Su madre se llama Sharon Stanford y fue novia desde el instituto de Patrick Ewing. En 1983 Sharon se quedó embarazada de Patrick Ewing Jr. (aunque el chico prefiere que le llamen Pat). Pero el ex jugador de la NBA, entonces en su segundo año universitario, no les acogió desde el primer momento excusando falta de recursos, eso sí, prometió a Sharon que en cuanto firmara un contrato profesional cedería una importante suma de dinero para asegurar el futuro de su hijo. Ewing y Sharon rompieron su noviazgo, pero el ex pívot cumplió su palabra.
Actualmente Patrick Ewing Jr. convive con la gracia y la desgracia de ser hijo del mítico pívot de la NBA. Comparaciones, más comparaciones. Eso le ocurre a cualquiera que tenga un padre famoso declara un resignado Pat.
Ewing Jr. tiene 18 años, pesa 97 kilos y mide 2.05. Tiene unas importantes cualidades físicas, es un gran defensor (elegido mejor defensor del año jugando con el High school Marietta donde promedió 13.8 puntos y 8.5 rebotes) y es hijo de una ex estrella de la NBA, no obstante, este verano en el Nike All-America Camp era uno más junto a los 200 chicos que se reunieron en Indianápolis.
En la cancha mostró espectáculo, energía y efectividad, aunque evidenció que no llegará a ser una estrella. Aún no ha recibido alguna oferta seria de ninguna universidad importante. Sin embargo tuvo la ocasión de desviar miradas gracias a la presencia en el campus de Darryl Strawberry Jr., hijo también de otro famoso deportista, el ex jugador de béisbol de los New York Meets Darryl Strawberry (estos días en una prisión de Florida por mantener negocios en el mundo de la droga y la prostitución).
Ahora ambos esperan con impaciencia incorporarse a la NCAA, y el deseo de los dos es uno, tener un nombre, pero el suyo, tener un identidad, pero la suya.