DETROIT PISTONS

Obviamente, cuando pensamos en esta franquicia en la década de los 80, lo primero que a todos nos viene a la memoria son los Bad-Boys de CHUCK DALY que lograron el ansiado anillo en las temporadas 88-89 y 89-90. Este equipo, con su fuerte defensa y sus constantes rotaciones para mantener un quinteto fresco en todo momento, impuso un modo de juego que todos intentarían imitar en los 90.

Tras unos primero años erráticos, ya en la temporada 86-87 los Pistons demostraron estar preparados para dar el gran salto. En la Regular Season terminaron segundos en la División Central tras lograr 52 victorias y en los play offs llegaron a las finales de conferencia, donde cayeron ante los Celtics en siete partidos. Una imagen que pertenece a la historia es la de aquella agónica victoria de los Celtics en el quinto partido de esas series, gracias a un robo de balón de Larry Bird y posterior canasta de Dennis Johnson tras un desastroso saque de banda de los Pistons. De haber ganado ese partido, tal vez el rumbo de aquellas finales de conferencia hubiera cambiado.

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Un año más tarde, lograron su objetivo y disputaron su primera final ante los Lakers. Llegaron al sexto partido con un 3-2 favorable y tuvieron una oportunidad de oro para llevarse el anillo en ese sexto encuentro, pero perdieron por un solo punto (103-102). En ese encuentro, Isiah Thomas cayó lesionado del tobillo, a pesar de ello, fue capaz de anotar 25 puntos en un cuarto (record histórico de puntos anotados en un cuarto de un partido de las finales). Por desgracia, ese esfuerzo lo pagó en el séptimo partido, donde únicamente pudo disputar unos minutos testimoniales, cayendo su equipo con honor por tan solo tres puntos (108-105).

En las dos siguiente temporadas esta franquicia logró finalmente su objetivo. En 1989 el equipo damnificado fueron los Lakers, que notaron mucho los problemas físicos de Magic y Byron Scott, siendo aplastados por los Bad Boys, con Dumars como MVP de las finales, por 4-0. En la última temporada de la década fueron los Blazers los que sucumbieron por 4-1, siendo Thomas el mejor jugador de aquellas finales.

Pasando ya a analizar aquella increíble plantilla, debemos comenzar por los bases y escoltas. En esas posiciones nos encontrábamos con un trío mágico: ISIAH THOMAS, JOE DUMARS y VINNIE JOHNSON.

THOMAS fue el auténtico líder de este equipo, uno de los mejores bases bajos de la historia de la NBA. Poseedor de una velocidad endiablada, una capacidad asombrosa para penetrar, un buen tiro exterior, una gran visión de juego y, sobre todo, de una gran capacidad de mando. A pesar de su cara aniñada, era el más “bad” de todos los “boys”. Logró ser el MVP de los All-star de los años 1984 y 1986 y solamente un supuesto veto de Jordan impidió que formara parte del histórico Dream Team que disputó la olimpiada de 1992.

DUMARS era el asesino silencioso de los Pistons. Estamos ante un escolta elegante, muy ortodoxo en el tiro y poco espectacular, vamos, el lugarteniente perfecto del brillante Thomas. Su momento de gloria a nivel individual fue la final de 1989, donde obtuvo el premio al mejor jugador de aquellas finales. Es uno de los jugadores más queridos en esta franquicia, donde totalizó 14 temporadas como profesional.

VINNIE JOHNSON era un huracán ofensivo, que daba descanso a cualquiera de los dos titulares, siendo capaz de anotar más de 20 partidos en otros tantos minutos de juego (de ahí su apodo, “El microondas”). Su físico era poderoso y su tiro muy curioso, suspendiéndose hacia delante, como si se echase sobre su defensor.

