Esta próxima temporada será la cuarta consecutiva de Río Natura Monbus en Liga Endesa, y como siempre, el cuadro dirigido por Moncho Fernández tendrá que tirar de nuevo del saber hacer y de la picardía habitual de su director general, José Luis Mateo, para comprar bueno, bonito y barato. Pero esto ya no es novedad para los santiagueses, uno de los presupuestos más bajos de la competición una vez más, y tendrán que apostar de nuevo por jóvenes valores buscando una oportunidad en la élite o bien por jugadores en fase descendente que busquen en Santiago una última oportunidad de reengancharse a cachés pasados. Esa es la realidad económica de los gallegos, acostumbrados a moverse como pez en el agua en el mercado de los saldos y las oportunidades.

Muchas serán las bajas de los gallegos esta campaña: en el puesto de base no continuará el griego Vassilis Xanthopoulos, sin duda una de las mayores decepciones de la pasada temporada, donde el heleno no pudo encontrar, en ningún momento, su sitio en la pista. Tampoco será de la partida el navarro Iñaki Sanz, tercer base la pasada campaña, aunque las lesiones no le permitieron estar disponible más que unas jornadas, pasándose la mayor parte de la temporada en el dique seco. En el puesto de alero parecen seguras las bajas de Durand Scott y Ben Dewar, que acaban contrato y con los que, salvo sorpresa, no cuentan los gallegos. El primero no ha sabido adaptarse al ritmo de competición de la Liga Endesa, y aunque realizó algunos partidos interesantes, no tuvo suerte con las lesiones quizá en su mejor momento, mostrando un juego igual de eléctrico que anárquico. En el caso de Dewar, su edad y su floja temporada debido fundamentalmente a sus continuos problemas físicos, no hacen previsible su continuidad en el cuadro dirigido por Moncho Fernández. Caso aparte es el del checo Pavel Pumprla, cuyo deseo es jugar en un equipo que dispute competición europea, y aunque es uno de los referentes de la afición y él mismo se encuentra muy a gusto en Santiago, parece que apurará sus opciones de jugar en un equipo con mayores posibilidades en lo deportivo y en lo económico. Más bajas todavía habrá en la pintura del cuadro gallego, donde no continuará su capitán Oriol Junyent, que se operará durante este mes de julio de su lesión en el ligamento cruzado anterior y cuya recuperación se estima en unos 6-8 meses en el mejor de los casos. Esto unido a los 38 años del jugador catalán, hacen incluso improbable que vuelva a vestirse de corto a nivel profesional, pero ojalá nos equivoquemos en esta apreciación. Mario Delas ha confirmado ya que no continuará y se ha comprometido con el Cedevita Zagreb de su país. Travis Peterson no convenció al cuadro técnico compostelano por su irregularidad y su falta de presencia dentro de la zona. Situación distinta es la de Kaspars Berzins, que fue de menos a mas, recuperándose de una lesión, y que hace que dados sus aceptables números, su caché haya subido quizás por encima de las posibilidades de los compostelanos, por lo que está previsto que busquen otra opción. Quien si tiene posibilidades de continuar, dado su gran final de campaña, es el tinerfeño Richi Guillén, quién demostró en los pocos partidos que disputó, que a pesar de su edad, sigue teniendo una calidad incontestable, salvando sus limitaciones físicas con inteligencia y clase. Está previsto que haya algún tipo de acercamiento en los próximos días para acercar posturas en la continuidad del pívot canario. Quién lo tiene más difícil para continuar, por la nueva normativa de reducción de cupos que se avecina, es el balear Micky Stobart, sobre todo porque en estos momentos ya son cuatro los jugadores cupos con los que cuentan los gallegos (Rafa Luz, Fran Cárdenas, Pepe Pozas y Alberto Corbacho), cinco si continúa Richi Guillén.

En el apartado de las altas, esta temporada José Luis Mateo ha movido ficha con rapidez, y son ya cuatro las incorporaciones de los gallegos: los bases Fran Cárdenas y Pepe Pozas (este último todavía no confirmado oficialmente), el alero Adam Waczynski y el ala pívot Maxi Kleber, que unidos a las continuidades de Alberto Corbacho, con contrato en vigor aunque con cláusula de salida de 50.000 euros (75.000 para clubes de Euroliga) y que a muchos hace dudar de su continuidad final, y de Rafa Luz, recientemente renovado, hace que ahora mismo el cuadro de Moncho Fernández cuente con 6 jugadores, muchos más que la mayoría de equipos de la Liga Endesa. Por lo tanto, el puesto de base está cerrado con el puesto de titular para el brasileño Rafa Luz, que el año pasado dio un importante paso adelante en su rendimiento, y con las incorporaciones de Pepe Pozas, con experiencia en Liga Endesa el año anterior con CB Valladolid y con buenos números en los partidos disputados (5,7 puntos y 3,6 asistencias por choque en 22 minutos) y Fran Cárdenas, uno de los mejores bases en la pasada temporada de la Leb Oro. El polaco Adam Waczynski fue la primera incorporación de los gallegos, buscando una amenaza exterior que haga que los gallegos no tengan que depender tanto del juego exterior de Alberto Corbacho, ya que la temporada anterior tuvo evidentes problemas en el tiro exterior. Tampoco está descartado que el alero mallorquín abandone a última hora el cuadro de Moncho Fernández, pues su cláusula de salida parece asequible para un equipo Play-Off o incluso Euroliga. El polaco, procedente del Trefl Sopot, acredita 14,8 puntos, 4,1 rebotes y 13,8 de valoración, pero esos números deben ser refrendados en una liga de primer nivel como es la Liga Endesa, ya que la liga polaca, aunque en evolución, todavía está muy lejos de la liga española. La última apuesta de José Luis Mateo es la de Maxi Kleber, un ala pívot alemán de 2,08 metros y 22 años que destaca por su juego abierto y versátil, con un buen lanzamiento desde la línea de 6,75, y que aunque contaba con ofertas de su país más potentes económicamente, ha apostado por tener minutos y repercusión en un equipo de la segunda mejor liga del mundo. Procede del Wurzburg alemán, donde ha promediado 9,9 puntos y 6,7 rebotes por choque. Ha tenido problemas con las lesiones que no le han dejado desarrollar por completo su juego, lo que hace que el jugador se tome esta temporada y la que viene (ha firmado por dos temporadas) como claves en su explosión como jugador. A partir de aquí, y dadas las limitaciones económicas de los picheleiros, se espera que la apuesta de nuevo sean jugadores jóvenes de la NCAA que busquen un escaparate para la NBA o equipos europeos de primer nivel. Desde luego ejemplos no faltan: Mike Muscala o Robbie Hummel pueden dar fe de ello.

Todo esto estará acompañado, como siempre, por un entrenador que es capaz de sacar el máximo de sus jugadores, y aunque necesita tiempo para acoplarlos a sus complejos sistemas tácticos, nadie duda en Santiago que es la persona ideal para llevar a buen puerto, una vez más, la nave compostelana. Pocas veces alguien es profeta en su tierra, y en eso, Moncho Fernández también es diferente a muchos otros entrenadores. La única duda: que los jugadores nuevos no se acoplen a unos sistemas de juego que requieren del máximo compromiso, dejando a un lado los objetivos personales y sumando para el colectivo.