Para un mercado párvulo como es el de Minnesota (según Forbes, el segundo más pequeño de la NBA), no tener proyecto alguno, o peor, encadenar un nuevo plan sin tan siquiera haber obtenido resultados del anterior es la peor estrategia posible. Incluso cuando regresaron en 2018 a los Playoffs fue solo un espejismo, una ilusión antes de volver a su mediocre realidad, los puestos de lotería del Draft. No fue hasta la elección de Anthony Edwards con el pick 1 en 2020, la llegada de Chris Finch al banquillo y el traspaso por Rudy Gobert cuando, finalmente, los Timberwolves consiguieron armar un equipo con identidad.
Fueron muchos quienes dudaron de este particular Big Ball en un momento donde la versatilidad y la homogeneidad son la norma y su primer curso de rodaje confirmó a los escépticos que estaban en lo cierto. Sin embargo, el tiempo parece estar dando la razón a un Tim Connelly que apostó fuerte por revertir la tendencia de una franquicia condenada a no ser nada. Incluso si los Wolves no consiguieran pasar de la primera ronda en postemporada ya podría hablarse de que el curso ha sido un éxito. Y no es una exageración. Minnesota no ha conocido tres cursos seguidos en Playoffs desde principios de siglo y no ganó una eliminatoria hasta pasadas 8 caídas seguidas a las primeras de cambio entre 1997 y 2004.
Rudy Gobert comes up with a block and finishes the fastbreak with a mean jam!
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“El aficionado medio no entiende lo que aporto. Por suerte los GM y técnicos sí lo hacen”, decía Rudy Gobert en diciembre de 2022, tras encadenar siete derrotas consecutivas. El matrimonio entre el francés y Minnesota no se había permitido ni una luna de miel y las críticas a su encaje en el engranaje de Finch eran feroces. No obstante, el pívot ex de Utah Jazz ha conseguido darle la vuelta a la tortilla. El tiempo es el mejor aliado en los procesos de construcción en la NBA, más a nivel defensivo.
MINNESOTA TIMBERWOLVES, MEJOR DEFENSA DE LA NBA
El ataque gana partidos, la defensa gana campeonatos. Es un mantra del deporte, y de la NBA, que no por repetido deja de ser cierto. De los últimos diez ganadores del anillo, solo los Golden State Warriors de 2018 no fueron un equipo top-10 defensivo en la temporada regular; hace dos años las finales las jugaron las dos mejores defensas de la liga y en promedio, en los últimos 16 años, el ganador del título tenía un ratio defensivo top-5 de la competición. Y en 2024, la mejor defensa del curso ha sido la de Minnesota Timberwolves, con 108.4 puntos recibidos por 100 posesiones.
Así, en un abrir y cerrar de ojos, los Timberwolves conformaron uno de los quintetos titulares más equilibrados y con mayor potencial defensivo de toda la liga: Conley, Edwards, McDaniels, Towns y Gobert. Solo era cuestión de tiempo que todas las piezas encajasen. Un equipo que, gracias al pívot francés, ha permitido tan solo el 60.2% de acierto en el aro, el espacio más difícil de defender, y un 40.2% en la zona restringida, siendo este el quinto mejor registro de la competición. Aunque donde más brillantes han resultado los de Minneapolis es en la defensa del triple, concediendo únicamente un 34% a sus oponentes en la frontal, segundo mejor dato de la liga.
LOS PROBLEMAS DE ANTAÑO
La única manera de hacer funcionar un equipo con dos jugadores tan altos, uno de ellos sin ninguna capacidad de generar su propio tiro, es mediante la generación de otros. El ejemplo más claro es Cleveland, con Evan Mobley y Jarrett Allen, y como Darius Garland y Donovan Mitchell han sabido crear para ellos. En antaño, ni D'Angelo Russell ni Anthony Edwards tuvieron ese rol, ni son jugadores conocidos por su capacidad para hacer mejor al resto: son anotadores. Es más, el propio Edwards se quejó en más de una ocasión de la cantidad de jugadores que había en la pintura y cómo eso afectaba a su juego.
One of the oddest yet most effective plays in the NBA last season?
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Ant no era el mayor fan de la llegada de Gobert, pero por sus manos pasaba hacer que el proyecto funcionara. Tanto Rudy Gobert (1.24 puntos por posesión) como Karl-Anthony Towns (1.44) son excelentes jugadores en bloqueo y continuación, pero ninguno de sus bajitos dominaba el arte. La mejora de Edwards en la gestión de recursos y la incorporación de Mike Conley hizo que todas las piezas encajaran. No obstante, y a pesar de ser el décimo ataque más eficiente de la liga (55.9 en EFG%), los Timberwolves no cuentan con una ofensiva súper poderosa, ya que ocupan la 17ª posición en el ranking: anotan 114.6 puntos por cada 100 posesiones.
