El Barça Basket volvió a mostrar su versión más desconcertante. Solo dos días después de ofrecer su partido más sólido del curso ante Maccabi Tel Aviv, los de Joan Peñarroya se deshicieron en el último cuarto ante un Dubai Basketball que supo golpear en el momento exacto. El resultado final (83-78) deja más preguntas que respuestas.

Un cuarto para olvidar

Hasta el minuto 30, el Barça parecía tener el partido en su mano. Con Tornike Shengelia asumiendo galones y Darío Brizuela ofreciendo puntos desde el banquillo, el juego culé era irregular, pero competitivo. Sin embargo, todo se desmoronó en el tramo final. El parcial del último cuarto (25-22) no refleja del todo la desconexión azulgrana: más de cuatro minutos sin anotar, pérdidas absurdas y fallos desde la línea de personal (16/24) que se acumularon como piedras en la mochila.

Kevin Punter firmó una de sus peores noches como blaugrana: 0/6 en tiros de campo y solo dos puntos desde el tiro libre. Su apagón coincidió con el despertar de Bacon y Petrusev, que terminaron decantando el partido para los locales.

Sayon Keita, titularidad y continuidad

Si hay un rayo de luz en el encuentro, ese es Sayon Keita. El joven pívot de 17 años volvió a salir en el quinteto inicial, repitiendo protagonismo tras su gran actuación en Belgrado. Anotó la primera canasta del Barça en Dubai, y aunque su impacto fue menor que en la jornada anterior, su confianza parece ir en aumento. En un equipo con bajas sensibles (Laprovittola y Núñez), ver al joven maliense integrarse en la rotación añade una narrativa ilusionante en medio de la confusión colectiva.

El Barça de las dos caras

En solo 48 horas, el Barça Basket ha ofrecido su mejor y su peor versión. Peñarroya pidió intensidad y concentración en la previa, consciente de la complejidad del viaje a Dubai y de las rotaciones forzadas por calendario y lesiones. Pero lo que encontró fue un equipo falto de consistencia, que dependió en exceso de la inspiración de Shengelia (19 puntos) y Brizuela (19), y que nunca supo frenar el juego físico de Kabengele ni el acierto puntual de Bertans y Prepelic.

Este Barça es un equipo que ilusiona… pero también desconcierta. La Euroliga no perdona, y menos en jornadas dobles. En una competición que se decide por detalles, lo vivido en Dubai deja claro que el talento no basta. Hace falta continuidad, dureza y carácter. Justo lo que hoy, por momentos, faltó.