Y ahora, ¿qué? Esa es la pregunta que debe de estar pasando por la cabeza de todos los aficionados del C.B. Valladolid en estos momentos tras la rueda de prensa en la que Mike Hansen ha anunciado su dimisión al frente del club morado. La situación es tan grave, se ha conocido que hay hasta 7 millones de deuda, que el ya ex-presidente se ha visto incapaz de afrontarla.
Hace apenas dos meses Hansen ascendía a la presidencia del club pucelano con ilusión y ganas de emprender un nuevo proyecto que aportara estabilidad, pero se encontró con un agujero económico mayor de lo esperado, que maniataba cualquier tipo de operación en lo deportivo y dejaba una única vía de escape: hacer frente a la deuda de 7 millones de euros.
Tras estos dos meses de búsqueda de patrocinadores y negociaciones con el Ayuntamiento, accionista mayoritario del club, no se ha encontrado solución al problema económico y Hansen se ha visto superado por la salud de un paciente que se encuentra en estado crítico.
Así, el club queda de nuevo en las manos de la Fundación Baloncesto Valladolid. Faltan por conocer, por tanto, cuáles son las perspectivas de la nueva directiva (que ya asumiera el cargo tras la marcha de José Luis de Paz la pasada temporada), pero de momento nos encontramos con unos empleados a los que se les adeuda cerca de un año, con un único jugador en la plantilla (Antonio Izquierdo), sin entrenador y a poco más de un mes para el inicio de la temporada 2013/2014. ¿Nos encaminamos a una liga de 17 equipos?