En las alas encontrábamos a un grupo de jugadores de muy diferentes características:

Por un lado, tenemos que citar al talentoso alero anotar ADRIAN DANTLEY. Fue uno de los mejores anotadores de la historia de la liga, pero, sin embargo, por su falta de carisma, nunca fue suficientemente valorado (así, en un reciente ranking de deportista más infravalorados de la historia, realizado por la cadena ESPN, Adrian aparece en el noveno puesto, siendo el primer jugador de basket que en ese listado). Llegó a los Pistons procedente de los Jazz, donde llegó a promediar más de 30 puntos partido durante cuatro temporadas consecutivos (entre 1980-84). Era un alero de menos de 2 metros que le encantaba anotar cerca del aro, donde aprovechaba cualquier oportunidad para lanzar a canasta. Tenía además una especial facilidad para sacar personales a sus oponentes y lanzar tiros libres, que ejecutaba tras un curioso ritual: acuñaba una y otra vez la pelota, después se quitaba el sudor de la frente y finalmente lanzaba la pelota. Por desgracia para él, fue enviado a los Mavericks a cambio de MARK AGUIRRE (del que ya hablamos en el anterior capítulo) durante la temporada 88-89, por lo que no pudo hacerse con el anillo que tanto mereció.

También es necesario citar al archifamoso DENNIS RODMAN. Por aquel entonces, Dennis no era ese jugador de aspecto pintoresco y de reacciones imprevisibles que todos conocemos, sino un gladiador silencioso y atlético, que era capaz de parar y secar a jugadores que ocupasen cualquier posición en la cancha (grandes defensas las suyas sobre Magic). Nadie podía prever entonces que unos años más tarde el discreto Dennis sufriera esa mutación y se conviertiera en un personaje mediático.

En el puesto de ala-pivot tenemos que citar a RICKY MAHORN, uno de los jugadores interiores más duros de la historia. En ataque no aportaba gran cosa, pero en defensa era un muro infranqueable por su físico imponente y su actitud intimidadora (Jordan recibió más de una “caricia” por parte de este “matón de las zonas”).

En el puesto de pívot encontrábamos a BILL LAIMBEER. Este pívot blanco era el más duro entre los duros y uno de los jugadores más odiados de la liga. No saltaba por encima de un listín de teléfonos, pero a pesar de ello fue capaz de ser máximo reboteador de la competición en la temporada 85-86. Aguerrido defensor como Mahorn, pero a diferencia de éste, tenía una aportación ofensiva mucho mayor. Así, contaba con un lanzamiento exterior más que fiable, siendo capaz de clavar siete triples a los Blazers en el segundo partido de las finales disputadas ante los Blazers en la temporada 89-90.

Otro de los pivots de esta plantilla era JAMES “BUDHA” EDWARDS. Era un center de 2.16 de altura, de raza negra, con un gran bigotón estilo mejicano y cara de oriental, que le daban un aspecto muy simpático. Llegó pasados los 30 años procedente de los Suns. Su juego ofensivo era muy bueno, disponía de un certero lanzamiento cercano, pero, a pesar de su altura, no pasaba de ser un muy discreto reboteador.

El comodín interior del equipo, pudiendo jugar tanto de ala-pivot como de pívot nato, era JOHN SALLEY. Era un jugador larguirucho de gran envergadura (de ahí su apodo “La araña”), buen especialista en los tapones y en la intimidación en general, pero poco dado a anotar con fluidez. De alguna manera, representaba la cara más amable del equipo; era un tipo simpático al que le gustaban las cámaras y no dudaba en colaborar con los medios audiovisuales. Incluso llegó a participar en una película de Spike Lee (de título “Croocklyn”, si no me equivoco).

Otros de los jugadores que formaron parte de las plantillas de los “Bad-boys” ganadores del anillo fueron el pívot WILLIAM BEDFORD (pívot, gran fracaso del draft por culpa de su adicción a las drogas), FENNIS DEMBO (otro joven prometedor que no llegó muy lejos en la liga) o el base MICHAEL WILLIAMS.

De los Pistons anteriores a la época de los “Bad Boys”, debemos citar a dos grandes anotadores desde el exterior KELLY TRIPUCKA (fino estilistas de raza blanca y con un mostacho tan clásico aquella época) y JOHN LONG y al jugador interior de raza blanca KENT BENSON. Este último fue un número 1 del draft del año 77 que nunca llegó a despuntar del todo.
 

