La Virtus Segafredo Bologna sigue en caída libre en la Euroliga. Su octava derrota consecutiva, esta vez ante un Maccabi Tel Aviv ya eliminado de la lucha por los playoffs, ha encendido todas las alarmas en el equipo italiano. Y su entrenador, Dusko Ivanovic, no ha escondido su frustración.

DUSKO IVANOVIC NO CONSIGUE REANIMAR A LA VIRTUS BOLONIA EN EUROLIGA

El técnico montenegrino, a quien le aseguraron su estancia en Bolonia, dejó claro tras el partido que no tolera actitudes conformistas en su equipo: “Empezamos bien, luego tuvimos problemas con las pérdidas de balón y los rebotes ofensivos, pero sobre todo nos faltó mentalidad de equipo. Sobre todo en el tercer cuarto algunos jugadores jugaron como perdedores“.
 
 
“No me gusta la mentalidad de algunos jugadores. Para mí, cada segundo de cada partido es importante; para otros, en cambio, los partidos no lo son, y esto es inaceptable“, admitió Ivanovic, que se curó en señalar nombres propios, pero que dio a entender que tiene bien identificados a los jugadores que no están dando la talla.

LA FALTA DE CARÁCTER EN LA VIRTUS ES LO QUE MÁS IRRITA A IVANOVIC

El equipo italiano arrancó el encuentro con un sólido 2-12, aprovechando los errores iniciales del Maccabi. Sin embargo, la desconexión llegó pronto y el conjunto israelí tomó el control con un parcial de 32-8 entre el segundo y tercer cuarto. Rokas Jokubaitis fue el gran protagonista del partido con 19 puntos, bien acompañado por Jimmy Clark (14), Roman Sorkin (12) y Trevion Williams (10 puntos y 10 rebotes).
 
Por parte de la Virtus, Achille Polonara lideró la anotación con 15 puntos, mientras que Will Clyburn, en su regreso tras varias semanas de baja, aportó 13 puntos, 8 rebotes y 5 robos. Ante Zizic, con 11 puntos y 12 rebotes, completó la lista de destacados en un equipo que sigue sin encontrar el rumbo.
 

 
La Virtus Bologna acumula ya un preocupante balance de 7-23 en la clasificación de la Euroliga, con su última victoria remontándose a principios de enero. A falta de pocas jornadas para el final de una temporada regular que ha visto cómo incluso su directiva se resquebrajaba, el equipo de Ivanovic parece hundido, sin identidad y con un entrenador que, aunque es especialista en encender la chispa, se encuentra con una plantilla que no responde.