el momento
El momento clave ha sido, como ya ocurrió en las Finales de 2017, para Kevin Durant. El 35 de los Warriors cogió el balón y con dos metros todavía de margen entre su posición con la línea de tres se levantó para poner un 100-106 que prácticamente sentenciaba el encuentro a 49 segundos de finalizar.
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la clave
La persistencia de los jugadores de los Warriors creyendo en el sistema ejecutado por Steve Kerr desde el banquillo ha sido la clave para conseguir una victoria que al descanso era poco probable a favor de los visitantes. La primera parte acabó con los Cavaliers mostrando una mayor agresividad que en partidos anteriores, pero es que también LeBron James se estaba sintiendo muy apoyado por Kevin Love y en momentos esporádicos por J.R. Smith.
Tras el paso por vestuarios, el parcial de 44-58 a favor de los Warriors daba la tercera victoria en las Finales de la NBA pasando de repartir 9 asistencias en el primer tiempo, a 18 en el segundo. Además, dominaron algo más el rebote defensivo para hacerlo con el ritmo en ataque y anotar 19 puntos al contraataque dejando en un mal día solucionado el 2 de 15 en tiros de tres que firmaron entre Klay Thompson y Stephen Curry.
el mvp
Kevin Durant llegó, vio y venció. Con 43 puntos, 13 rebotes, 7 asistencias y 1 robo el alero de Golden State Warriors se ha convertido en el jugador determinante para que los de la Bahía consigan el 3-0 en la serie. Con un 15 de 23 en tiros de campo, un 6 de 9 en triples y un 7 de 7 en tiros libres, demuestra que no había defensor que pudiera pararle.
De hecho, la defensa característica de estos Cavaliers con continuos cambios defensivos hacía que en cada ataque se viera emparejado con un ‘cavalier’ distinto, pero rara vez no sacó espacio y ventaja para anotar. O más concretamente, en NBA.com podemos apreciar como anotó 38 puntos ante 8 diferentes defensores, solamente Tristan Thompson se fue del Quickens Loans Arena sin que Kevin Durant le anotara en el rostro.
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la estadística
Golden State Warriors es el único equipo en la historia que ha hecho dos 3-0 en unas series de Finales NBA en dos temporadas de manera consecutiva. Y es que ningún equipo ha podido remontar un 3-0 en la historia de la NBA por lo que el puñetazo en la mesa de los Warriors en casa de LeBron James ha podido ser clave para repetir título por segunda campaña consecutiva, el que sería el tercero en cuatro años, y así entrar definitivamente en el olimpo de los dioses del baloncesto.