Terminada la fase regular, es hora de hacer balance. Lograda la permanencia del Baloncesto Sevilla, tocar poner sobre la mesa todas las cartas y al descubierto para intentar comprender qué ha ocurrido. Hablamos de una de las campañas más oscuras que se han vivido en el Palacio de Deportes de San Pablo, si no es definitivamente la peor en sus 27 años de historia, y la gestión tiene nombres y apellidos; varios protagonistas, pero sobre todo una cabeza visible.
Un año más, el equipo sevillano ha estado a punto de terminar ocupando los puestos de descenso, salvado finalmente por una segunda vuelta heroica. Seguirá en ACB porque Doblas se aventuró, falló el tiro para la prórroga y los sevillanos consiguieron no resbalar en San Sebastián. Un fin de campaña a la altura de lo que ha venido siendo la temporada desde que Jefferson Capital Funding aterrizara con el modelo NBA bajo el brazo. Lo peor probablemente vendrá ahora. La supuesta calma del verano promete con un dueño desaparecido -seguimos sabiendo lo mismo del fondo de inversión ahora que hace un año- y con su cabeza visible, Jeffrey Meythaler, en Estados Unidos.
De puertas para afuera, no se sabe nada sobre lo que ocurrirá a partir de ahora. Teóricamente, el fondo norteamericano no cumplirá con las exigencias del contrato -sumar fondos con uno o varios patrocinadores- y cabe esperar que La Caixa recupere el club. Dicen que hay fecha de demolición. Prensa y afición esperan explicaciones sobre cuanto ha ocurrido y ocurrirá mientras esperan que se calmen las aguas institucionales. Kristaps Porzingis, el principal atractivo del proyecto, se presenta al Draft y nadie espera que se quede en Sevilla. Del legado de Aíto quedan las migajas. Seis meses después de su llegada, analizábamos la situación en general, buscando responsabilidades en todo Jefferson Capital Funding. Esta vez nos centramos en los pecados de su dirección general y deportiva. Es decir, el trabajo de José Luis Galilea.
Su primer error: despreciar a Bamforth
Un jugador y una salida que representan lo que terminaría siendo del atractivo y rentable proyecto que dejó Aíto. El propio Galilea, ante la prensa, lo concedía como la única decisión que habría evitado si pudiera volver atrás: habría mantenido a Bamforth en el equipo. El combo de Albuquerque se ha sabido a acoplar al UCAM Murcia de Diego Ocampo cuando el club sevillano podría haberlo retenido, conservando además una de las fichas más bajas de la Liga Endesa. Pero el director general consideraba que era demasiado bajo para lo que exigía el puesto y ofrecía el mercado. Como si fueran piezas de dominó, así terminó de provocar la salida de Aíto del proyecto. Nunca contó con ninguno de los dos.
Pero Bamforth no fue el único. Piezas que se habían venido terminando de forjar en Sevilla, como Sastre o Burjanadze, se vieron fuera casi de la noche a la mañana mientras se defendía a capa y escapada la continuidad como senda. Al poco de arrancar la liga, ya no hubo reparos para confesar que agradecían la salida de Sastre o Marcus Landry había pedido demasiado. Incluso llegó a peligrar la continuidad de Balvin, rechazado por el cuerpo técnico y a un paso de terminar en venta. Finalmente, tras no concretarse nunca una renovación que parecía clara con Aíto en el banquillo, el pívot checo podrá salir libre este verano.
Y, echando la vista hacia atrás, parece que se perdió la apuesta por promesas europeas que había venido caracterizando al Cajasol de Leo Chaves. Con la marcha de Marius Grigonis a Manresa a pesar de su supuesto interés por Sevilla, se torció una vía de oxígeno deportivo y económico, por la que hasta tres o cuatro de estas piezas llegaban a coincidir y sostener el primer equipo, cuando no salían, como Satoransky, pasando por caja. Con la salida de Porzingis se cerrará un ciclo sin que nadie haya dicho nada al respecto.
