El Valencia Basket ha tenido una pretemporada atípica y complicada. Bajo la dirección de Pedro Martínez, el equipo apenas ha podido trabajar con el grupo completo: muchos jugadores estaban concentrados con sus selecciones en los distintos torneos. Han regresado poco a poco, algunos con problemas físicos añadidos que han terminado en lesión. El club se ha visto obligado a reaccionar rápido para no llegar mermado a las primeras citas oficiales del calendario.
El enigma de las bajas y el hombre que llega del vacío
Las lesiones han golpeado al Valencia Basket de forma implacable: Jean Montero pasó por quirófano tras dañarse un ligamento en la mano derecha, Xabi López-Arostegui sufrió una fractura en la izquierda y Brancou Badio cayó con una lesión muscular en el muslo. Tres bajas sensibles en posiciones exteriores que han dejado al equipo sin generadores, sin anotadores consistentes y, sobre todo, sin profundidad de plantilla. Un contratiempo que obligaba a reaccionar de inmediato para no comenzar la temporada a contrapié.
La respuesta se llama Ike Iroegbu, base-escolta nigeriano de 30 años que firma por un mes. Su llegada no solo responde a la emergencia numérica, también a la necesidad de un perfil dinámico que pueda inyectar velocidad al juego. Iroegbu ofrece lo que Valencia necesita en este momento: intensidad, puntos rápidos y experie ncia en la Liga Endesa tras dos temporadas en Girona, donde se consolidó como un anotador fiable y capaz de desequilibrar partidos con su energía ofensiva.
El misterio de la Supercopa y la prueba del fuego inmediato para Valencia Basket
El calendario no da tregua y la primera gran cita oficial está a la vuelta de la esquina: la Supercopa Endesa en Málaga, los días 27 y 28 de septiembre. Valencia Basket se medirá al anfitrión Unicaja en semifinales, un duelo de máxima exigencia. Para Iroegbu, este torneo será su carta de presentación, una oportunidad inmediata de demostrar que puede sostener al equipo en ausencia de sus compañeros lesionados. Su contrato temporal convierte cada minuto en un examen, y la Supercopa será la prueba más dura de todas.
El pasado en Girona respalda su capacidad para rendir en escenarios así. Con el conjunto catalán, Iroegbu fue uno de los exteriores más explosivos de la competición, destacando por su rapidez en transición y su facilidad para encontrar tiros en situaciones complicadas. Ahora deberá trasladar esas virtudes a un Valencia que necesita respuestas rápidas y efectivos que no se arruguen bajo presión. La incógnita es si su impacto será suficiente para que el equipo arranque la temporada con un golpe de autoridad en el primer título del curso.