La Euroliga nunca espera. Cada derrota cuenta, cada rueda de prensa pesa, y los proyectos multimillonarios no perdonan el titubeo. Algunos banquillos ya echan humo y aunque hay inquilinos cuyos nombres son muy reconocibles y gozan de prestigio en el viejo continente, las dudas están ahí y se empieza a sentir de manera más o menos generalizada que el margen se acorta.
Paolo Galbiati (Baskonia): el colista que tiene encendidas las alarmas
El peor arranque de la Euroliga tiene nombre y apellidos: Baskonia. Una victoria en las siete primeras jornadas, defensa hundida y sensación de que el proyecto no despega. Paolo Galbiati ha pasado de ser el técnico que aportaba aire fresco a estar en la cuerda floja antes de noviembre. La historia pesa, el club vitoriano nunca ha tenido paciencia con los inicios catastróficos. Su modelo de gestión permite rescindir contratos sin grandes penalizaciones, y eso lo coloca como el banquillo más caliente de Europa.
Si la reacción no llega pronto, el Buesa podría estrenar nuevo entrenador antes de Navidad. Ojo, en redes sociales la afición de Baskonia se muestra muy crítica con su técnico, no están contentos con el juego ni la gestión del equipo.
Ettore Messina (EA7 Emporio Armani Milano): el peso de su propio legado
Milano volvió a caer en la jornada 7 ante el Barça (74-72), tras desperdiciar una ventaja de diez puntos al descanso y volver a evidenciar los mismos problemas de consistencia que arrastra desde el inicio del curso. Ettore Messina, aunque es uno de los entrenadores más prestigiosos del continente, ya fue cestionado antes de comenzar la temporada, pese a todo dirige un proyecto histórico que atraviesa una etapa de incertidumbre tras el fallecimiento de Giorgio Armani en septiembre de 2025, su gran impulsor y principal respaldo institucional.
Sin ese aval personal, Messina, que no es del gusto del presidente Pantaleo Dell’Orco, se encuentra más expuesto que nunca: mucho talento, poca identidad y resultados que no acompañan. El debate ya no gira en torno a su currículum, sino a si sigue siendo el hombre capaz de revertir la deriva de un club que, sin su mentor en la sombra, parece haber perdido también parte de su rumbo.
Igor Kokoskov (Anadolu Efes): un proyecto sin identidad
El Efes sigue buscando su lugar tras el final de la era Ataman. Kokoskov, con amplia experiencia en Europa y currículum extenso NBA, aterrizó con la misión de devolver carácter a una plantilla desorientada, pero el arranque ha sido frío: defensa débil, química ausente y discurso defensivo ante los medios en cada rueda de prensa. El club turco tiene músculo financiero para cambiar de rumbo y un historial de decisiones rápidas. Si la clasificación no mejora en las próximas jornadas, su banquillo puede convertirse en el próximo titular de “cese oficial”.
Sergio Scariolo (Real Madrid): crédito largo, exigencia inmediata
Scariolo llegó como símbolo de modernidad y orden táctico tras un verano convulso en Chamartín. Pero el Real Madrid no entiende de transiciones: cuatro derrotas en las primeras siete jornadas y partidos escapados por falta de control ya levantan murmullos. El equipo aún no sabe qué es ganar lejos de su feudo.
El técnico italiano tiene contrato hasta 2028, lo que le otorga margen institucional, pero no inmunidad mediática. El proyecto es suyo… y también la responsabilidad de enderezar un gigante que no admite titubeos y en el que ya se han producido cambios importantes en su roster por falta de competitividad. Por ahora, riesgo medio, pero la paciencia blanca nunca dura mucho.