Se veía venir tras las últimas maniobras en Cleveland. Jarrett Jack y Sergey Karasev a los Nets y Tyler Zeller a los Celtics, primera ronda del draft de 2016 incluida, para un margen de casi 22 millones de dólares. En Miami estaban dispuestos a hablar e intentar retener al cuatro veces MVP de la NBA, factor decisivo en sus dos últimos anillos y estas cuatro últimas temporadas. El resultado: LeBron James vuelve a casa.
Hoy mismo publica Sports Illustrated su decisión y las razones para volver. "Antes de que a nadie le importara dónde iba a jugar al baloncesto, yo era un niño del noreste de Ohio. Es donde caminé. Es donde corrí. Es donde lloré. Es donde sangré. Ocupa un lugar especial en mi corazón. La gente allí me ha visto crecer y a veces me siento su hijo. Su pasión puede llegar a ser abrumadora, pero es lo que me motiva. Quiero darles toda la esperanza que pueda. Quiero inspirarles lo que pueda. Mi relación con el noreste de Ohio es más grande que el baloncesto. No me di cuenta hace cuatro años. Lo hago ahora".
Razones sentimentales para regresar, gracias a su condición de agente libre, a la franquicia que lo vio estrenarse en la NBA, y por las que según James está todo más que pensado. Reconoce su crecimiento como jugador en Miami Heat, pero también algo parecido a un error: "Estaba dejando escapar algo que me había llevado tiempo crear. Si tuviera que hacerlo todo de nuevo, obviamente me gustaría hacer las cosas de una forma diferente". Reconoce y declara su progresión junto a Bosh y Wade: "Miami ha sido para mí como el colegio para los niños. Estos últimos cuatro años me ayudaron a ser lo que soy. Me convertí en un mejor jugador y mejor hombre. Aprendí de una franquicia que había estado justo donde yo quería ir". Su segundo hogar, por tanto, clave para hablar de la decisión que hablamos ahora, y que resume así: "Creía que podíamos -Wade, Bosh y él- hacer algo mágico si nos uníamos. Y eso es precisamente lo que hicimos. Lo más difícil de dejar es lo que construí con esos tipos. He hablado con alguno de ellos y hablaré con los otros. Nada va a cambiar lo que hemos logrado. Somos hermanos de por vida".
También ha tenido palabras para Micky Arison y Pat Riley, y aclara que su aparición en Sports Illustrated es precisamente para dejarlo todo bien explicado y evitar la rumorología. Sin ruedas de prensa, sólo con esta declaración de intenciones y las ganas de ponerse a trabajar desde ya. Aclara que él buscaba campeonatos y los ganó, pero Miami ya conocía esa sensación y hace "mucho, mucho, mucho tiempo" que no la viven en Cleveland. Su objetivo no ha cambiado: ganar "tantos títulos como sea posible", pero ahora quiere llevarlos a su tierra y, si es posible acabar su carrera allí junto a su familia.
¿Qué promete James a su nuevo equipo? Responde: "No prometo un campeonato. Sé lo difícil que es conseguirlo. No estamos preparados en este momento, de ninguna manera. Claro que quiero ganarlo el año que viene, pero soy realista. Será un proceso largo, mucho más de lo que fue en 2010. Mi paciencia será puesta a prueba. Yo lo sé. Llego a un equipo joven y con un nuevo entrenador. Voy a ser el antiguo líder. Pero me emociona ofrecer un grupo unido y ayudarlos a llegar a un lugar al que no sabían que podían llegar. Me veo a mí mismo como un mentor y me emociona liderar a algunos de estos jóvenes con talento. Creo que puedo ayudar a Kyrie Irving a convertirse en uno de los mejores bases de nuestra liga. Creo que puedo ayudar a elevar a Tristan Thompson y Dion Waiters. Y no puedo esperar a reunirme con Anderson Varejao, uno de mis compañeros de equipo favoritos". Remarca LeBron tras acentuar que su presencia en Cleveland puede marcar un camino más allá del deporte: "En el noreste de Ohio, nada se da. Todo se gana. Trabajas para conseguir lo que tienes. Y estoy dispuesto a aceptar el reto".