El nombre de Chet Holmgreen volvió a estar en órbita en la NBA. Tras sufrir la extraña lesión de Lisfranc el año pasado, la cual le impidió disputar la temporada pasada, el joven de 2.13 m de estatura y 2.25 m de envergadura volvió a vestir la camiseta de Oklahoma City Thunder después de 11 meses.

Holmgreen brilló en la Summer League, demostrando que las expectativas por su llegada a la NBA eran más que razonables, teniendo en cuenta sus cualidades: excelente manejo de balón y visión de juego para su altura, agresividad en la defensa del aro y buen tiro exterior. Sí, habilidades parecidas a las de Victor Wembanyama, pero con algunos centímetros menos.

CÓMO LE FUE A CHET HOLMGREEN EN LA SUMMER LEAGUE

Justamente hay una gran expectativa por ver a Holmgreen y a Wembanyama pelear por el premio al Rookie del año, y más teniendo en cuenta los números del interno de OKC en la Summer League: 15 puntos, 9 rebotes y 4 bloqueos en 29 minutos el martes; además de 10 tantos, 11 rebotes, 2 robos y 3 tapones el miércoles.

Además, Chet mostró un evidente cambio físico en los dos partidos que disputó en Salt Lake City para la Summer League que tiene su continuidad en Las Vegas este fin de semana. La noche del Draft de la NBA 2022 fue elegido pesando 88 kg, mientras que esta semana pesó 95 kg, mostrando una mayor masa muscular.

Este cambio físico podría dotar de mayores herramientas de dominio en la pintura para Holmgreen, permitiéndole ser más agresivo y combinar su increíble envergadura para ser un jugador temible bajo el aro. Es hora de cambiar la narrativa de que el bueno de Chet es un adolescente flacucho, con cara de niño.

“Estoy listo, si borraran mi memoria no sabría que le pasó nada a mi pie”, manifestó tras el partido del martes contra Utah Jazz en Salta Lake City en un intento de dar un mensaje a la liga, en caso de que sus 15 puntos y 9 rebotes no hayan sido suficientes. Es hora de que todos recuerden que hay otro unicornio en la NBA que está afilando su cuerno.