Anotar más de 50 puntos en un encuentro de la NBA es algo al alcance de muy pocos. Lo han conseguido buena parte de los mitos de la liga en varias ocasiones, e incluso buenos jugadores que, sin llegar al nivel de excelencia de los Jordan, LeBron James o Bird, han dejado para la historia noches inolvidables. Pero repasando la selecta lista de aquellos que han inscrito su nombre en el club de los 50 en la era moderna de la liga, encontramos una serie de jugadores que desentonan, que poco tienen que ver con el resto. Se trata de jugadores de rotación, de complemento; roleplayers que prácticamente como si de un one hit wonder baloncestístico se tratara entraron en un partido, en un solo encuentro, en lo que el periodista Gonzalo Vázquez denomina fase de flujo, en el que todo lo que sale de sus manos parece irremediablemente destinado a entrar dentro del aro. Nuestros protagonistas son Willie Burton, Tracy Murray y Tony Delk.

Willie Burton (2.03/1968) llegó a la NBA en 1990 tras ser elegido por los Heat como todo un Nº 9 del draft de 1990. Su debut en la liga fue prometedor, entrando en el segundo quinteto ideal rookie del año merced a sus 12 puntos y 3.4 rebotes por encuentro. Sin embargo, su progresión se paró. A Florida llegó otro talento como Steve Smith, que conformaría una temible línea exterior con Glen Rice y que dejaría en un segundo plano a nuestro protagonista. Burton se convertía en un mero jugador de rotación en la franquicia de Florida. A ello se añadían las lesiones (muñeca), que cortaban la continuidad en la participación en la dinámica del equipo. Tras promediar tan solo 13 minutos por choque en la campaña 1993-94, en noviembre era cortado por los Heat. Pocos días más tarde firmaría por los Sixers por unos pírricos 150.000 dólares.

El comienzo de la campaña 1994-95 sería inolvidable para Willie Burton. En unos Sixers en reconstrucción, este parecía el lugar idóneo para hacer levantar el vuelo de una carrera en el alero. En un equipo liderado por Dana Barros y el atlético Clarence Weatherspoon, pronto se ganaría la titularidad tras anotar 27 puntos saliendo desde el banquillo ante los Pistons. Tras varios partidos como titular, su noche de gloria llegaría un 13 de diciembre de 1993, precisamente ante su ex equipo, los Heat de Miami.

Los espectadores que acudieron al viejo Spectrum de Philadelphia pudieron ser testigos de una de las mayores exhibiciones jamás ofrecidas por un jugador local. Hipermotivado y con un acierto simplemente imposible, Willie Burton se iba hasta los 53 puntos, con 5/8 en triples, 7/11 en tiros de dos y 24/28 en tiros libres. Además añadiría 8 rebotes, 3 asistencias y 2 tapones que permitirían a los Sixers anotarse la victoria ante los Heat por 105-90. La venganza se sirve en plato frío debió pensar nuestro protagonista. "Me va a costar domir esta noche. Quiero saborear todo lo que ha pasado hoy" afirmaría tras el encuentro

Willie Burton jamás lograría acercarse a estos números durante el resto de la temporada. Con un tope de 33 puntos anotados en dos choques, acabaría la campaña con una media de 15.3 puntos y 3.1 rebotes. A pesar de su prometedora campaña, Burton decidiría tomar las maletas y cruzar el charco para fichar por el Olimpia de Milan, donde permanecería hasta diciembre tras ofrecer un rendimiento muy pobre. A su vuelta a los Estados Unidos, no volvió a aparecer ni rastro del Barton de aquella notable campaña. Ni en Atlanta, ni en San Antonio, ni en Charlotte. En 1999 y con tan solo treinta años, abandonaría la liga para acabar su carrera como trotamundos en CBA, Libano, Grecia, Italia y un largo etcétera.

La noche mágica de Willie Burton:

Tracy Murray (2.01/1971) llegó a la NBA tras acabar su ciclo en UCLA de manera prematura en su año junior. Tras promediar 21.4 puntos y 7 rebotes con UCLA, sería elegido por los Spurs en el puesto Nº 19 del draft de 1992. Tras varios trades posteriores al draft, acabaría en los Blazers para debutar en la NBA. En una franquicia tan competitiva como la de Portland, la vida de un recién llegado no iba a ser nada fácil. Jugador con magnífica muñeca, su papel no pasaría de hombre de rotación con 10-12 minutos de pista de media. En febrero de 1995 tomaría las maletas camino a los Rockets en el traspaso que llevó a Drexler a Houston para ganar el anillo de esa misma temporada.

Poco duró en los Rockets, firmando en noviembre de 1995 con los Raptors por tan solo 250.000 dólares. En una franquicia con una plantilla paupérrima y que acabaría ganando 21 encuentros en toda la regular season, Tracy podría contar por fin con minutos. Así, firmaría su mejor campaña en la NBA con 16.2 puntos y 4.3 rebotes por encuentro. 

