La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (IX)

TEMPORADA 88-89: LLEGAN LOS HEAT Y LOS HORNETS

De la mano de gente tan variopinta como el magnate Ted Arison o el cantante Julio Iglesias, la NBA llegaba a Florida. El entrenador elegido para dirigir a la plantilla de la nueva franquicia fue Ron Rothstein, un técnico con un corto historial hasta ese momento (su experiencia se limitaba a haber sido asistente en los Hawks y Pistons).

En el draft de expansión celebrado en junio de 1988 (donde las nuevas franquicias podían elegir a aquellos jugadores que no habían sido protegidos por el resto de equipos), el conjunto de Miami eligió a jugadores de poca entidad como Billy Thompson (alero saltarín de los Lakers), el roqueño Scott Hastings (jugador de banquillo profundo de los Hawks de Dominique), el mediocre base Darnell Valentine o al tirador John Sundvold. Junto a ellos aparecen nombre conocidos por nuestra liga como Fred Roberts (jugador que fracasó en toda regla en Barcelona), Andre Turner o el tirador Conner Henry. Incluso encontramos el nombre del alemán Hansi Gnad, el duro pívot germano, que no disputó ningún solo partido en la mejor liga del mundo.

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Curiosamente el jugador seleccionado en primer lugar por esta franquicia fue un alero de 32 años totalmente desconocido llamado Arvid Kramer, propiedad de los Mavericks, pero que estaba entonces jugando en Alemania. Tan solo había disputado 20 partidos para los Nuggets en la temporada 79-80 y nunca más llegó a jugar en la NBA… La razón de está extraña elección es la siguiente: a cambio de la elección número 20 del draft, la franquicia de Florida se había comprometido a elegir a este hombre y no tocar a ninguno del resto de jugadores no protegidos por los Mavs (Alford, Blab y Wennington).

Al analizar sus pobres selecciones en el draft de expansión, parece evidente que la franquicia de Florida iba a poner toda la carne en el asador en el draft colegial de aquel año. De esta forma, en aquel draft eligieron a una serie de jugadores que iban a constituir la columna vertebral de la plantilla en su temporada de estreno. El primero de ellos fue el pivot Rony Seikaly, jugador que conformaba junto con Derrick Coleman una gran pareja interior en Syracuse. El nortemaricano-libanés, un interior de gran clase, que tuvo, al final de su carrera, un paso fugaz y desastroso por Barcelona, fue elegido en novena posición de aquel draft. En vigésima posición iba a ser seleccionado Kevin Edwards, escolta anotador de la Universidad de DePaul, mientras que, ya en segunda ronda, los duros Grant Long (número 33) y Silvestre Gray (número 35) fueron los seleccionados por Miami.

Con estos mimbres, la primera fue una dura temporada para los de Florida, logrando tan solo 15 victorias. El máximo anotador del conjunto fue Kevin Edwards, con 13.8 puntos de media, lo que le valió ser elegido en el segundo quinteto de rookies de aquella temporada.

La franquicia de Miami tuvo buen ojo al elegir a sus jugadores en el draft de 1989. La cuarta elección de aquel draft fue utilizada para seleccionar a Glenn Rice, alero anotador que había llevada a la Universidad de Michigan a ganar la NCAA ese mismo año. En cuanto a la elección de segunda ronda de la franquicia, ésta fue utilizada para reclutar a Sherman Douglas, base compañero de andanzas de Seikaly en los Orangemen.

Estas adiciones, que en años posteriores le iban a dar buen resultado a la franquicia, solamente sirvieron para que los Heat ganasen 18 partidos en la temporada 89-90. La temporada sirvió para gozar de la ascensión de Rony Seikaly; convertido en hombre franquicia, lideró a su equipo con 16.6 puntos y 10.3 rebotes de promedio y fue nombrado jugador más mejorado de aquella temporada. Además, los buenos números de Douglas (14.3 puntos y 7.6 asistencias por partido) y Rice (13.6 puntos de promedio), les hicieron ser merecedores de ser incluidos dentro del primer y segundo quinteto novato, respectivamente, de la temporada 89-90.

CHARLOTTE HORNETS

La NBA llegaba a Carolina del Norte de la mano de una sociedad que tenía a George Shinn como cabeza más visible. La primera decisión de la nueva franquicia fue contratar a Dick Harter como coach, asistente hasta esos momentos del mítico Jack Ramsay en los Pacers.

La franquicia fue más conservadora que los Heat a la hora de constituir su plantilla. En el draft de expansión eligieron a gente solvente como el veterano anotador Kelly Tripucka, los bases Rickey Green (10 años de experiencia en la liga) y el minúsculo Tyrone Bogues, el fajador Mike Brown o la metralleta Dell Curry (poseedor de uno de las técnicas de lanzamiento más rápidas y certeras que jamás se hayan visto en la NBA). La falta de hombres altos de calidad les hizo elegir en una posición alta a un jugador totalmente marginal en la liga como David Hoppen.

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En cuanto al draft de novatos, el jugador elegido en primera ronda fue Rex Chapman (número 8), escolta de raza blanca, poseedor de un certero tiro exterior y de una potencia de salto inusual para hombres de sus características físicas. Ya en segunda ronda el elegido fue Tom Tolbert (número 34), jugador que nunca destacó en la liga profesional norteamericana.

