El Real Madrid no termina de carburar. La nueva era iniciada por Sergio Scariolo está teniendo un comienzo irregular e, incluso en sus mejores días, el juego no acaba de convencer. Podría entenderse como un proceso natural: un equipo asimilando una idea nueva, algo que también puede estar ocurriendo en otros proyectos de la Euroliga como Fenerbahçe, conscientes de que la temporada es una carrera de fondo. Sin embargo, algunas declaraciones recientes del técnico italiano sugieren que en la capital hay más dudas de las esperadas.
Crónica de una muerte anunciada en Milán: un Real Madrid incapaz de estar a la altura
El Madrid comenzó de la peor manera una semana de Euroliga que, sobre el papel, parecía ilusionante: Milán a domicilio y París en casa. El primer examen terminó con derrota en el Allianz Cloud, tras una primera parte fría, propia de un equipo que pareció confiar en que con poco le bastaría para competir. Y estuvo cerca, pero la Euroliga no perdona.
Los blancos echaron en falta una mayor aportación de jugadores con muchos minutos en pista. Deck y Tavares, que entre ambos sumaron 48 minutos, se quedaron en solo cinco puntos. La realidad es que no hay excusas: tanto Tavares como Hezonja, que reaccionó en la segunda mitad, venían de descansar en Liga Endesa el fin de semana anterior. Esta derrota, catalogable como tropiezo inesperado, deja al Madrid con siete derrotas y sin lograr asentarse en puestos de playoff.
Una declaración que sorprende: “A veces se pierde un poco el hambre”
Podría haber sido una derrota más. Incluso una de esas que ayudan a acercarse a la mejor versión de un proyecto nuevo. Pero las declaraciones de Scariolo en rueda de prensa encendieron algunas alarmas. No es la primera vez que el técnico italiano pone el foco en el calendario y lo compara con el de la NBA, pero esta vez llegó a insinuar que sus jugadores quizá hayan perdido “un poco el hambre” tras tantos años de éxito.
Queda claro que, para Scariolo, la derrota no es especialmente preocupante. Su discurso sobre la importancia de llegar con vida al tramo final de la temporada es coherente con su visión del calendario. Ahora bien, la Euroliga no es la NBA por una razón. Aquí las notas también se ponen al final, pero el margen de error es mucho menor. No sería la primera vez que un equipo arranca en modo diésel y termina por todo lo alto, aunque la realidad es que el Madrid lleva tiempo sin dominar el escenario europeo como para permitirse ese crédito. Y menos aún en plena construcción de un proyecto nuevo. El próximo compromiso, ante París, se presenta como una nueva oportunidad para reencontrarse con la victoria y, sobre todo, para empezar a despejar dudas.