Su buena temporada en Canadá le haría firmar un contrato multianual con una franquicia con mayor entidad en aquellos momentos: los Wizards de Webber, Howard y Strickland. Su rol en los de Washington sería la de abrir las defensas con su tiro exterior liderando la segunda unidad del equipo. Con ese papel, en la temporada 1997-98 se iría a los 15.1 puntos por encuentro, alcanzando el climax anotador un 10 de febrero de 1998 en Oakland, en un choque ante los Golden State Warriors que acabaría con 87-99 para los visitantes. La baja de Chris Webber haría que Bernie Bickerstaff apostara a situar a Murray en el quinteto titular. Sin su referente ofensivo, los Wizards lo dejarían todo en manos de un Tracy Murray con la muñeca fina: los puntos iban cayendo en su zurrón de una manera espectacular hasta llegar los 50 puntos en 43 minutos de juego. Nada menos que 5/10 en triples, 13/19 en tiros de dos puntos y 9/10 en tiros libres para sumar esa cifra mágica, además de recoger 9 rebotes. 

En el caso de Murray, el jugador californiano jamás volvería a acercarse a esas cifras. Incluso su rendimiento y su peso en los Wizards iría decayendo en las siguientes temporadas hasta salir de Washington en 2000. A partir de ahí, daría tumbos con un papel marginal en Nuggerts, Raptors, Lakers y Blazers... hasta colgar las botas 2004 con tan solo 32 años. 

La noche mágica de Tracy Murray

Tony Delk (1974) era uno de esos escoltas encerrados en un cuerpo de base (1.85). Un hombre pequeño cuya misión no era dirigir al equipo, sino anotar gracias a su gran muñeca desde la media y larga distancia. Apodado Mr. Buckets, su carrera en la NBA no pasó de discreta, pero dejó para el recuerdo una auténtico exhibición que ha pasado a la historia.

Tony Delk cubrió un fantástico ciclo en la NCAA con los Wildcats de Kentucky (1992-96) con el broche de oro del título en 1996 en cuya Final Four fue considerado el mejor jugador. Fue elegido en el puesto Nº 16 del draft de 1996 por los Hornets. En Charlotte no cuajó en su campaña rookie. Para anotar desde el exterior saliendo desde el banquillo los Hornets ya tenían al veterano y eficacísimo Dell Curry y la participación en el juego de Delk no pasó de 5.4 puntos por encuentro a 14 minutos por actuación. Pronto sería traspasado los Warriors y hasta su marcha de la NBA en 2006 rumbo a Panathinaikos vestiría los colores de hasta 8 franquicias de la liga (Hornets, Warriors, Kings, Suns, Celtics, Mas, Hawks y Pistons). 

Siempre rondando los 10 puntos por partido, su falta de centímetros, de atleticismo y velocidad, le relegaron en la NBA a ser un especialista saliendo desde el banquillo. Un microondas apreciado por su capacidad para anotar en suspensión. Su mejor campaña en la liga fue la 2000-01 en Phoenix. En unos fantásticos y espectaculares Suns, Delk sería el recambio desde el banquillo del backcourt titular formado por Jason Kidd y Shawn Marion firmando 12.3 puntos, 3.2 rebotes y 2 asistencias por encuentro.

El 2 de enero de 2001, con el nuevo año recién comenzado, los Suns visitaban a los inolvidables Sacramento Kings de los Williams, Christie, Stojakovic, Webber y Divac en un duelo en lo más alto de la clasificación de la Conferencia Oeste. Con la baja de Mario Ellie, Scott Skiles decidía situar a Delk como escolta en el quinteto inicial de los Suns ante su ex equipo (había sido miembro de los Kings la temporada anterior). Y Buckets respondería con una actuación inolvidable. Con Jason Kidd surtiéndole de balones, Delk fue anotando sus tiros de campo uno tras otro, sin apenas errores hasta totalizar 53 puntos en 50 minutos que estuvo en pista en un choque que se dirimió en el tiempo extra a favor de los Kins (121-117). Delk firmaría una hoja de servicios casi sin tacha: 0/1 en triples, 20/26 en tiros de dos y 13/15 en tiros libres, además de recoger 6 rebotes. Al final del encuentro, Jason Kidd se lamentaba de no haber suministrado aún más balones a nuestro protagonista. La exhibición ofensiva más grande que hubiera vivido hasta ese momento el Arco Arena de la capital californiana para un jugador que no alcanzaría la treintena de puntos en ningún otro encuentro disputado en la NBA. Para los libros de récords, Delk es uno de los 5 jugadores que han vestido la camiseta de los Suns que han alcanzado o superado los 50 puntos (el resto son nada menos que Tom Chambers, Amar'e Stoudemire, Clifford Robinson y Charles Barkley). 

Delk se suelta la melena en Sacramento: