Mateusz Ponitka, uno de los aleros más destacados del baloncesto europeo, se sinceró y compartió su malestar tras una difícil temporada en el Partizan Belgrado bajo la dirección del legendario Zeljko Obradovic. Para Ponitka, esta etapa representaba una gran prueba de fuego, pero los resultados no fueron los esperados ni para el jugador polaco ni para el equipo serbio.

UNA TEMPORADA EN BLANCO PARA PONITKA EN PARTIZAN: “NO FUNCIONÓ”

La temporada estuvo marcada por altas expectativas, dado el prestigio de Obradovic -en lo que era su último año de contrato- como entrenador y la presencia de líderes clave en la pista que ya no están en sus filas, como Kevin Punter y Zach LeDay. Sin embargo, el Partizan no logró levantar ningún trofeo, dejando un sabor amargo para todos los involucrados. En una reciente entrevista para Basketball Sphere, Ponitka reflexionó sobre esos desafíos a los que se enfrentó y cómo estos impactaron tanto a nivel personal como colectivo.

“No funcionó. A lo largo de la temporada surgieron muchos aspectos diferentes y el entrenador también habló de ello, así que no digo nada nuevo ahora. Sin duda, fue una temporada decepcionante para ambos, por lo que al final nos separamos,” confesó Ponitka, quien vio su protagonismo reducido con Obradovic.
 
A pesar de la presión constante y las altas expectativas, Ponitka mostró un profundo respeto hacia el técnico y su enfoque meticuloso del juego. “Entiendo lo que dice Zeljko. Es un perfeccionista y siempre intenta enseñar a los jugadores una forma específica de jugar al baloncesto que también es la más efectiva y que le permite ganar trofeos y medallas, que ha ganado muchas veces. Sabe cómo ganar e intentó poner eso en práctica la temporada pasada y todas las temporadas de su carrera”, destacó el polaco.

“LO DISFURTÉ MUCHO, PERO…”

El ambiente en el Partizan, conocido por la apasionada y ruidosa base de seguidores conocidos como los ‘Grobari’, también fue un factor que Ponitka considera clave. Según él, la energía y el ambiente creado por los aficionados creaba el efecto contrario y a veces ayudaba incluso a los equipos rivales a elevar su nivel de juego, algo único en el panorama europeo. “Hay que acostumbrarse a que te apoyen y, muchas veces, los jugadores rivales juegan de forma diferente por ese ambiente que les empuja cuando juegan contra el Partizan”, comentó, subrayando la particularidad de jugar en un club con una afición tan influyente.

Ponitka, quien se despidió del Partizan al finalizar la temporada, reflexionó sobre su experiencia en Belgrado. Aunque expresó haber aprendido valiosas lecciones y haber disfrutado de algunos momentos, no pudo ocultar su frustración. “En algunos momentos lo disfruté mucho, pero nuevamente no pude hacer más,” concluyó el alero, dejando claro que esta etapa, aunque enriquecedora de algún modo en lo personal, no cumplió con sus expectativas ni las del club.
 
El futuro de Ponitka, ahora lejos del Partizan, queda ya encauzado a un club, pero lo aprendido bajo las órdenes de Obradovic será fundamental en el resto de su carrera. Mientras que Ponitka defenderá los colores del Bahçeşehir Koleji turco junto a otros fichajes como Marko Simonovic o Jaleen Smith, el Partizan se enfrenta a una reconstrucción casi total de su plantilla, buscando retomar la senda del éxito que esta última temporada les ha negado.