Es una pregunta recurrente dentro del mundo del baloncesto europeo, pero su respuesta es compleja, aunque hay varios ejemplos que pueden dar pistas de lo que supone jugar la Euroliga para los equipos más modestos. Vaya por delante que es la mejor competición de clubes de Europa y que todos los jugadores sueñan con jugarla, no es oro todo lo que reluce en su interior.
LOS INGRESOS DE LOS CLUBES EN EUROLIGA DE BALONCESTO
El nivel de prestigio y popularidad que da jugar la Euroliga está a un nivel superior a cualquier otra competición. Sin embargo, disputarla conlleva unos gastos muy elevados para los clubes en cuanto a costes de arbitrajes y viajes durante toda la temporada. Y tal vez los premios por clasificación no sean tan generosos como para equilibrar la balanza entre gastos e ingresos.
Cogiendo de base los premios del años 2024 en la Euroliga, el ingreso económico por clasificación, donde los últimos cuatro equipos no reciben ninguna cantidad, oscilan entre 173.908 euros, que percibe el decimocuarto, y 1.739.081 euros que obtendría el ganador de la competición.
GRAN CANARIA: EJEMPLO DE CLUB QUE HA RECHAZADO JUGAR LA EUROLIGA DE BALONCESTO
Los equipos que por méritos deportivos pueden disputar la Euroliga han de pensar fríamente la decisión de aceptar jugar esta competición o rechazarla. Normalmente, los clubes que se niegan se debe a un motivo económico, ya que los gastos van a ser mucho más elevados que los ingresos, y eso podría provocar una inestabilidad financiera que se vería afectado en el rendimiento deportivo.
Un caso que se ha producido en España y que fue reciente es el de Gran Canaria, que tras conquistar la Eurocup tenía derecho a disputar la Euroliga en la temporada 2023/24 y no lo hizo. La entidad amarilla rechazó jugar la competición por cuestiones económicas, ya que su última experiencia no fue buena y luego se vio reflejado en las cuentas y en el aspecto deportivo, donde en la ACB quedaron muy lejos del objetivo debido a la exigencia en el calendario.
La plaza del Gran Canaria la ocupó el Valencia Basket, un club más adaptado a jugar la Euroliga y que tiene un presupuesto y una capacidad económica mayor que los canarios, aparte de tener detrás un inversor como Juan Roig que cada temporada aporta capital propio para mantener una estabilidad financiera y deportiva.
OTRO CASO: UNICAJA NO DISPUTARÍA LA EUROLIGA
El club de Los Guindos es otro de los casos que no desea jugar la Euroliga por el varapalo financiero que puede suponer. De hecho, Ibon Navarro, que ha expresado su deseo de jugar con Unicaja la mejor competición europea de clubes, ha sido sincero cuando se le ha preguntado por este asunto: “A todos nos gustaría estar ahí, pero también entiendo la visión de Antonio (presidente) y su responsabilidad hacia el club”.
Y es que la visión del presidente es muy contraria a la de disputar una competición semi cerrada que conlleva una exigencia física de calendario y unos costes muy elevados para el poco premio que puedes recibir si no quedas entre los mejores equipos clasificados. Antonio Jesús López Nieto ha dejado claro en multitud de ocasiones que Unicaja debe estar en una competición sostenible, que a día de hoy la Euroliga no lo es para ellos.
Al fin y al cabo, la mayoría de los clubes que disputan esta competición llevan años dominando el baloncesto europeo y tienen unos presupuestos muy elevados con respecto a entidades como Gran Canaria o Unicaja. En el caso de los cajistas llevan camino a poder disputarla a largo plazo, pero de momento se conforman con la BCL, donde son competitivos y les permite ser líderes de la ACB y competir por títulos.
EL LÍMITE SALARIAL CONFIRMADO POR LA EUROLIGA DE BALONCESTO
Para evitar estas diferencias económicas entre los clubes de Euroliga, que luego se traduce en la pista con mejores jugadores y resultados desiguales, los propietarios de la competición han firmado un límite salarial de cara a la temporada 2027/28 para regular los desajustes económicos. Estas son las medidas que se llevarán a cabo según el comunicado oficial:
- Establecer unos niveles de remuneración máximos y mínimos según los ingresos colectivos de los clubes
- Promover la sostenibilidad y el equilibrio competitivo estableciendo rangos de gasto de los jugadores que sean iguales para todos los equipos en función de los ingresos colectivos de los clubes
- Prevenir prácticas inapropiadas para el cumplimiento por parte de los equipos de los niveles preestablecidos
- Aumentar la transparencia entre los participantes