Tras la notica de que el banquillo de Casademont Zaragoza volverá a tener cambios este verano, y con la salida ya confirmada de Porfirio Fisac, se pusieron sobre la mesa varios rumores que colocan a Pablo Pin en el banquillo maño. Pero ¿está realmente cerca de dejar Granada después de más de una década? Esto es lo que está sobre la mesa.

Un ciclo histórico en Granada

Pablo Pin no es un entrenador más. Su trayectoria con la Fundación CB Granada es una rareza en el baloncesto profesional: ha sido el único técnico español en llevar a un mismo equipo desde Primera Nacional hasta la Liga ACB en apenas diez años. Trece temporadas al frente de un mismo proyecto, moldeándolo desde sus cimientos hasta su etapa actual en la élite.

Ese recorrido no solo habla de resultados, sino de identidad. Granada ha sido, en muchos sentidos, el reflejo del carácter y el trabajo de Pin. Imagen que no ha sido siempre respetada, respaldada o confiada por la afición granadina, a pesar de ser un ciclo sobresaliente, cada temporada se cuestionaba si Pin era el idea para afrontar una categoría superior. El tiempo ha acabado dando la razón al técnico granadino que, aunque pese a algunos, sí es profeta en su tierra.

Una temporada difícil que abre interrogantes

Sin embargo, la presente temporada ha sido dura. El equipo ha mostrado síntomas claros de desgaste, con resultados que no han estado a la altura de los últimos años. En rueda de prensa, el propio Pin ha reconocido que está siendo una temporada complicada, aunque útil para crecer profesionalmente. Aunque la confección de la plantilla 2024-25 parece tener problemas estructurales, Pin ha demostrao saber lidiar con la situación y amoldarse a los mil y un problemas que se han presentado, a pesar de ser colista, la imagen del equipo no es mala.

Este bajón de rendimiento ha abierto una pregunta legítima: ¿se ha agotado el discurso de Pablo Pin en Granada? Nadie desde el club ha planteado su salida. De hecho, la directiva ha reiterado en varias ocasiones que no piensa destituirlo. Si hay un cambio, será por decisión propia, decisión que parece tener visos de producirse o incluso estar tomada desde que se conoció el cambio de agencia de representación del entrenador granadino, un claro síntoma de querer dar “un paso más” en su trayectoria.

Casademont Zaragoza: un proyecto que seduce

En ese contexto, el nombre de Casademont Zaragoza aparece como una opción realista y estimulante. No solo por tratarse de un club con potencial y tradición en la Liga Endesa, sino también porque el puesto llega con una estructura aún por definir. Actualmente, Zaragoza no tiene director deportivo, y ese doble rol —entrenador y gestor deportivo— es una función que Pin ha desempeñado todos estos años en Granada.

El proyecto aragonés ofrece margen de crecimiento, capacidad de decisión y el desafío de reconstruir desde una base inestable. Justo el tipo de reto que encaja con el perfil de Pin que tendría la oportunidad de, con un mayor presupuesto que todos los que ha tenido en su carrera, poder conformar un equipo “a su imagen” con jugadores importantes, solo necesitaría tiempo y estabilidad para hacer germinar una idea de juego.

¿Cambio de ciclo?

Todo indica que, si se produce un movimiento, no será traumático ni repentino. Pin es una figura respetada y su salida, de darse, respondería a un análisis profundo y personal sobre si su etapa en Granada ha tocado techo. El técnico granadino está muy comprometido con el proyecto nazarí desde su nacimiento, ni confirmará ni desmentirá nada hasta que la Liga Endesa concluya, es parte de su ética personal y profesional.

Después de tantos años al frente, con subidas y bajadas, quizá la clave esté en esa frase que ha repetido últimamente: “También de las temporadas malas se aprende”. El futuro de Pablo Pin está en el aire, pero si decide volar, Zaragoza parece un destino muy lógico. Pero que nadie dude que trabajará hasta la extenuación en el actual Coviran Granada hasta que suene la bocina de final de temporada, se de el resultado que se de finalmente, porque aunque está muy difícil la salvación del equipo nazarí, recuerden el dicho poular: “Todo es posible en Granada”