A ver cómo ordeno mis ideas porque, como muchos de vosotros sabéis, la Penya es uno de los clubes de baloncesto que, por idiosincrasia, más me apasionan en Europa. Y me parece que aunque ha hecho fichajes muy ilusionantes, algunos de ellos incluso con pedigrí verdinegro, no me cabe duda de que se están inflando, peligrosamente, las expectativas de un equipo que volverá a ser el más joven de la Liga Endesa.
Inversión
Ha habido voces que han sobredimensionado la economía verdinegra tras la llegada de Ante Tomic y Pau Ribas desde el Barça. “La plantilla actual es un poco más barata que la del curso pasado. La gente habla de Grífols pero el propietario es Scranton, y lo que nos ha dado es estabilidad y garantías para hacer bien nuestro trabajo. Jordi Martí (Director deportivo del Joventut) ha hecho muy bien su trabajo y ha traído a cuatro jugadores (Tomic, Ribas, Bassas y Brodziansky) top con el mismo dinero” explicaba Carles Duran (entrenador del CJB), que acostumbra a ser muy vertical cuando habla con la prensa, al periodista Xavi Ballesteros en L’Esportiu.
Para mí una de las claves, la pandemia. El tiempo parado y los numerosos casos de contagios y fallecimientos ha hecho que los deportistas se replanteen muy mucho dónde vivir por seguridad, proximidad de la familia o, simplemente, si merece la pena hacer muchos cambios. Por otra parte, un tema recurrente, los agentes no sólo contemplan el dinero que se refleja en un contrato. ¿El club en cuestión paga con regularidad? ¿Sigue teniendo deudas con ex jugadores y ex entrenadores? No son pocos las entidades baloncestísticas atrapadas en ese bucle deudor. De hecho, ese era el perfil de todo un histórico como el Joventut de Badalona durante más de dos décadas. Ahora todo es diferente, desde que Scranton entró como inversor la entidad es otra. Es cierto que su presupuesto ya no es el de la parte baja de los equipos de la Liga Endesa. Prueba irrefutable, el fichaje de Prepelic el verano pasado o el de Tomic este año. Hablando con un sabio de esto como Xavi Saisó (La SER) me comentaba que desde el fichaje de Moka Slavnic en la 1977-78. No obstante, el cambio fundamental se ha reflejado en la desaparición de la deuda del club y no del propio… club.. Se han mejorado estructuras y su pabellón. Esto último creo que aún en esperanzador proceso. Estabilidad económica.
Otro de los grandes atractivos de los badaloneses es que el club sea, de siempre, uno de los más efectivos en formación de Europa. Esto hace que jugadores jóvenes y agentes acepten firmar por menos, siempre esperando que sus clientes sean mejores cuando dejen la Penya. Por último, ayuda a despejar dudas a los interesados en enfundarse la camiseta verdinegra que Badalona sea una ciudad costera y esté a tiro de piedra de Barcelona.
Nivel del equipo
Ha habido voces que, sin mala intención, han sobredimensionado el nivel de la plantilla. Y les pongo un ejemplo. En una reciente entrevista en Catalunya Radio se le felicitaba a Tomic por su fichaje y por formar parte de “un equipazo. ¡Vaya proyecto está montando la Penya!” comentaba con ilusión el periodista Jordi Costa en su ameno programa. El pívot, gato viejo y curtido en proyectos muchísimo más potentes, puntualizaba “mira, primero tenemos que empezar con la pretemporada y conocernos entre nosotros. Han fichado jugadores importantes de Liga Endesa. Según hablando con el coach, el club quiere seguir creciendo. Entrar en playoff, jugar la Copa del Rey y llegar lo más lejos posible en la Eurocup. Creo que en este momento sólo podemos pensar en esto. Luego, durante la temporada, ya veremos cómo van las cosas”. Es cierto que el Joventut ha hecho cuatro fichajes de muchos quilates y que han firmado contratos largos. A Tomic y Ribas se le han añadido Ferran Bassas desde el equipo que ha quedado cuarto en la Liga, y Vladimir Bordziansky, uno de los mejores 4 de la competición. Con toda la intención, se ha focalizado en hacer pocos pero buenos fichajes que vistan a un juvenil combinado. Generar un ambiente pedagógico pero también competitivo para facilitar el desarrollo de sus jóvenes promesas. Ese es el verdadero objetivo. Si este año no ‘lo petan’, se tendría que entener y tener paciencia para que lo hagan el siguiente pero que los chavales tenga minutos y margen para vivir el proceso error-aprendizaje.
