Al comenzar el proyecto de Liga U22 en el real Madrid los focos han apuntado a Izan Almansa, posteriormente Gunars Grinvalds con su debut en Liga Endesa y Euroliga centró las miradas, pero hay un nombre que empieza a resonar en los pasillos de Valdebebas: Egor Amosov. El alero ruso, en apenas dos jornadas de la Liga U22, está demostrando ser mucho más que un simple tirador. Es un engranaje esencial en el esquema de cantera del Real Madrid, el jugador que equilibra talento y disciplina.
Egor Amosov en números
Lo más llamativo es lo más evidente, promedia 21 puntos por encuentro con una buena selección de tiro (9/21 en tiros de campo), mostrando confianza en el triple (5/14) y solvencia desde la línea de tiros libres (5/6). Pero su presencia no se limita a anotar: también lidera en rebotes entre los jugadores exteriores y está en el Top3 del equipo con 13 rebotes defensivos. Números que le han dado voz en las comunicaciones de la Liga U22.
Con más de 49 minutos en pista en solo dos partidos, Amosov se ha ganado la confianza del cuerpo técnico. Su carga de minutos es comparable a la de los referentes del equipo, y su capacidad para generar juego está lejos de ser anecdótica: 10 asistencias, solo 4 pérdidas, y 6 faltas recibidas hablan de un jugador que entiende el juego y toma buenas decisiones. Su ratio de asistencia/pérdida (2,5) es sobresaliente para un jugador exterior joven, y refuerza la idea de que Amosov puede convertirse en un generador secundario muy valioso. Lejos de ser un ejecutor aislado, se mueve sin balón, lee espacios, y mejora a sus compañeros.
Cómo se diferencia de Almansa y Grinvalds
Izan Almansa es la referencia interior. Gunars Grinvalds, el cerebro desde la dirección. Amosov, sin embargo, opera en ese terreno difuso y vital entre el exterior anotador y el alero todoterreno. Es el pegamento, el cemento invisible que sostiene el juego sin reclamar protagonismo.
En un entorno como el del Real Madrid, donde el talento abunda, brillar sin estridencias es una virtud. Amosov lo hace con compromiso defensivo, buen cierre del rebote y un instinto natural para aparecer cuando el equipo más lo necesita. No es casualidad que haya sido constante en sus dos apariciones, ni que haya participado activamente tanto en pista trasera como delantera, por ahora es un valor seguro que suma en positivo cada minuto de presencia en pista.
¿Puede dar el salto al primer equipo?
A día de hoy, no hay prisa. El Real Madrid sabe trabajar los tiempos y no quiere precipitar un posible debut en Liga Endesa que sea contraproducente. Pero Amosov está posicionándose como uno de los talentos más completos de la generación 2008. Su madurez táctica y su capacidad para adaptarse a distintos roles lo convierten en una apuesta segura a medio plazo.
Con la referencia de jugadores como Rudy Fernández o el propio Hezonja, el futuro de Amosov podría pasar por ese perfil de “wing moderno” que alterna defensa, tiro y creación secundaria. Lo tiene todo para crecer en esa dirección. Sergio Scariolo lo sabe y lo sigue de cerca, aunque aún no está preparado para dar el salto.
Lo que no sabes de la joya blanca
Pese a su edad, Amosov ya ha competido fuera de las fronteras españolas: mientras aún era cadete/juvenil, debutó en la liga profesional VTB con el BC Samara, donde promedió 5,9 puntos y 3,5 rebotes en 21,6 minutos en su primer curso.
Este paso prematuro por un entorno profesional —fuera de su país y con jugadores adultos— le dio una madurez competitiva que hoy le permite destacar en el Real Madrid U22 como ese alero moderno que tan valioso es en el baloncesto actual: más allá del talento, ya tiene experiencia de ritmo senior.