El jugador que saltó a la cancha el pasado domingo (en el que su conjunto se impuso en Sevilla) no era Marcus Fizer, el jugador no estuvo, simplemente.

Fizer no se encuentra en su mejor momento anímico, pues el jueves recibió la noticia del fallecimiento de su entrenador -en los Austin Toros de la NBDL-, Dennis Johnson, “cuando salía de Carrefour y me llamó mi agente para decírmelo”. “Era una gran persona y un gran amigo, como entrenador fue –en el buen sentido- extremadamente duro conmigo, me exigía mucho esfuerzo y me lo ponía todo claro. Sabía lo que quería. Guardo excelentes recuerdos de él, tanto fuera como dentro de la pista. Él fue el que me devolvió las ganas de jugar”, finalizó el ala-pívot del Polaris World C.B. Murcia.

Un trozo de baloncesto fuera de la vida de todos, sobre todo de la del jugador de Michigan.