GOLDEN STATE WARRIORS

El equipo de Oakland estuvo un poco al margen del glamour que rodeaba a muchas de las franquicia de la NBA. A pesar de ello, siempre contó con buenos jugadores, clasificándose en varias ocasiones para los Play-offs y alcanzado por dos veces las semifinales de conferencia (concretamente en las temporadas 86-87, cayendo 4-1 frente a los Lakers, y 88-89, cayendo también 4-1 frente a los Suns).

A principios de la década, esta franquicia contó por un par de temporadas con nada menos que con el carismático WORLD B. FREE y con el que posteriormente sería el Rey de New York, BERNARD KING, uno de los mejores aleros anotadores de la historia de esta liga.

Más tarde la batuta de equipo la cogieron otro par de jugadores de gran calidad, que nunca contaron con un nivel de popularidad comparable a la de otras estrellas de la liga.

El primero de ellos era el base ERIC “SLEEPY” FLOY. Era un base de gran calidad ofensiva y bastante indolente en defensa. Posteriormente, cuando fue dirigido en los Rockets por Don Chaney, éste comentó que incluso su abuela sería capaz de defender con más intensidad que Sleepy. Eric demostró en algunos momentos una extraordinaria capacidad anotadora, como, por ejemplo, cuando anotó 29 puntos en un solo periodo del cuarto encuentro de las semifinales de conferencia disputadas frente a los Lakers en los Play Offs del 87. Sin embargo, su rendimiento no tuvo la continuidad deseada y quedó a medio camino del estrellato

El otro jugador de calidad que debemos citar es el pívot JOE BARRY CARROLL. Era un elegante pívot, muy buen atacante, blando en defensa y bastante pobre en el rebote. Llegó a promediar más de 20 puntos en varias ocasiones, pero no era un jugador que estuviera muy centrado en el juego y, por ello, también se quedó simplemente en un buen jugador, cuando, realmente, pudo ser una estrella.

Estos dos jugadores fueron traspasados en la temporada 87-88 por el gigante RALPH SAMPSON, que, por desgracia, empezó en esta franquicia su rápida decadencia física que le hizo arrastrarse por las canchas durante algunos años más (incluyendo Málaga, por cierto).

A lo largo de esta década la franquicia contó con un tercer jugador de calidad, un auténtico tapado, me refiero al alero PURVIS SHORT. Era un gran anotador exterior, llegó a promediar 28 puntos en la temporada 84-85, pero ni siquiera fue recompensado con la participación en el All-Star de aquel año.

En la segunda mitad de la década esta franquicia se fue haciendo con buenos jugadores jóvenes, que pocos años más tarde darían muchas satisfacciones a sus seguidores. Así debemos citar al trío compuesto por al alero CHRIS MULLIN, que, tras superar sus problemas con el alcohol marcaría toda una época en el club, el escolta MITCH RICHMOND y el pequeño base TIM HARDAWAY.

Para finalizar, haciendo un pequeño repaso de otros jugadores destacados que formaron parte de esta franquicia, podemos hacer referencia al escolta anotador TERRY TEAGLE (acabó jugando en Fuenlabrada), el oscuro pívot JEROME WHITEHEAD, aquel monstruoso reboteador llamado LARRY SMITH, el bombardero ROD HIGGINS, el duro TELLIS FRANK o aquel proyecto de buen center CHRIS WASHBURN que cayó en el infierno de las drogas. También paso por Oakland el mítico pívot sudanés MANUTE BOL, siendo aquí donde empezó a lanzarse esos triples imposible sin saltar y sacando el balón desde la nuca.

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HOUSTON ROCKETS

Esta franquicia llegó en dos ocasiones a rozar el anillo durante esta década, ya que disputó las finales del 81 y 86, cayendo en ambas ocasiones ante los Celtics. Estas dos presencias en la final de la NBA vinieron de la mano de dos de los mejores pivots de toda la historia, MOSES MALONE en 1981 y AKEEM (sí, todavía sin hache) OLAJUWON en 1986.

