Al Real Madrid Baloncesto han llegado, a lo largo de su historia, jugadores con talento contrastado, jugadores con proyección, jugadores de los que se esperaba mucho y quedaron en nada… pero pocas veces llega a su vestuario una historia tan curiosa como la de Trey Lyles. Desde los patines del hockey hasta las canchas improvisadas en la oscuridad, el nuevo ala-pívot blanco forjó su carácter en un camino tan poco convencional como inspirador.
De Saskatoon a la élite del Real Madrid
Nacido en Canadá y criado en Estados Unidos, Trey Lyles no siempre tuvo el baloncesto como primera opción. En sus primeros años, como muchos jóvenes canadienses, probó suerte en el hockey sobre hielo —llegando a ser portero— y también en el béisbol. No fue hasta que su familia se trasladó a Indiana, con apenas siete años, cuando el baloncesto entró de lleno en su vida de la mano de su padre. Algunos en la NBA dicen que a Lyles le han quedado “formas de la NHL”, sobre todo cuando ha de enfrentarse a un conflicto en la cancha.
Baloncesto y rutinas de exigencia
Su historia está marcada por la exigencia. Durante la secundaria, pasaba hasta seis horas al día en el pabellón Armstrong junto a su padre, Tom Lyles. El propio Tom recordaba cómo su hijo le despertaba cada mañana para entrenar antes de ir a clase: “Algunas de esas mañanas no quería levantarme. Trey venía y me decía: ‘¿Papá, vamos al gimnasio esta mañana?’ Y no podía decir que no aunque quisiera… se convirtió en la norma para él”.
No solo entrenaban: también analizaban juntos vídeos de leyendas como Bob Cousy, Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan, Scottie Pippen o Hakeem Olajuwon. Una formación casi artesanal que combinaba técnica, cultura y pasión por el juego.
Entrenar en la oscuridad: los orígenes del nuevo fichaje del Real Madrid
Uno de los métodos más curiosos fue practicar en parques por la noche, cuando apenas había luz, el padre de Trey Lyles lo manifestó en una reciente entrevista: “Mi filosofía era que, si puedes lanzar sin ver bien el aro y anotar gracias a tu forma, o botar el balón sin verlo del todo, entonces vamos a tener buenos cimientos con los que trabajar”. Esa disciplina no solo forjó su técnica, también su carácter competitivo y una capacidad de armar el tiro sin mirar el aro que le otorga esos milisengundos de ventaja sobre su defensor tan necesarios en un tirador.
Trey Lyles, un talento precoz del baloncesto canadiense
El salto de calidad llegó pronto. Con apenas 18 años, Lyles ya estaba considerado por ESPN como el sexto mejor ‘prospect’ NCAA en 2014, tras brillar en el instituto Arsenal Tech de Indiana. Allí fue campeón estatal, McDonald’s All-American y elegido mejor jugador de secundaria en el estado, un galardón que comparten nombres como Greg Oden, Eric Gordon o Glenn Robinson.
Aunque creció y se formó en EE.UU., Lyles nunca olvidó sus raíces. Ha representado a Canadá en categorías inferiores, conquistando un bronce en el Mundial U18 y destacando en el U19 como tercer máximo anotador del torneo. El técnico Roy Rana, que lo dirigió en esas competiciones, definió así su perfil: “Su habilidad es completa. Puede manejar el balón, pasar, jugar de espaldas al aro… No tengo dudas de que es un jugador NBA”.
Llega el jugador canadiense a un Real Madrid necesitado de un jugador total como lo es Lyles, capaz de dar un salto de calidad a cualquier plantilla, todo un lujo NBA para la Liga Endesa y la Euroliga. ¿Qué hitos será capaz de marcar en su año de debut en el viejo continente?