Ya con la plantilla cerrada, la Penya muestra ser es un equipo de un potencial enorme y de una versatilidad, muchos de sus jugadores pueden jugar en varias posiciones, muy interesante. Es más, es un equipo que ‘mola’ mucho a su aficionado porque han repescado grandes jugadores que se formaron en el club. Sin embargo no es, ahora mismo, un equipazo. Para mí un equipazo, por el ejemplo, es el que ha construido el Valencia Basket, por no hablar siempre del Barça y el Real Madrid. Los verdinegros son un equipo limitado en efectivos para jugar dos competiciones y pretender optar a estar compitiendo hasta el final en ambas. “Tenemos una plantilla corta pero compensada” decía el propio Martí en unas declaraciones. 13 jugadores: 1, Arnau Parrado, que tendrá ficha con el equipo vinculado y 2, Shawn Dawson y Simon Birgander que llevan muchos meses sin competir por severas lesiones. Ni Birgander ni Dawson llegan a los 20 partidos en los dos últimos cursos. Birgander fue operado a principios de octubre del año pasado y no ha vuelto a jugar. Dawson sufrió una lesión del ligamento cruzado anterior y fue operado a principios del mes de febrero de 2019. A principios de noviembre de 2019 volvería a lesionarse de gravedad. Rotura completa del tendón de Aquiles de la pierna, de nuevo requería una recuperación de entre 6 y 8 meses. Si ninguno de los dos consigue cambiar la triste trayectoria de dos años para aquí el equipo tendrá problemas para alargar la temporada y/o clasificarse para la Copa. Si el sueco no puede subirse al carro, Arnau Parrado estará reforzar las rotaciones interiores. Si el israelí no pudiera, en este caso sería Pep Busquets el jugador elegido y tendría que ser repescado del Basquet Girona.
Química y mentalidad
Este primer año va a ser de lógica incógnita. De encaje y desarrollo de sus promesas. A favor, que el talentoso dúo fichado el verano pasado Prepelic-Omic, era una bomba de relojería por sus malos modos, personalidad egocéntrica y poco madura. “Son íntimos amigos y en algún momento no han entendido o no les hemos ayudado, y han salido del camino que queríamos [...] han hecho un grupo paralelo” confesaba Duran en la misma entrevista donde ahondaba aún más sobre Prepelic “le he intentado ayudar pero durante la competición ha perdido la cabeza” refiriéndose a su facilidad para recibir técnicas en los partidos. Para mí, el dúo Ribas-Tomic, en conjunto, no sólo está un tanto por encima en nivel, está a años luz en profesionalidad y madurez de los dos eslovenos. Y eso es lo que necesitan Zagars (20 años), Parra (20 años), Dimitrijevic (22 años), Birgander (22 años) e incluso Connor Morgan, que a sus 26 años está aún por mejorar muy mucho su toma de decisiones a pesar de haber mostrado ya que tiene una muñeca mortífera y muchos puntos en las manos. En eso, también ayudará muy mucho Ferran Bassas, pegamento en el vestuario y en la pista. No olvidemos que uno de las dudas de la plantilla se localiza en Neno Dimitrijevic. El jugador, que ya tuvo un mal detalle en el último partido de la Liga Excepcional y que se queda en el club un curso más, a pesar de haber ya firmado un contrato con el Valencia Basket, tendrá que volver a ganarse la confianza de Duran. “La Penya le hizo una oferta de ampliación de contrato muy buena. Nos dijo que no. Él debe tener sus motivos, y parece que el València lo puede adquirir. Si al final tiene lugar, será una buena operación para el Joventut, porque de aquí a un año acaba contrato y marcharía libre. Este año le he pedido más compromiso. Si se queda tendrá que tener claro que va hacia donde va el equipo y el club. Si no se sube al carro tendrá un año muy difícil. La Penya ya no juega para que la utilicen como trampolín. El Joventut juega para ganar. No es un escaparate para hacer sus números [...] lo que pasó en el último partido de la fase final, que no jugó porque supuestamente tenía problemas físicos ya son pasado”. Si no fuera porque en Valencia tienen cuatro bases, hubiera dicho que el macedonio no iba a acabar vistiendo verdinegra de nuevo.
Está claro que el CJB ha dado un paso adelante y que, obviamente, ya no es un equipo que se fija en no bajar pero ¡cuidado! Los veteranos tendrán que hacer trabajo extra asumiendo responsabilidades e intentado que el puzzle funcione así como TODOS sus entrenadores (¡No hay que olvidar el trabajo de Pau del Tío y Samaniego). Es de dominio público que en el club la primera opción para el ‘5’ era Jacob Wiley, un jugador opuesto a Tomic. Un falso 5 sin grandes fundamentos pero repleto de defensa, físico y energía que podía correr la pista como un exterior. Tomic es un 5 de 2.17 de 33 años, sesudo, con uno de los mejores juegos de pies de Europa en la pintura pero que sufre en la defensa del pick & roll, movimientos laterales y en la transición defensiva. Bordziansky, Morgan o el propio Tomic destacan por su envergadura pero no por su tono intimidador-defensivo-móvil. Reto apasionante, por madurar y encajar que requirirá de la PACIENCIA de todos.