte olímpico. ¿Qué opinas de estas competiciones de 3×3? ¿Es tan diferente al baloncesto como se suele decir?

Para los americanos no. Crecemos jugando 3×3, así es como empezamos a jugar al baloncesto. Esto es más organizado, pero así aprendemos a jugar. Y estoy contento que sea algo tan grande y bueno, y gente pasándolo bien, y compitiendo.

¿Cómo se dio que vinierais a jugar? ¿Qué te convenció para venir?

Sinceramente, Rubi (Alex Rubiera) me preguntó si venía, y yo le dije que sí, al momento.

¿Y qué es lo que esperáis de este torneo? ¿Ganar, ir a Berlín…?

Una vez aquí, la competición es mejor de lo que pensaba y estoy feliz de ver aquí a gente jugando, que lo saben hacer bien. Para nosotros, nuestro objetivo es hacerlo lo mejor posible representando a Gijón. Ganar claramente sería un bonus, pero para mí lo grande es venir aquí representando a Gijón, es importante.

El año pasado en Nacional, este año que viene LEB Plata… ¿Cómo ha sentado este ascenso en la ciudad y en el grupo?

Honestamente, llegué aquí, a España, hace 4 días, pero la verdad es que tengo muchas ganas de jugar la próxima temporada, estoy deseando que llegue.

¿Te sientes con posibilidades de hacer algo grande en España, en Gijón? ¿Y de llegar a la ACB? ¿Lo ves algo imposible o crees que la posibilidad está ahí, existe?

Es posible, la oportunidad estará ahí, pero todavía no hemos empezado como equipo, así que estoy esperando estar en mejor forma cada día, y aprender más español para asentarme de verdad, quedarme, y ver qué es lo que pasa.

Se te ha podido ver bien en la pista, este último año, ahora en el 3×3, en buena forma física… ¿Antes de llegar llevabas tiempo, por así decirlo, preparándote físicamente?

Sí, he pasado todo el verano entrenando, aunque he parado estas últimas dos semanas para descansar y relajarme, y probablemente descanse otra semana más para adaptarme al horario, y ponerme en forma antes de empezar la temporada.

En la NBA has jugado contra algunos de los más grandes del baloncesto: Shaquille, Tim Duncan, Yao Ming, LaMarcus Aldridge… ¿cómo fue jugar contra ellos?

Lo primero es que tenía 18 años y estaba jugando contra veteranos de 10, 15 años en la Liga, por lo que al principio estaba nervioso la mayor parte del tiempo. Pero acabé utilizando eso como una motivación para mejorar, para verlos y ver como juegan contra mí, y aprender lo máximo posible, y siempre crecer como jugador.

¿Quién era el más difícil de defender? ¿Y de atacar?

Shaq, estaba loco, y era muy fuerte. Nené o Erick Dampier, porque eran muy buenos, muy fuertes, y eran mayores que yo por lo que tenían esa experiencia que no tenía, y veían mucho antes que yo lo que iba a hacer y me ponían las cosas muy difícil.