MOSES MALONE llegó en 1974 a la ABA sin pasar por la Universidad (entonces esa circunstancia era completamente anormal) y llegó a los Rockets en 1977. Era una auténtica bestia en la zona, poco espectacular y estéticamente tosco, pero dominaba como nadie la pintura. Sus años más brillantes coincidieron con las mejores temporadas de los Rockets a principios de los 80, llegando a ser MVP de la liga en la temporada 81-82 con unos promedios impresionantes de 31.1 puntos y 14.7 rebotes (anteriormente lo había conseguido en la temporada 78-79). Posteriormente, fue traspasado a los Sixers, consiguiendo el ansiado anillo en 1983, así como un tercer trofeo de MVP.

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Otros jugadores destacados de la plantilla de los Rockets que llegaron a las finales del 81 fueron el diminuto y genial anotador CALVIN MURPHY (al estilo de Iverson, jugaba de escolta a pesar de su cortísima estatura), los aleros ROBERT REID (que repitió en las finales del año 86), RUDY TOMJANOVICH (que conseguiría como entrenador dos anillos con los Rockets en los 90) y MIKE DUNLEAVY y el oscuro base ALLAN LEAVELL.

Tras perder a Mo, los Rockets tuvieron que recorrer toda una travesía en el desierto hasta que se hicieron con un par de gigantes que iban a hacer historia, me refiero a las torres gemelas, RALPH SAMPSON y AKEEM OLAJUWON (por aquel entonces sin hache).

RALPH SAMPSON fue “el hombre que pudo reinar”. Lo tenía todo, 2.24 metros de altura, grandes movimientos de espaldas y de cara al aro, buen manejo del balón… pero por desgracia su estrella brilló más bien poco. Dejó muestras evidentes de su clase en el All-star del 85, pero las lesiones y una aptitud no muy correcta le llevaron al desastre; fue primero traspasado a los Warriors por SLEEPY FLOYD y BARRY CARROLL, para luego acabar en los Kings e incluso jugar unos pocos partidos en el Caja de Ronda, ya con las rodillas destrozadas. Suya fue la agónica canasta de la victoria lograda de espaldas y sin mirar ante los Lakers en el quinto partido de las finales de conferencia, que les dio el pase a la final de 1986.

Sobre OLAJUWON poco nuevo se puede decir. Por aquel entonces, el nigeriano era un portento físico que dominaba las zonas con su potencia, agilidad y sus buenos movimientos. Con el tiempo, perdió parte de esa frescura física, pero como los buenos vinos, mejoró hasta ofrecer en los 90 lo mejor de su juego.

Otros jugadores de esta segunda plantilla de los Rockets que llegó a la final de la NBA a lo largo de esta década fueron el alero RODNEY MC CRAY (el tercero en discordia tras Ralph y Akeem), el pívot JIM PETERSEN (blanco y con buena planta, pero poco más) y LEWIS LLOYD y MICHAEL WIGGINS, base y alero, que fueron suspendidos por problemas con la cocaina por un par de temporadas.

Tras aquella final perdida y el traspaso de SAMPSON a los Warriors, los Rockets pasaron unos últimos años de década de transición, contando con jugadores como, los ya mencionados, FLOYD y CARROLL, los aleros BUCK JOHNSON, WALTER BERRY, MIKE WOODSON y PURVIS SHORT o el ala-pivot OTIS THORPE (buen anotador y reboteador que dominaba con gran facilidad el balón a una mano), que formaría una gran pareja interior con Akeem.

Finalmente recordar que por esta franquicia pasaron tanto uno de los grandes bases de esta competición al que por desgracia las drogas impidieron que rindiese siempre a un gran nivel, JOHN LUCAS, y un histórico ala-pivot, ELVIN HAYES, ya en las últimas.

 

SERIE COMPLETA FRANQUICIAS NBA 80s

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (I)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (II)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (III)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (IV)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (V)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (VI)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (VII)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (VIII)

La década de los 80 en la NBA franquicia por franquicia (IX)