Su equipo, amigos sin experiencia profesional
Este punto explica todo lo que ha sido la temporada. La llegada de Galilea implicó otras que desde su empresa, Sportquarters, se sumarían al club. La principal, ocupando un puesto descuidado durante muchos años en Sevilla: Paco Viudes. Se sumó como director de marketing sin ninguna experiencia profesional dentro de un club deportivo. También se incorporó al legendario Audie Norris, aunque su caso es bien curioso, ya que no se le dio ninguna ocupación específica. Los rumores apuntaban a un puesto de segundo entrenador, con el que estrenaría su carnet. Presentando el proyecto de Baloncesto Sevilla para la temporada 2014-15, la prensa preguntó por el papel que venía a ocupar y Galilea no supo contestar.
Finalmente, Benito Doblado ocupó el puesto de director de la cantera. A través de las redes sociales, se denunció un incidente curioso por el que el relevo con su antecesor se habría producido la misma mañana del 2 de julio en la que Galilea convocó a la prensa, por primera vez como director general. Según esta denuncia, a primera hora de la mañana se hizo acudir a Arturo Montequi para comunicarle su despido. Pocas horas después, se presentaba a Doblado en rueda de prensa. Las respuestas por parte del club a esta denuncia nunca negaron los hechos.
Eso sí, Benito Doblado parece ser el que mejor se ha incorporado al día a día del club. La presencia de la pareja Galilea-Viudes en Sevilla se ha visto marcada por continuos enfrentamientos con la afición y varios sectores de la prensa que reprochaban puntos de su gestión. A pesar de esta manifiesta condición de "novatos", han venido pecando de orgullo para negar una autocrítica directiva que terminaría pesando sobre la situación deportiva e institucional.
El caso más llamativo es el de Audie Norrris. Incapacitado Roth, Galilea recurrió al ex jugador para que éste pusiera el carnet y diera las ruedas de prensa. Ha sido difícil de digerir las comparecencias de Norris: no daba explicaciones técnicas -la respuesta más habitual: "es decisión de Scott Roth"- ni ofrecía más valoraciones que promesas de nuevos esfuerzos. La apertura de vestuarios a la prensa, además, sí habría permitido que Scott Roth hablara con los periodistas, pero la directiva preferió mantenerlo aparte y que sólo hablara tras los partidos de Eurocup, donde Roth sí podría ejercer como primer técnico. Mientras el utillero dirigía los tiempos muertos, la ACB miraba para otro lado y consideraba a Norris entrenador del Baloncesto Sevilla.
También se ha dudado durante gran parte del campeonato de la aportación deportiva de Audie Norris. Durante los partidos, dejaba el rol de segundo técnico a Javi Carrasco y se ha criticado mucho la evolución de los jugadores interiores, pero no han faltado los homenajes o fotos con aficionados. Antes que el técnico estuvo la leyenda. Antes que su aportación como entrenador, lo pretendiera o no Galilea, su imagen pública.
¿Quién ha fichado en Baloncesto Sevilla?
Sorprende que tengamos que hacernos esta pregunta, pero es inevitable. Todo empezó con aquella rueda de prensa que dio Scott Roth el 7 de enero, cuando creía peligrar su puesto: "Si José Luis tuviera la posibilidad de controlar el club y hacer lo que quiere, estaríamos muy bien". Abría una puerta que Galilea después se negaría a cruzar, pero nos permite hablar de la confección de la plantilla.
Todo empieza con el entrenador. Galilea ha sostenido siempre públicamente que habló con Aíto, Sito Alonso y Pedro Martínez pero, según ha podido saber Solobasket, su primera intención fue contratar a Sergio Hernández "El Oveja". El propio técnico confirmó que tenía una oferta. La respuesta de Meythaler fue otro nombre: Scott Roth. Para descartar al argentino, Meythaler limitó el sueldo a ofertar y éste terminó rechazando la propuesta. Quedó Roth, y sin embargo se contactó con Aíto cuando éste ya tenía un precontrato con Herbalife Gran Canaria. Aún así, el técnico se dispuso a escuchar al club para después rechazar una oferta a la baja. Sito Alonso tenía contrato con Bilbao, y si bien este club no tenía clara su participación en la Liga Endesa, era difícil que el técnico cambiara de plaza. Finalmente, con Pedro Martínez ocurrió algo parecido a lo de Aíto: cuando el técnico se dispuso a escuchar, se encontró unas condiciones muy diferentes a las que se le había presentado y tuvo que rechazarlas.La llegada del técnico trajo un nuevo problema al no contar con la titulación ni las excepciones recogidas por el convenio de la Asociación de Entrenadores Españoles de Baloncesto. Sin ningún tipo de rubor, desde el club optaron por colocar a Roth como segundo técnico y, cuando la ACB descubrió que sin titulación tampoco podía ocupar este puesto, como utillero. Sin embargo, tal y como confesaría el propio Galilea, se pactó a espaldas de todos para que éste pudiera adquirir la titulación poco antes de ser destituido.
