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Los inicios de Eduardo Kucharski. Por Justo Conde

  • Se conocieron desde muy jóvenes. Justo estuvo allí. Ahora nos cuenta qué paso hace más de 70 años. Así nació la primera estrella del basket

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Eduardo Kucharski charlando con Justo Conde
La triste noticia, aunque no inesperada, dada su múltiple y delicada salud, de la muerte de mi viejo y admirado amigo Eduardo Kucharski González a los 88 años de edad. El primer gran mito del baloncesto español en toda su ya larga historia, me ha llevado a recordar aquella tan lejana etapa de nuestra juventud, en que se inició nuestra relación primero como co-socios. Más tarde cordial amistad entre mito y periodista, en aquellas modestas instalaciones pero posiblemente casi únicas en pleno ensanche de la Barcelona de postguerra, como eran las del C.D. Layetano (hoy C.E. Laietà) de la calle Viladomat, chaflán Rosellón, ya demolidas en pro del preponderante urbanismo de los años sesenta del Siglo XX.

Y por consecuencia, me ha llevado a rebuscar entre mis preciados recuerdos periodísticos,  el más amplio reportaje que se le hizo entonces al ya mítico Kuchi, tras haber decidido golgar las botas tras cumplir su 50 partido internacional, cifra realmente importante si advertimos que en aquellos tiempos de entre y post guerras, nuestro basket no participaba  en los tres grandes eventos de la FIBA. Simplemente se jugaban un par o tres amistosos  anuales con Portugal, Bélgica, Suiza o Francia y, cómo  máximo logro, en los novedosos Juegos del Mediterráneo ya entrando en los cincuenta.

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Eduardo Kucharski junto a su padre a principios de los años 30
Y releyendo dicho reportaje, de cuatro entregas mensuales a doble página, en la revista/boletín de la FEB “Baloncesto”, me brindaba el curioso y bonito detalle, que quizá mucho viejales conoce ya, pero no ya la inmensa mayoría, de que el juvenil Eduardito Kucharski, inició sus primeros pasos en el deporte, sobre el césped del histórico estadio del RCDE en la Avenida de Sarriá y de la mano del campechano entrenador Pasabalón de aquella legendaria “Peña Saprisa” cuna inagotable blanquiazul, de cuyo reportaje me place reproducir el grabado de la foto que me cedió el propio Kuchi de su álbum familiar para dicho reportaje, que dicho sea de paso, fue mi primer gran, por su extensión, trabajo periodístico de mis primeros tiempos de plumífero.
Esta frustrada historia futbolera de Kuchi, vino motivada por pura y comprensible lógica. La familia Kucharski González, vivía en el entresuelo del número 361 de la calle Viladomat y en cuyos bajos, el padre tenía su modesto taller metalúrgico de tornillería; dos números más arriba, mi tío Julián, tenía su hábitat y taller de lámparas; la relación familiar pues era excelente. Eduardito cursó estudios en el Colegio San Miguel de la cercana calle Muntaner, y algún “mosen” o padre de alumno de sentimiento perico, debió empujarlo hacia Sarriá a probar suerte tras advertir sus grandes posibilidades pateando cuero, pero… Sarriá quedaba muy lejos del hogar, mientras que a poquísimos metros del mismo, se hallaba el simpático club familiar C.D. Layetano, con su atractiva piscina y demás instalaciones, entre las que Eduardito pudo descubrir sus grandes dotes para encestar lo que debió decidirle a querer ser alguien en este deporte. Pronto lo lograba al ganar con sólo 17 años su primer título de campeón de España. Y también en el Layetano, conoció a María Luisa, también jugadora de baloncesto y con la que casó.  Familia ciento por ciento baloncestista…

En definitiva, el mítico Kucharski, no pudo triunfar vistiendo la camisola con mangas listada verticalmente blanquiazul del RCDE, pero triunfó vistiendo los mismos colores aunque horizontales de la zamarra sin mangas del Layetano, por poco tiempo no obstante, ya que aunque en aquella época no podía hablarse en España de profesionalismo y sí de un extraño y anacrónico “amateurismo marrón” , el ya incipiente, ambicioso y poderoso vecino del barrio de Las Corts, se lo arrebataba impunemente mediante “mayores alicientes” y sin que la Federación Catalana y su Comité de Competición presidido por un tal Andrés Carbonell, objetara reparo alguno. Cuando existí a el reciente precedente de haber descalificado a nuestro RCDE por “profesionalismo” a causa de haber sido obsequiados sus campeones baloncestistas con una gabardina en premio a haber logrado el título de campeón de España en 1942. En fin… que este gran Kucharski, no quiso ser de los míos como perico que me precio ser, pero sí que lo fue como un baloncestista total y único.