A pesar de la mayor veteranía de su plantilla, los Hornets corrieron parecida suerte que los Heat, logrando únicamente 20 victorias en su primera temporada en la NBA. Kelly Tripucka fue el líder del equipo, promediando 22.6 puntos por partido. La temporada del rookie Chapman fue muy buena, logrando casi 17 puntos de media, lo que le hizo ser incluido en el segundo quinteto rookie de aquella temporada. Otros bastiones del equipo fueron veteranos fichados durante el verano como Robert Reid, Kurt Rambis o Earl Cureton.

El verano de 1989 llegó con la elección de un jugador de la casa, el pivot JR Reid (jugador de la Universidad de North Carolina), en primera ronda del draft (número 5). Duro e intenso, pero sin demasiada calidad, Reid estaba llamado a ocupar el tan ansiado puesto de center en el quinteto titular de los Hornets.

La llegada, procedente de los Suns, de Armon Gilliam (apodado el martillo) con la regular season ya iniciado iba a reforzar aún más el débil juego interior de los Hornets. Pero, sin embargo, esto no iba a suponer una gran mejora en el juego de los de Charlotte, ya que incluso ganaron un partido menos que en la temporada anterior, quedándose en 19 victorias. A nivel individual, Gilliam y Chapman lideraron el equipo en anotación (16.7 y 17.5 puntos de promedio respectivamente). La temporada de Reid no fue especialmente brillante (11.1 puntos y 8.4 rebotes), pero le fue suficiente para ser elegido en el segundo mejor quinteto de rookie de aquella temporada.

TEMPORADA 89-90: ES HORA DE LOS MAGIC Y LOS WOLVES

ORLANDO MAGIC

Con la llegada de Orlando Magic, Florida iba a contar con dos franquicias NBA. Un grupo capitaneado por el banquero Jim Hewitt logró traer a la ciudad de Disney la magia de la mejor liga de Basket. Para liderar esta franquicia desde los banquillos los dirigentes se hicieron con los servicios del coach Matt Guokas, ex entrenador de los 76ers. Ya solamente quedaba configurar una plantilla medianamente competitiva.

En el draft de expansión, los Magic seleccionaron, por un lado, a jugadores experimentados como el base Sam Vincent o ala-pivot Sidney Green; por otro, también a jóvenes prometedores como los aleros Terry Catledge y Jerry Reynolds, el saltarín Otis Smith o el base Scott Skiles. Pero entre todos ellos destacaba la figura de Reggie Theus, un base-escolta dos veces All-Star, que iba a aportar su veteranía (contaba por entonces con 32 años) y calidad.

Ya en el draft colegial de aquel año, la franquicia de Florida se iba a decantar por el tirador Nick Anderson como elección de primera ronda (número 11). Ya en segunda, sería elegido un viejo conocido de nuestra liga, Michael Ansley.

Aquella primera temporada en la liga fue dura para los de Orlando, logrando tan solo 18 victorias, pero su espectacular y vistoso juego (lograron una media de 110 puntos por partido) cautivó a los aficionados de la ciudad. Terry Catledge, en la temporada de su explosión como jugador, fue el líder anotador del equipo con 19.4 puntos de media, aunque Theus no le fue a la zaga, logrando 18.9.

En pocos años, y gracias a sus buenas elecciones en el draft (O´Neal, Hardaway), esta franquicia llegaría alto, muy alto

MINNESOTA TIMBERWOLVES

Tras prácticamente tres décadas sin baloncesto profesional (desde que los Lakers se mudaron a Los Ángeles), la magia del basket volvía a Minneapolis en 1989. De la mano del entrenador Bill Musselman se iba a tratar de completar una plantilla que enamorase de nuevo a los aficionados de aquellas frías tierras por el baloncesto.

Las elecciones del draft de expansión de los Wolves fueron bastante discretas. Optaron por elegir a una serie de veteranos como Ricky Mahorn o Steve Johnson que no llegaron a anotar un solo punto para la franquicia. Junto a ellos, encontramos a jugadores mediocres como Tyrone Corbin, Brad Lohaus o el base David Rivers.

Tampoco en el draft colegial se eligió a ninguna estrella de relumbrón, ya que se optó por el base Pooh Richardson (número 10) y ya en segunda ronda por el espectacular Doug West.

Pese a estos escasos mimbres, la franquicia de Minneapolis logró 22 victorias. A pesar de ser el peor equipo en anotación (escasos 95 puntos por partido), su fuerte defensa (segunda mejor equipo en este apartado de toda la liga) y la labor oscura de muchos de sus hombres hicieron que los Wolves completasen la mejor primera temporada entre las franquicias llegadas a finales de los 80. La estrella del equipo fue el alero Tony Campbell (23.2 puntos de media), jugador completamente marginal de los Lakers que había sido adquirido durante el verano. Merece ser destacada también la labor de otro jugador desconocido en la liga hasta ese momento, Sam Mitchell (actual entrenador de los Raptors). Sam era por entonces un alero de 26 años, cuya carrera profesional había discurrido en Francia. Logró ese verano del 89 una plaza en el rooster de los Wolves, completando una estupenda temporada (12.7 puntos de media). Finalmente, destacar que Richardson, con unos números decentes (11.4 puntos y 6.7 asistencias de media), logró colarse en el mejor quinteto rookie de aquella temporada.