El nuevo Baloncesto Sevilla se dispuso también a contar con cuatro americanos a pesar de conocer la normativa. Dos de ellos, por tanto, necesitarían pasaporte cotonous. Una circunstancia en la que el director general volvió a actuar a cara descubierta. Según explicó, sus contrataciones fueron condicionadas a la adquisición de estos pasaportes. Para ello, se acudió a una empresa autopresentada como ONG de sospechosa legalidad, Globalization of Sports in Ivory Coast, que ya ha desaparecido de las redes.
¿Cuáles de los jugadores contratados para la temporada 2014-15 fue firmado por José Luis Galilea? Es difícil saberlo. Desde dentro se ha reconocido que el denostado Dane Watts fue capricho de Jeffrey Meythaler, su agente. Roth renegó públicamente de todos los americanos de su plantilla. En cualquier caso, impuestos o no, estos fichajes se hicieron con la sumisión de Galilea. Nunca se le pasó por la cabeza dimitir. Como director deportivo, le pertenecen.
Sorprendentemente, tras aquella rueda de prensa en la que Roth cargó contra sus propios jugadores (7 de enero), pasarían todavía dos semanas más hasta su destitución (23 de enero). Antes del duelo ante Ostend, los sevillanos se habían desplomado: venían de perder de 20 contra Andorra, pero todavía tendrían que pasar bajo las ruedas de Laboral Kutxa, Manresa, Gran Canaria y Joventut. Cuatro partidos ACB con Roth todavía al frente, avalado por Galilea: "En mi filosofía de gestión de un proyecto no contemplo, en principio, el cambio de entrenador".
La intervención de La Caixa
La intención del banco fue en todo momento quedar a un lado. Dejar el club en nuevas manos y acompañar silenciosamente a los nuevos gestores, como quien aprende a montar en bicicleta. Por ello, el contrato se guardó cláusulas y exigencias para asegurarse el control de la situación, y un representante de la entidad. Del propio Meythaler surgió que fuera Fernando Moral, presidente con apenas un año de simbólico mandato. La situación también ha rozado lo absurdo: tres años de patrocinio por todo lo contrario a la esencia básica del patrocinio, evitar asociar la imagen de La Caixa al Club de Baloncesto Sevilla.
La gestión, sin embargo, pronto puso en jaque a la mayor parte de la afición y provocó quejas. La planificación se ha hecho pensando en un presupuesto mayor al real, llevando al club a pedir más dinero a su patrocinador y, por tanto, adelantando el presupuesto del año que viene. 1,9 millones de euros, según ABC de Sevilla. Ante la crudeza de la situación deportiva, empezó la intervención. Fernando Moral asumió poderes, aprovechando la salida de Jeffrey Meythaler -al que se le pidió que no volviera, visto que sólo lograría ser el blanco de las críticas- para hacer cambios.
El más importante, cortar a Roth y traer a un entrenador experimentado y sin equipo como Luis Casimiro, que una y otra vez admitiría que a él lo llamó y fichó Fernando Moral. Por cierto, Luis Casimiro, uno de los primeros en enfrentarse a Scott Roth cuando dirigía al Montakit Fuenlabrada, y que preguntado por la situación del norteamericano comentó: "Aquí desde hace muchos años se ha trabajado para tener una organización muy seria y nos hemos vanagloriado todos de que era la mejor organización después de la NBA en el mundo. Esas normas y esas reglas ya existían, exite un comité profesional y un convenio profesional, y existen desde hace muchísimos años. Se trata de acatar las normas como las acatamos todos".
