La convulsa temporada del Club Baloncesto Valladolid podría empezar a ver una luz al final del túnel. Tras un ejercicio complicado en lo económico y en lo institucional, parece que desde el Ayuntamiento de Valladolid se está catalizando un cambio de rumbo en la entidad y la búsqueda de una nueva vía de estabilidad para el futuro del club vallisoletano.

Mike Hansen, actual responsable de las categorías inferiores del Club Baloncesto Valladolid, podría ser el encargado de encabezar el proyecto si se confirma la información que avanza Tribuna de Valladolid, en la que se relata que el exjugador podría ser el nuevo presidente del club, puesto vacante desde la dimisión de José Luis de Paz.

Desde el Patronato de la Fundación que rige el club, con la mediación del Ayuntamiento de Valladolid, se están acelerando también las negociaciones para intentar conseguir un nuevo espónsor principal, para ocupar el hueco que dejará la marcha de Blancos de Rueda tras cuatro temporadas como patrocinador principal del club vallisoletano.

Son momentos cruciales para el CB Valladolid, club que lleva varias temporadas atravesando dificultades económicas y que se tuvo que someter a un procedimiento concursal del que salió en diciembre de 2011.

El club tiene que hacer frente, durante siete años, a los pagos de los 4 millones de euros de deuda a los que se comprometió en el convenio que ponía fin al concurso de acreedores. Cualquier denuncia de un acreedor por impago podría suponer el inicio de liquidación del club, de ahí la importancia en dotar de estabilidad económica al proyecto tras la marcha de Blancos de Rueda, que aportaba más de 400.000 euros por temporada.

Los problemas de liquidez han sido una constante ya desde la pasada temporada. Esta temporada han continuado y se han reflejado en lo deportivo con la marcha de jugadores como Tripkovic, Pat Ewing Jr, Othello Hunter o Renfroe, y con fichajes frustrados como el de Will Hanley.

Blancos de Rueda Valladolid ha sellado, a pesar de los enormes contratiempos económicos, su salvación en la cancha, pero ahora debe librar otra batalla, más dura si cabe, en los despachos, para dotarse de viabilidad para el futuro.