Se venían rumoreando múltiples destinos para Chris Paul, uno de los que más fuerte pujaban por el base eran los San Antonio Spurs, sin embargo, ésta tarde Adrian Wojnarowski ha soltado la bomba del mercado: Chris Paul será jugador de los Rockets hasta 2018, por medio de un sign&trade, que manda a Patrick Beverly, Sam Decker, Lou Williams y una ronda 2018 protegida a los Clippers.

Según anuncia el propio Wojnarowski ha sido la determinación de James Harden y Chris Paul de jugar juntos la que ha desequilibrado la balanza y ha hecho posible la llegada del base de Carolina del Norte a Houston.

Sobre el papel cuesta un tanto entender el movimiento, pese a que es obvio que juntar talento siempre es positivo, y más cuando entre los implicados existe química y buena conexión, es difícil comprender que los Rockets hayan optado por traer a un base, cuando el hecho de pasar a Harden a dicha posición le ha permitido hacer una temporada de MVP. Además, pese a la innegable capacidad directora de Chris Paul en cualquier ámbito, es difícil imaginárselo en el juego de run&gun que ha impuesto Mike D´Antoni al equipo.

Habrá que esperar, porque queda un largo verano por delante, pero la segunda bomba del verano NBA (tras el traspaso de Jimmy Butler en la noche del draft) deja una sensación dudosa.