También llegaron los cortes de aquellos jugadores colocados por Meythaler, y el fichaje de un jugador veterano (Kirk Penney). Finalmente, decidió iniciar la campaña "Sevilla no se rinde", facilitando (y regalando) entradas para aumentar la afluencia de público. Con este último punto se metía en el terreno del marketing, otro punto conflictivo de la gestión, por el comportamiento de Viudes en las redes sociales. A los mensajes provocativos de Galilea -en la memoria de muchos quedará su "Bailando con lobos", uno de los últimos antes de abandonar Twitter- se sumaría un continuo enfrentamiento de Viudes con aficionados e incluso periodistas acreditados. Moral, ante la baja afluencia de público, asumió los mandos para duplicarla con una antigua práctica de la casa que los nuevos habían rechazado al llegar: el regalo de entradas.
Para cuando se fichó al nuevo entrenador, Galilea rastreaba el mercado en busca de una segunda incorporación, pero Casimiro señaló que con lo que tenía le bastaba, y a este recurso se agarraría más tarde para filtrar la decisión del entrenador, a conveniencia, en cuanto se torcía lo más mínimo la salvación. Su objetivo, desde mucho antes, era asegurar su puesto. Aprovechó la presentación de Penney para aclarar la situación ante la prensa -fue su última comparecencia- y desligarse de la marca Jefferson Capital Funding. La misma que lo trajo. Sí que se deshizo en elogios al apoyo recibido por La Caixa, ya que empezaba a considerar el regreso de la entidad financiera. Intentó centrar las críticas sobre la figura ausente de Meythaler, filtrando a la prensa, y sobrevivir a los cambios cuando estos llegaran. Sin embargo, no ha conseguido ganarse la simpatía de Moral; su figura ha quedado vinculada a lo que se considera un proyecto fallido y su continuidad parece descartada.
¿Y ahora qué?
Ésa es la pregunta. Diario de Sevillay ABC activaron las alarmas. Queda parte del presupuesto prometido por el banco, condicionado a la aparición de un inversor. Dentro, el club ha quedado dividido en dos: por una parte, José Luis Galilea y Paco Viudes, los que llegaron con el fondo; por otra, Fernando Moral -que sigue moviéndose en busca de un inversor- y el resto de trabajadores, muchos de ellos históricos. Cada sector, en estos momentos, se mueve por su cuenta. El divorcio es claro.
Ante la incertidumbre, los jugadores con contrato en vigor han recibido permiso para buscar club de cara a la temporada que viene. El único nombre que parece claro es el de Luis Casimiro, directamente unido a la continuidad de Moral, y que en rueda de prensa se negó a aceptar la desaparición. El técnico, tras el último partido de fase regular, declaraba: "Va a haber temporada que viene, seguro que va a haberla, hay que tener siempre esos pensamientos positivos porque si no, las cosas no salen". Admitía: "Con nuestro presidente estaré a muerte, con lo que necesite. Cuando él creyó en mí habiéndome cortado 15 días antes en Fuenlabrada, me dio la vida deportiva, y no era fácil. No necesito saber nada más. Si él está en el barco, yo estoy con él, si él quiere".
Una pregunta se repite entre los interesados por esta situación: ¿hay alguna empresa en Sevilla capaz de adquirir el club y dispuesta a gestionarlo? Se interpone otra pregunta: ante la escasa o nulo retorno que obtienen desde hace años las inversiones en clubes de baloncesto, ¿hay alguna empresa verdaderamente dispuesta? El único en pronunciarse públicamente ha sido Juan Espadas, candidato socialista al Ayuntamiento de Sevilla y con posibilidades de formar gobierno municipal mediante pactos. Desde Muchodeporte.com aseguran que se ha puesto en contacto con Moral y ha prometido buscar una solución para no dejar caer a un club con 27 años de historia. Se abriría así una posibilidad recurrida por otros equipos ACB: la entrada de dinero público para sostener un club de élite. Lo único seguro es la incertidumbre. Las oficinas callan.