La temporada 2024-25 ha estado muy lejos de las expectativas en Vitoria. El Baskonia no logró clasificarse para la Copa del Rey, se descolgó en la segunda vuelta de la Euroliga y apura sus últimas opciones para entrar en los playoffs de la Liga Endesa. Un curso decepcionante que obliga al Baskonia a buscar fichajes, a hacer autocrítica y planificar con precisión el próximo mercado de fichajes.

DIRECCIÓN DE JUEGO: UN NUEVO ‘CEREBRO’ AL ESTILO DARIUS THOMPSON

Con Pablo Laso ya asentado en el banquillo, tras llegar con el verano avanzado, toca pensar más en perfiles que en posiciones, en el tipo de equipo que se quiere construir para recuperar el nivel competitivo habitual. La continuidad de dos piezas clave como Markus Howard y Tadas Sedekerskis, ambos renovados recientemente, supone una base sólida. Pero el reto está en encontrar una tercera figura determinante en torno a la cual edificar y reforzar las carencias que han penalizado al conjunto vasco durante toda la temporada en caso de que Chima Moneke salga.

Si hay una posición que necesita atención inmediata, esa es la del base. Codi Miller-McIntyre se marchó, Kamar Baldwin no ha cumplido con lo esperado y aunque Trent Forrest ha dejado destellos interesantes, no ha ofrecido la regularidad necesaria para liderar al equipo.
 
Baskonia necesita incorporar un director de juego con galones, lectura táctica, capacidad para anotar y generar desde el pick & roll. Alguien del perfil de Darius Thompson, que además de su calidad ofensiva, sea capaz de marcar el ritmo y ser el enlace natural con el entrenador en la pista. Sin una figura así, el equipo seguirá sufriendo en momentos clave. Además, los datos respaldan esta carencia: el banquillo baskonista es uno de los que menos asistencias reparte en toda la Euroliga, lo que refleja una falta de creatividad secundaria que obliga a jugar minutadas a sus directores principales actuales.

UN ALERO POLIVALENTE Y FÍSICO: UN FICHAJE DE BASKONIA PARA EQUILIBRAR

Con Howard fijo como escolta titular y Sedekerskis ofreciendo alternancias interesantes en su posición, el siguiente paso es encontrar a ese alero físico y versátil que complete el núcleo principal del equipo. El fichaje de Timothé Luwawu-Cabarrot fue un acierto, y su continuidad está marcada para el año que viene, pero si es posible, se deberá buscar un perfil similar.

El problema es que ese tipo de jugador —capaz de generar desde el bote, correr en transición, defender varias posiciones y sumar sin necesidad de tener muchos tiros— no abunda y está cotizado en los mercado más evidentes. Aun así, Laso, la dirección deportiva y cualquier club saben que, sin esa pieza, un equipo queda cojo, sobre todo en contextos de Euroliga donde el físico y la versatilidad marcan la diferencia.

DEFENSA EXTERIOR Y CONTROL DEL TRIPLE RIVAL EN EUROLIGA

Baskonia ha sido uno de los equipos que más triples ha encajado por partido en Euroliga (4º), un dato que expone sus limitaciones en defensa perimetral. Faltó comunicación, anticipación y ajustes defensivos en muchas fechas, algo que debe corregirse tanto desde el planteamiento táctico como desde la elección de perfiles defensivos en el próximo mercado.

No basta con mejorar el uno contra uno: se necesita conciencia colectiva y automatismos, además de jugadores con piernas frescas que puedan sostener una intensidad alta durante todo el partido.

RITMO DE JUEGO Y APROVECHAMIENTO DE LA TRANSICIÓN: UN ESTILO POR DEFINIR

Con apenas 70.5 posesiones por partido, Baskonia ha sido uno de los equipos con menor ritmo de la Euroliga. Eso se traduce en pocas situaciones de contraataque y transiciones lentas, lo que penaliza a jugadores como Howard, que se benefician del juego abierto y del caos.
 

 
Este es otro de los puntos clave de la planificación: ¿quiere Pablo Laso un equipo vertical o uno más estático? Si la idea es recuperar una identidad de alto ritmo, entonces deberán llegar jugadores físicos, atléticos y con buena lectura en campo abierto. Pero eso también exige profundidad de banquillo, para mantener la intensidad sin depender de 6-7 jugadores con cargas de minutos demasiado altas, como ha ocurrido este curso.

HOWARD Y SEDEKERSKIS COMO PILARES, ¿QUÉ BASKONIA QUIERE CONSTRUIR LASO?

La renovación de Howard hasta 2028 aseguraba un caudal ofensivo constante después del pasado temporadón. Sedekerskis, por su parte, es el alma competitiva del equipo, además de una pieza táctica muy valiosa por las posibilidades que ofrece. Sin embargo, el club necesita asegurar una tercera pata estable para sostener el proyecto.

En duda está el futuro de Chima Moneke, que ha rendido a gran nivel en muchas ocasiones, pero que termina contrato en junio y podría tener ofertas importantes en verano. Si se marcha, su vacío estadístico no es fácil de sustituir: energía, rebote, defensa y puntos, hablando de sus características más positivas. Aun así, el Baskonia necesita mirar al mercado con ambición y claridad, sabiendo que la próxima temporada no puede permitirse otro paso atrás.