YA NO BASTA CON DEFENDER
La defensa sola ya no gana anillos. En 2024, por primera vez en muchos años, la NBA ha cambiado el paradigma: ahora el ataque marca el ritmo. Varios jugadores se han pronunciado sobre el impacto del ataque y los posibles motivos por los que la temporada actual ha tenido un crecimiento dimensional comparado con cualquier otra campaña, y la respuesta principal es una: el talento. La NBA nunca había juntado tanto talento tan diversificado; cada equipo, especialmente los de playoffs, tiene dos o tres jugadores con potencial de ser All Star, capaces de anotar 40 puntos en un partido de baloncesto. Se le suma el estilo actual, con cinco jugadores abiertos y donde un 40% de los tiros de campo son triples, y que el cambio de normativa ha permitido un baloncesto más rápido, y la respuesta son más puntos.
Rim FG% Leaders Post-Allstar
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1. Gafford: 86.3%—102 FGA
2. Lively: 83.3%—78
3. TJD: 81.8%—99
4. AD: 81.0%—137
5. Gobert: 80.2%—101
6. Kuz: 80.0%—95
7. Richards: 78.7%—89
8. Rui: 78.3%—83
9. LeBron: 77.5%—129
10. M. Wagner: 77.2%—79
11. Giannis: 76.8%—185
12. Duren: 75.7%—103 pic.twitter.com/sETmVAsQLy
No, por supuesto que la defensa no ha desaparecido. Atacar es solo la mitad de la ecuación en un equipo de baloncesto, y sigue siendo clave para ganar. Los Heat supieron robar el factor pista colapsando la pintura ante Boston el año pasado, Phoenix decidió apostar por Jock Landale por encima de DeAndre Ayton por el trabajo hecho en defensa ante Jokic, y los Celtics, tras los 45 puntos de Harden en el primer partido en las Semifinales de Conferencia, lo dejaron en 5/28 en tiros de campo en los dos siguientes. Pero por primera vez en muchísimo tiempo, el ataque ha pasado a ser más importante. Ya no has de dejar al rival en menos puntos, ahora la idea es meter más. Y cuando no puedes superar a la defensa rival, tu plan se desmorona, como puede sucederle a Minnesota en postemporada.
RUDY GOBERT ES SINÓNIMO DE ÉXITO DEFENSIVO
La defensa de los Timberwolves no está centrada en causar el caos en el oponente, incrementando el volumen de errores que puedan cometer, sino en hacer cortocircuitar el ataque, que pierdan tiempo antes de tener que lanzar a la desesperada en los últimos segundos. Precisamente esta versatilidad e intercambiabilidad es lo que puede permitirles ser un peligroso rival en Playoffs. En un Oeste tan diverso como el actual, poder mudar de piel en defensa es catedralicio.
Pero volvamos a Rudy Gobert. La mejor defensa de la NBA no se entiende sin la presencia del oriundo de San Quintín. ¿Y cómo lo han hecho en Minnesota? Recurriendo a un viejo truco extraído de Utah Jazz, que consiste en colocar a Rudy Gobert sobre un jugador que no suele participar en la ofensiva rival de manera activa. De este modo el francés puede ejercer como una ayuda activa ante cualquier incursión al aro. De tal modo que no solo debe superar la primera línea defensiva de los Timberwolves, sino que después de eso se ve forzado a resolver frente a un Gobert listo para condicionar cualquier bandeja o tiro corto cerca del aro. A través de esta configuración defensiva la pintura queda más segura ante la presencia fija de un gigante como Rudy custodiando el aro, permitiendo al resto ser más agresivos sobre el balón o en las fintas y "protegiendo" a Towns.
Most Stocks this season, minimum 70 GP:
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339 - Victor Wembanyama
264 – Anthony Davis
233 – Chet Holmgren
223 – Brook Lopez
212 – Shai Gilgeous-Alexander
196 – Rudy Gobert https://t.co/N7Hi5YLXw0 pic.twitter.com/VuN4DmFHLM
Rudy Gobert aterriza en la NBA en 2013. Ese curso los Jazz fueron la segunda peor defensa de la competición, recibiendo 110.1 puntos por cada 100 posesiones (esta temporada serían la segunda mejor). El francés únicamente disputó 45 partidos, y ninguno como titular. En su segundo año en la liga, ya con Quin Snyder en el banquillo, y consolidado en el quinteto inicial, Gobert queda quinto en la votación por el DPOY, con los Jazz siendo la decimocuarta mejor defensa de la NBA. El siguiente curso, en la 2015-16, subirían siete puestos en la lista, ocupando la séptima posición en el ranking defensivo. Y desde 2016 hasta 2019 los Utah Jazz no saldrían del top3. Durante ese tramo, el francés obtuvo dos premios a Mejor Defensor de la NBA y tres presencias en el Mejor Quinteto Defensivo.
El tercer galardón lo lograría en la 2020-21, con Utah siendo, de nuevo, la tercera mejor defensa de la competición. Un jugador dominante desde atrás.
