Es oficial. Xavi Pascual vuelve a casa. Pero su vuelta no es solo una vuelta emotiva, sino un movimiento estratégico para poner al club en la senda del éxito europeo. Confirmado hasta junio de 2028, Pascual hereda un equipo que atraviesa un momento complicado, con una plantilla desequilibrada y restricciones presupuestarias que podrían condicionar sus planes.

Con Barça Basket con dos carencias muy claras

En el centro de sus exigencias está la incorporación de un pívot de primer nivel, una necesidad urgente para fortalecer un juego interior deficiente con la figura de Willy Hernangómez y devolver al Barça la solidez que le permita competir al máximo nivel. Además, ha solicitado reforzar la posición de base, un jugador capaz de dirigir el juego con autoridad y creatividad. Trae Bell-Haynes parece haber cogido fuerza, aunque esta incorporación se contempla en un segundo plano frente al pívot.

El técnico de Gavá ha dejado claro que necesita voz y voto en la planificación del equipo, incluyendo fichajes y posibles salidas. Pascual no solo quiere entrenar, sino construir un proyecto sólido a medio plazo, replicando parte del éxito de su primera etapa entre 2008 y 2016, cuando conquistó la Euroliga y múltiples títulos nacionales. En ese sentido, la palabra del presidente Joan Laporta ha jugado una razón de peso en la decisión de Xavi Pascual de creer en la palabra del club

Un Barça Basket con una realidad económica muy diferente

La realidad económica del club complica la inmediatez de estas incorporaciones: el Barça no puede garantizar fichajes antes de enero ni un aumento significativo del presupuesto, lo que obliga a Pascual a gestionar un equipo limitado mientras planifica refuerzos futuros. La vuelta de Pascual también supone un estímulo para la afición y un revulsivo para el vestuario. Con una amplia experiencia en Europa y un palmarés probado, su llegada genera confianza y estabilidad, pero el éxito dependerá de la rapidez con la que pueda implementar su estilo y obtener resultados positivos.

En definitiva, las exigencias de Xavi Pascual combinan necesidades inmediatas en la pista con un proyecto estratégico a medio plazo. El pívot y el base son las prioridades concretas, mientras que su influencia en la gestión y la reconstrucción del equipo serán determinantes para que el Barça vuelva a brillar en la Euroliga y en la Liga ACB.