Tradicionalmente, las estrellas NBA formaban un selecto grupo cuya principal característica era la lealtad. Incluso si veían el anillo muy lejano, permanecían en sus franquicias en busca de un futuro mejor. Pero de un tiempo a esta parte, las figuras de la NBA cambian cada vez más de equipo.
Varios factores han influido en este cambio. El primero de ellos es el inconformismo. Hoy en día, parece que si no se consigue el anillo, las carreras de los jugadores están completamente vacías. El segundo de ellos es el asociacionismo entre ellas. La camaradería en los All-Star, las selecciones de Estados Unidos o en las redes sociales hacen que las estrellas estén más conectadas entre ellas que antes. La reunión de varias de ellas en un mismo equipo ya no está mal visto, porque hay que hacer todo lo posible para conseguir el anillo.
La última de ellas es el famoso empoderamiento de los jugadores. Anteriormente, los jugadores eran empleados de un club, que hacían (muy bien) su trabajo, pero cuyas funciones terminaban ahí. Hoy en día, los jugadores participan en las decisiones de la gerencia, hablan de los entrenadores y manifiestan en público querer jugar con este u otro jugador.
Por estas razones, los cambios de equipo se han convertido en fenómenos habituales. Pero ha surgido otro proceso. Antaño, el principal modo en el que las estrellas cambiaban de equipo era como agentes libres, pero hoy en día también se traspasan. Incluso ha cambiado el traspaso tipo: ya no se traspasa una estrella por otra, sino que se intercambian por jugadores de rol y muchas rondas. Por ello, los traspasos son más fáciles de llevar a cabo. Así, jugadores como Harden (dos veces), Mitchell, Anthony Davis, Durant o Paul George han cambiado de equipo recientemente mediante esta modalidad. Y la tendencia tiene pinta de continuar. Estas estrellas pueden cambiar de equipo en verano
trae young (atlanta)
Es el primero que nos viene a todos a la cabeza. Un talento indiscutible, capaz de generar para sí mismo (27 puntos), para sus compañeros (10 asistencias) y condicionar a toda la defensa rival. Un jugador al que, en principio, le podemos dar un proyecto y con las piezas adecuadas convertirlo en candidato al anillo. En principio, el tipo de jugador que todo equipo quiere tener. ¿Por qué traspasarlo para iniciar una reconstrucción en la que busques al próximo Trae Young?
Por varios motivos. En primer lugar, Young es un agujero en defensa, el jugador al que todos atacan y por donde empiezan los problemas defensivos. Y en segundo y principal lugar, por una cabeza que le perjudica. Young no toma buenas decisiones en la pista… y tampoco fuera de ella. Ha contribuido a cesar a dos entrenadores, no genera buena química y su gran talento no se traduce en victorias. El equipo va en 8.ª posición y si las cosas no mejoran, en Atlanta pueden apretar el botón rojo y buscar una reconstrucción con muchas rondas y sin una estrella tan conflictiva.
karl - anthony towns (minnesota)
Caso parecido al de Young, pero con más sospechas (aún) sobre la efectividad de sus estadísticas individuales. Towns lleva años sin convertir a Minnesota en un equipo candidato, lo que sumado a varios factores más lo pueden poner en la rampa de salida. El pívot cada vez tiene más lesiones, peores estadísticas e impacto en el juego y su equipo año a año depende menos de su rendimiento, hasta el punto de que el proyecto tendrá como foco a Anthony Edwards en el futuro próximo. Como colofón, este verano se intentó una curiosa combinación con Rudy Gobert que, en el poco tiempo de convivencia, no ha dado resultados positivos. Por todo ello, podemos estar ante los últimos meses de Towns en Minnesota, si su lesión no lo impide.
brandon ingram (pelicans)
Caso parecido a los anteriores en cuanto a estadísticas e impacto en el juego, pero sin llegar a la consideración que en el pasado han tenido los dos ejemplos anteriores. Ingram tiene un gran talento y sus rachas ofensivas enamoran a cualquiera, pero sufre demasiadas lesiones, necesita mucho balón para producir, y para colmo, no tiene una conexión demasiado fluida con la otra estrella del equipo, Zion Williamson, que se unirá a esta lista si sus problemas de lesiones siguen persistiendo. Así, el futuro de Ingram puede pasar por explorar el mercado y empezar en otro sitio, como segundo espada al lado de un compañero más fiable y con mejor encaje.
darius garland (cavaliers)
Puede sorprender la presencia de Garland en este listado, dado que el joven base es una de los reclamos de Cleveland, acaba de renovar, no tiene historial de lesiones y el proyecto tiene buena pinta. ¿Por qué podría ser traspasado? Por un tema de encaje. Cleveland ha unido su futuro al de Mitchell, quien iba a formar una dupla exterior de élite con Garland, pero entre ellos no se ve ninguna complicidad en pista. A pesar del incremento de victorias de Cleveland, la pareja exterior no se entiende. Cada uno hace la guerra por su cuenta, el número de pases ha descendido, el de los aclarados ha aumentado y el potencial de Garland se está viendo mermado por un compañero que acapara demasiado juego ofensivo. Si en playoffs caen antes de lo previsto, puede haber turbulencias en Cleveland.
ja morant (grizzlies)
Improbable, pero hay un resquicio. La gran estrella de los Grizzlies y futuro aspirante a MVP se ha metido en demasiados problemas, que de momento no han disparado los rumores, pero habrá que ver cómo termina la temporada. Si los Grizzlies se la pegan en playoffs y el clima del equipo, hasta el momento excelente, pega un bajón todo puede cambiar. Morant relanzaría a cualquier equipo joven, pero veremos cuál es su cartel al acabar la campaña.
damian lillard (blazers)
El hombre que personifica la lealtad en la NBA se puede estar hartando definitivamente. En su 11.ª temporada, Lillard solo ha pisado una vez las Finales de Conferencia y esta temporada no va a ser la que la supere. Probablemente se quede otra temporada fuera de playoffs, lo que puede colmar su paciencia. Si sale al mercado, podría ser un gran complemento para otra estrella, pero debemos tener en cuenta su reciente historial de lesiones, su largo y descomunal contrato y su necesidad constante de balón. Puede ser un verano muy movido en Portland en el que, por fin, inicien una reconstrucción que llevan años aplazando.