NÚMEROS DE DPOY
El francés ahora mismo va directo a conseguir su cuarto galardón como Defensive Player of the Year, lo que le pondría al nivel de Dikembe Mutombo y Ben Wallace, los únicos jugadores en la historia en conseguirlo. El interior ha conseguido por fin hacer funcionar la pareja alta que forma con Karl-Anthony Towns, y ha finalizado la temporada con 2.1 tapones por noche, además de 14 puntos, 12.9 rebotes y dejando a sus rivales en un triste 41.3% de campo, bajando sus promedios en 7.5%, tercero en la NBA (mínimo 200 tiros defendidos).
Una de las estadísticas defensivas más importantes es qué tan bien lanzan los rivales cerca del aro, cuando tienen a determinado jugador adelante. Esa referencia muestra que Gobert fuerza más fallos de los contrarios, por un buen margen de diferencia. Victor Wembanyama, por ejemplo, uno de los mejores protectores de aro a pesar de su inexperiencia, deja a los rivales en un notable 54.3%. Sin embargo, el pívot de los Timberwolves concede un 48.1% de acierto. Además, los votantes también suelen mirar métricas generales, que determinan cuán bien defiende un equipo cuando determinado jugador está en el campo, ajustando por la calidad de compañeros y rivales. En estas estadísticas, Rudy Gobert luce como el defensor de mayor impacto (+3.1 LEBRON defensivo).
He may occasionally look goofy out there, but when I turn on Gobert’s perimeter tape I see a lot of guys settling for heavily contested jumpers, getting their shot sent back, and turning it over… pic.twitter.com/hF2COAfEn0
— NBA University (@NBA_University) April 5, 2024
La métrica LEBRON es una medida de impacto, no de talento. Tiene una curva de crecimiento por edad en la que se espera que los jugadores mejoren y luego disminuyan con el tiempo durante su carrera. Se espera que mejoren rápidamente cuando son más jóvenes y que su impacto disminuya a medida que envejecen. Por eso impresiona ver que un veterano como Gobert esté por encima de jugadores como Kessler, Chet, Wemby…
PLAYOFFS 2024: TIMBERWOLVES VS SUNS
Minnesota Timberwolves (#3) y Phoenix Suns (#6) se verán las caras en la Primera Ronda de los Playoffs en la Conferencia Oeste. Duelo de estilos. Los puntos fuertes y débiles de uno y otro equipo están más que claros. Minnesota es la mejor defensa de la NBA con Gobert en el epicentro, pero deja serias dudas en el otro costado del campo, mientras que Phoenix tiene a tres de los mejores anotadores de la liga (Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal), pero cierta fragilidad en defensa y poca profundidad.
Minnesota Timberwolves Phoenix Suns
— NBASpain (@NBAspain) April 15, 2024
Tenemos duelo confirmado en los #NBAPlayoffs pic.twitter.com/SW9SCMUHDG
En los tres partidos de regular season, Phoenix logró sobreponerse a ese nivel defensivo de los Timberwolves. Y esto, lejos de ser casualidad, tiene una explicación lógica: los de Finch, con Gobert a la cabeza, se especializan en proteger la pintura y ceder tiros de media distancia. El problema es que aunque esa estrategia sea sólida contra la mayoría de los equipos, si algo destaca a los Suns es la habilidad de su Big 3 para anotar justamente en esa zona intermedia. Beal, Durant y Beal son expertos en el mid-range y no sorprende que Phoenix haya liderado la liga con 6.6 aciertos por partido en la media distancia. Si bien otras grandes defensas han caído en Playoffs siendo el interior francés espectador de lujo, en esta ocasión la polivalencia de Minnesota les da el beneficio de la duda de cara a la pelea por un puesto en las semifinales.
EL AULLIDO DEL LOBO
Los Wolves consiguieron el liderato de la conferencia Oeste la mañana del 19 de noviembre, y desde ese momento se mantuvieron 105 días como líderes. En las 34 temporadas anteriores, desde la llegada de la franquicia a la NBA, se combinaron para solo diez días como primer seed del Oeste. El problema viene en playoffs. Porque Minnesota Timberwolves, en los ocho años previos, solo consiguió llegar a segunda ronda una temporada. Ese 2004, cuando le ganó primero a Denver y más tarde a Sacramento antes de caer a manos de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal. Once veces se ha metido en playoffs y en diez ha caído a las primeras de cambio con un horrible récord de 21-42 en partidos y 2-11 en eliminatorias.
"La hora del lobo es el momento entre la noche y la aurora cuando la mayoría de la gente muere y la mayoría de los niños nacen; cuando las pesadillas vienen por nosotros". La frase está tomada de La hora del lobo, la película de Ingmar Bergman a la que, para los que la hemos visto, remite el momento actual para los Timberwolves: ese que nunca iba a llegar pero llegó, ese que nadie quería pero todos han buscado, con un ahínco demasiado unánime como para que fuera mínimamente posible que no lo encontraran.
La duda es saber si los lobos de Minnesota están diseñados para dar el siguiente paso en la lucha por el anillo. El curso pasado fueron el equipo que más batalla le dio a los Nuggets, a la postre campeones, pese a las bajas de McDaniels y Reid. Este año no basta con hacer ruido, ahora toca tener un impacto real en la postemporada. Es la hora de Rudy Gobert. Es la hora de los Minnesota Timberwolves.