Querido LeBron,

Ya se sabe que tu año ha sido impecable y que tus éxitos han devuelto la sonrisa a una franquicia que, desde tu llegada, reina una conferencia Este cada vez más entretenida. Lejos quedan ya las camisetas quemadas y ya prácticamente nadie en Cleveland pronuncia la palabra "traidor" junto a tu nombre. La promesa con la que retornaste de Miami hizo tambalear los cimientos de la NBA y sus equipos, que veían cómo uno de los jugadores más completos del siglo XXI volvía a la ciudad que le vio crecer para ganar el anillo. En líneas generales, se puede decir que tu año natural ha sido sublime y que has ido escalando posiciones y te has colocado octavo en la lista de máximos anotadores históricos. En 2017 ya podrás decir que has pasado a figuras tan representativas como Robertson, Olajuwon, Hayes o Moses Malone y que tienes en el punto de mira a O'Neal y a otro pedazo de jugador como Nowitzki.

Pero tranquilo, que no hace falta enumerar todas tus proezas y todas tus estadísticas al detalle para que uno se dé cuenta de que has sido uno de los hombres más determinantes de la última década. El picor de las cuatro finales perdidas seguirá siendo la espina de una rosa formada por los tres anillos, pero no te preocupes porque, como todos saben, en el baloncesto juegan dos equipos y solo gana uno. Y es que, todo sea dicho, has perdido las Finales contra uno de los mejores tríos de la historia (Parker-Ginóbili-Duncan), contra el mejor baloncestista europeo de todos los tiempos (Nowitzki) y contra el equipo de un genio que ha reinventado el término baloncesto: Stephen Curry. 

Tres anillos, madre mía. Se dice pronto y a veces se olvida demasiado rápido. Has hecho del esfuerzo y del trabajo duro una forma de vida que te ha hecho conseguir un físico cada vez más desarrollado. Porque, la verdad sea dicha, no eres el mejor tirador de la liga ni tienes el mejor dominio de balón del mundo, pero has sabido mejorar tus puntos débiles para que no sean tan débiles. En un pasado fueron George, Iguodala o Green quienes supieron dar con la tecla acertada para desactivarte, pero este año los has batido y has dejado sin alternativas a los coaches que han ideado mil y una estrategias para pararte. Sencillamente, has sido imbatido. El grito de "Cleveland, this is for you" contenía todo el sentimiento aprisionado en el cuerpo de un humano que se empeñó en cambiar la historia de una franquicia. En ese aullido se acumuló toda la revancha y el orgullo que en ti anidaba. Esas últimas palabras, en suma, fueron la reivindicación de un héroe retornado.

Si preguntáramos a cualquier aficionado de la NBA, todos estarían de acuerdo en que la jugada más determinante del año, junto al triple de tu compañero Irving -al que no se le puede quitar mérito ninguno, claro está-, es el tapón que le colocaste a Iguodala. Más allá del momento, también crucial, y de lo que suponía para tu estadística, hay que quedarse con la energía con la que corriste la cancha y realizaste lo que ya se considera como "the block". Además, hay que quedarse con el "a quién". Como se ha dicho, Iguodala consiguió anularte el año pasado en muchos tramos, y ese gorro fue una bonita forma de decirle al mundo que este año eras tú quien se imponía a su bestia negra.

¿Te acuerdas de tu primer partido? Cualquier entendido de este deporte, sí. Contra Sacramento. 25 puntos. 6 rebotes. 9 asistencias. Pese a jugar con una presión increíble, lograste realizar un partidazo y, desde aquel día, has mantenido prácticamente esos promedios en 13 años. Desoye a quien diga que los árbitros siempre te han ayudado. A todos ellos se les debe decir que un árbitro no te hace ganar tres anillos; un árbitro no te hace llegar a los 27.000 puntos; un árbitro, al fin y al cabo, no te hace entrar en la Historia. Ah, y dudo mucho que los colegiados sean los jueces que dictaminan quién es elegido deportista del año según Sports Illustrated. Sinceramente, no veo a Joe Crawford o a Ken Mauer reuniéndose para votar a LeBron como deportista del año para dicha revista.

Ya lo deberás saber, pero pese a todo esto que se ha comentado, hay quien se empeña en excluirte de la lista de mejores jugadores de todos los tiempos. Y me gusta cómo afrontas esta situación y cómo respondes a estos comentarios: superándote y convirtiéndote en un jugador más completo. ¿Sabes? En estas últimas semanas se ha debatido, con motivo del 60 cumpleaños de Bird, si se te puede considerar el mejor alero de la historia de la NBA. Hay quienes piensan que todavía no, y hay quienes piensan que te mereces ese reconocimiento. Como en todos los aspectos de la vida, las opiniones son dispares. Pero en lo que todos coincidimos es en que has sido uno de los hombres más importantes de este 2016. Muchos se conformarán con que repitas lo hecho este año, pero es sabido que tu carácter no te permite pensar así; todos sabemos que aún te queda mucho por decir.