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Caricatura de Eduardo Kucharski en un diario de la época
He querido dejar para el final, la faceta menos conocida del personaje, la de insumiso y contestatario que asumió en varias ocasiones. La primera, cuando dejó al Barcelona tras hacerle campeonar, para escuchar y aceptar los “mejores alicientes” del Juventud badalonés, con el que también llevaría a ganar el Campeonato de España por primera vez a los verdinegros en la final de Burgos en 1948, rubricando rápidamente su renovación para los badaloneses.  Este éxito badalonés, no fue bien visto en Las Corts, por lo que los azulgrana volvieron a coquetear con Kuchui, convenciéndole para firmar un contrato, lo que éste hizo, pensando que la “Penya” le liberaría de su compromiso como agradecimiento a su anterior éxito. Pero de ésto "nanay", le respondieron. Y como los verdinegros presentaban urgentemente las nuevas fichas para la nueva temporada y el Barça lo hacía después, pues a la Federación no le cupo más opción que la de descalificar al jugador para toda la temporada, en el caso de que ninguno de los dos clubs retiraran su ficha. Lo que no sucedió, y Barça prefirió con los gastos y mantener a su estrella inactiva. Algo que no se olvidaría en Badalona durante décadas. Y como en este amplio paréntesis, España debía intervenir en los I Juegos Mediterráneos en Alejandría, Kucharski renunció a su convocatoria, motivando la “coincidencia” de su boda.

Algunos años más tarde, viendo como se criticaba su labor como seleccionador, al aprovecharse del mismo, para fichar para su equipo Aismalíbar a los mejores productos del mercado (Emiliano, Guillen, Navarro, Bertomeu, Borrell y Riera) y que de inmediato eran seleccionados para el equipo nacional, optaba por dimitir del cargo y marchar de España, ante la insuperable oferta que le hacía la Virtus Minganti boloñesa, señalando un nuevo récord en su palmarés, como  primer técnico español exportado. Su retorno a España, lo mantuvo alejado de las pistas, aunque nunca del basket, al que retornó cuando Aismalibar se disolvió, y el Juventud acogía a casi todo el bloque del desaparecido club de Montcada, con su ex entrenador incluido. El resto, es ya sobradamente conocido.


Que Dios te dé el descanso eterno mi querido amigo Eduardo. Nunca te olvidaremos.

Sobre el autor

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Comentarios

Como tenemos premios Goya en cine, o premio Velázquez en Artes Plásticas, podemos tener una Copa Kucharski!

La culpa es siempre del Barça. Ellos son los que siempre fichan ilegalmente y destrozan a clubs pequeños, ¿no?. Pues no ha sido asi. Ya esta bien de falsificar la historia.

En Croacia la copa lleva el nombre de Cosic. En serbia de Radivoj Korac. En España no hay históricos por lo visto...

Uriz, vamos a lanzar tu idea a modo de propuesta a ACB a través de Solobasket:

https://www.facebook.com/Solobasket

¿Tienes twitter? La idea es tuya, te nombraríamos.

Gracias.

Salu2.

 

 

 

no tengo, gracias. Toda la idea de recordar nuestro pasado y glosarlo en una obra es sólo vuestra. Sois vosotros el impulso, luego la idea que lanzo no es sino la idea de uno más de la comunidad. Me sabría mal que fuera en mi nombre. Un saludo.

¡Qué bueno Uriz! Tú, siempre agudo, aunque esa posibilidad, entiendo, no es factible habiendo monarquía.

aunque el monarca no haga acto de presencia en la mayoría de las ocasiones ni para entregar el trofeo. De todos modos Yugoslavia también tuvo a Tito y no recuerdo que ningún trofeo llevara su nombre. Las diferencias de concepto "baloncesto".