El Fontajau se prepara para una nueva batalla de Liga Endesa intensa. Este sábado, a las 18:00 h, Bàsquet Girona recibe a Covirán Granada en un duelo clave por el equilibrio en la zona baja de la tabla. Ambos vienen de ganar. Quien consiga encadenar se lleva premio. En el centro de todos los focos, un jugador que parece estar despegando en Girona…
Otis Livingston, el motor al que temen en Granada
La seguna victoria del curso de Bàsquet Girona tiene nombre y apellidos. Si que es cierto que el rendimiento de Pep Busquets está siendo excelso en este inicio de curso, pero Girona se vuelve más peligroso cuando Otis Livingston está bien. Ante el Barça fue así. Ahora Granada quiere evitar a toda costa que el base americano repita actuación. Otis Livingston II promedia con Bàsquet Girona 10,6 puntos y 5,8 asistencias por partido, con un 40 % en triples y más de 30 minutos de juego en la Liga Endesa 2025-26.
Se ha convertido en una pieza clave del engranaje ofensivo y creativo del equipo. Más allá de sus puntos, su capacidad para dirigir el juego, generar tiros para sí mismo y para sus compañeros, y mantener el ritmo del equipo le otorga un valor estratégico enorme. Su presencia en cancha obliga a las defensas rivales a ajustarse constantemente, abriendo espacios que benefician a todo el colectivo. En partidos ajustados, su lectura del juego y su capacidad para decidir en momentos críticos lo convierten en el referente que puede inclinar la balanza a favor de Girona.
Coviran Granada, obligado a contenerlo
Covirán Granada afronta uno de los mayores retos tácticos de la jornada: contener a un jugador tan eléctrico como Otis Livingston II sin contar con bases de perfil físico. Ni Lluís Costa ni Rousselle destacan por su envergadura o potencia defensiva; ambos son directores inteligentes, con buena lectura del juego, pero sufren ante rivales explosivos en el uno contra uno. Livingston, con su primer paso fulgurante y capacidad para cambiar de ritmo, puede convertir cada bloqueo en una amenaza real si encuentra espacio o desajuste en las ayudas.
Ante esa situación, Ramón Díaz podría optar por una defensa más creativa. No sería extraño ver a Granada utilizar a un exterior más atlético, quizá un escolta o alero, para frenar los primeros movimientos de Livingston y forzarle a soltar el balón. También podría recurrir a defensas mixtas o cambios automáticos en los bloqueos para proteger a sus bases de un emparejamiento directo. El objetivo será claro: romper el ritmo ofensivo del estadounidense antes de que se adueñe del partido desde el perímetro o el pick and roll.