La doble ración de partidos se presentaba atractiva pero resultó insulsa con sendos triunfos visitantes sin apenas despeinarse. La noche en la que el hermano de Derrick Rose se quejaba en público de la falta de competitividad de los Bulls, los Heat se pasearon en Chicago en un duelo descafeinado (67-86). La emoción apenas duró 17 minutos. El choque estaba empatado a 28 y a Chicago se le agotó la gasolina. Un parcial de 0-13 para Miami, que ya suma 9 victorias seguidas, abrió una brecha que ya fue irrecuperable para unos Bulls desnortados e imprecisos. La avalancha de pérdidas del cuadro local (27) resultó un contratiempo constante y le penalizaba cada vez que trataba de inquietar a su rival. 

Lebron James sigue acariciando triples dobles con una facilidad admirable. La estrella de Miami tenía un reto anoche: romper su racha negativa en Chicago, ciudad en la que nunca había ganado con la camiseta de los Heat. Dicho y hecho. Se descolgó con 26 puntos (11/15), 12 rebotes  y 7 asistencias en 34 minutos. Dwyane Wade ha asumido con madurez su rol de guardaespaldas y completó otro partido notable con 17 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias y un +23 en su haber. En un partido pésimo desde la línea de 3 (5/23 entre ambos equipos), los Bulls dominaron el rebote pero firmaron su antoación más baja en esta temporada. Su 37% en tiros de campo impidió pensar en remontada. El doble doble de Carlos Boozer (12 puntos y 11 rebotes) y la actuación todoterreno de Joakim Noah (11 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) fueron lo único que se salvo de la quema en Chicago.

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Mucho antes se le fundieron los plomos a los Clippers frente a San Antonio. La estadística preveía una derrota angelina, tal y como había sucedido en 9 de las últimas 10 ocasiones tras el parón del All Star. Tony Parker se encargó de que esa previsión se cumpliera a rajatabla con 31 puntos (12/16), 7 asistencias, 0 pérdidas y un +31. Con Tim Duncan a medio gas (solo jugó 15 minutos) el base francés desequilibro el encuentro y maniató a Chris Paul, reciente MVP del All Star, que firmó una de las noches más negras de su carrera (4 puntos y 3 asistencias). Los Spurs dieron un puñetazo encima de la mesa en un escenario que se les había indigestado esta temporada con dos derrotas. Blake Griffin (17 puntos y 8 rebotes), que recibió cuatro tapones, y Jamal Crawford (18 puntos y 6 rebotes) mostraron cierta lucidez pero resultó insuficiente para unos Clippers que llegaron a perder por 34 puntos. El momento que despertó mayor entusiasmo entre los aficionados angelinos fue la canasta que anotó un fan desde el medio del campo para llevarse un coche nuevo a casa. 

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