Milan Gurovic llegó a Barcelona en 1998 de la mano de ilimitadas expectativas, fama y firmando un contrato de récord. Ese es el inicio hasta la primera línea de fuego, 7 años más tarde sus frustrados intentos por ser un jugador NBA (estuvo a punto de firmar por Cleveland Cavaliers) o de afincarse en un equipo importante de Europa han desconcertado la carrera de un jugador que supuestamente debía estar algún día en los libros de historia. No obstante, este año, ofuscado por depresión puso un interrogante en su carrera.

Ahora las perspectivas del alero parecen haber tomado buen rumbo y tras su fichaje en Badalona se ha subido al carro del juego de equipo y los buenos resultados, olvidando así contratos, minutos y protagonismo por victorias y compromiso. “En la época del Barcelona me enfadaba mucho si tan sólo jugaba 20 minutos, pero ahora tengo 29 años y pienso diferente. Si juego cinco minutos lo acepto”.

Sobre su futuro en Badalona ha respondido: “Me gustaría quedarme, claro que sí. Si llegamos a un acuerdo en el que las dos partes estemos de acuerdo no habrá ningún problema”. A lo que añadió “el Joventut es un gran club con muchos títulos. Tiene 75 años de historia y es uno de los equipos más grandes”.