frank kaminsky, el universitario fiel
Cuando Frank era pequeño solía jugar a baloncesto con la canasta oxidada que colgaba de la pared de su casa en Woodrige, Illinois. Esa vieja canasta, él pensaba, seguro la habían robado sus padres del cubo de basura de algún vecino para que su hijo pudiera jugar cerca de casa. Cada verano una colmena de abejas hacía de la parte trasera del tablero su casa, siempre amenazando con picar a Frank. Por miedo a las abejas él solo podía lanzar de lejos, dejar que la pelota aterrizase e ir a por ella para volver a intentarlo. Todas esas tardes hicieron que Frank se convirtiera más adelante en un pivot con mucho rango de tiro.
La anécdota la contaba el propio jugador en su blog años más tarde, ya en la universidad. Aprender a adaptarse a un contexto que no siempre le era favorable, igual que tuvo que hacer cuando formaba parte del equipo AAU de los Illinois Wolves. Frank era un adolescente blancucho y alto pero sin fuerza ni intensidad. Recuerda que el equipo tenía que viajar a Kansas para jugar un torneo y que cuando él apareció listo para coger el bus con el equipo, el entrenador le dijo que no iba a viajar con ellos a los partidos sino que se quedaría entrenando. Este evento despertó un sentimiento mezclado de rabia y decepción en Frank que empezó a crear su ética de trabajo que le serviría más adelante en High School y College para pasar de desconocido a estrella en Wisconsin.
la decepción como camino al éxito
Francis Stanley Kaminski III nació el 4 de abril de 1993 en Winfield, Illinois, hijo de Frank Kaminsky Jr. y Mary Kaminsky, ambos ex-jugadores universitarios de baloncesto y volleyball respectivamente. Los genes acompañaron desde pequeño pero su actitud y ética de trabajo fueron los que le ayudarían a triunfar en lo que se propusiera. Con apenas cinco años tuvo la suerte de contar con sus tíos que trabajaban para los Chicago Bulls. Frankie les acompañaba a las instalaciones donde Rodman, Brown o Jordan entrenaban y quedaba enamorado del deporte de la pelota naranja.
Tras sus primeras decepciones con los Wolves de la AAU, Kaminsky se enroló en Benet Acadamy en Lisle y formó parte de un equipo que realizó una temporada de 29 victorias y una sola derrota, en semifinales del torneo de final de temporada. Frank lideró al conjunto de los Redwings con 15 puntos, casi 9 rebotes y más de 4 tapones por encuentro durante ese año para acabar siendo nombrado mejor jugador de la East Suburban Catholic Conference de la temporada. Su camiseta con el dorsal #44 cuelga actualmente del techo del pabellón de Benet Academy.
Tras finalizar su periplo de High School empezaba para Frank Kaminsky uno de los periodos más emocionantes de su vida: college. Su madre jugó en Northwestern, una universidad de Illinois, y todo el mundo pensaba que Frank aceptaría la beca ofrecida por los Wildcats. La visita al campus no fue todo lo impresionante que él esperaba y pese a que Kaminsky no era considerado más que un prospect de 3 estrellas en la nación, los Wisonsin Badgers decidieron ofrecerle la oportunidad de unirse a ellos. Para Frank la decisión fue fácil y tras elegir Wisconsin empezaba el camino hacia la leyenda con los Badgers,
leyenda en los badgers
La historia de Kaminsky en Wisconsin no empieza en la cima sino en lo más bajo. Su primera temporada fue, en palabras de su entrenador Bo Ryan, un gran ajuste. "Pasas de ser una estrella en tu instituto a no jugar en la universidad. Tienes que madurar mentalmente y físicamente, juegas cuando estás listo", declaraba Ryan. Para Frank el primer año fue de transición y desarrollo. Apenas jugaba 7 minutos por encuentro y ni tan siquiera superaba los 2 puntos por partido de media. Pese a que pisó el parqué en 35 de los 36 partidos de ese año, su tope de anotación fueron 9 puntos ante la universidad de Missouri-Kansas City.
Consciente de que un salto a la NBA era impensable para un jugador como él sin antención de los medios ni minutos en su equipo, Kaminsky decidió centrarse en ampliar sus armas ofensivas y recursos defensivos de cara al segundo año de universidad. Pattrick Chambers, entrenador jefe de Penn State recuerda que durante los dos primeros años de Kaminsky en la NCAA no le tenían ni siquiera en los informes de partido que confeccionaba el staff antes de los encuentros; Frank Kaminsky era un desconocido. Su segunda temporada mejoró a la primera, llegando incluso a anotar 19 puntos en un encuentro y liderando a su equipo en porcentaje de tiros libres encestados pero su relevancia en el equipo seguía siendo residual.
El gran cambio en la carrera de Frank llegaría con la entrada de su año junior, su tercera temporada con los Badgers. El programa de Wisconsin había perdido a gran parte de su juego interior en la última graduación y y Kaminsky lo sabía. El jugador pasó el verano entrenando y añadiendo movimientos a su repertorio, listo para dar el salto de calidad que el contexto exigía. "Debo aprender y desarrollar todo aquello que me haga ser un arma en el campo", recuerda Frank.
La sorpresa no tardó en llegar y el 19 de noviembre de ese año, con la competición recién empezada, Kaminsky destrozó los libros de Wisconsin rompiendo el récord de máxima anotación de los Badgers con 43 puntos conseguidos ante North Dakota. Kaminsky había promediado apenas 8 puntos en ese inicio de temporada pero la noche en cuestión anotó 16 de 19 lanzamientos, incluyendo un 6 de 6 en tiros de tres. Traevon Jackson y Sam Dekker, compañeros de Kaminsky ese año, recuerdan lo increíble que fue ser testigo de esa exhibición sin precedentes. "Estaba ahí metido, pocas veces ves a un jugador que realmente sabe que esa noche le va a entrar todo", insistía Dekker.
A partir de esa noche todo cambió para Kaminsky. Su entrenador le otorgó más responsabilidades dentro del equipo y él respondió echándose a la espalda a sus compañeros. Al término de la temporada regular, Kaminsky formó parte del First Team All-Big Ten, el mejor equipo de su conferencia. El año aún no había terminado y el March Madness esperaba. Kaminsky firmó una actuación estelar con 28 puntos y 11 rebotes para que Wisconsin eliminara a Arizona, cabeza de serie del torneo, y pudiera avanzar a la Final Four del campeonato pese a que serían eliminados por Kentucky en el siguiente partido.
El camino a seguir parecía claro y el público esperaba ver a Kaminsky en el próximo Draft de la NBA. La sorpresa fue mayúscula cuando Frank publicó en su blog personal que su plan era volver a Wisonsin la temporada siguiente para completar su ciclo universitario. En ese post Kaminsky explicó que jugar en la NBA siempre había sido su sueño pero que las experiencias que podía vivir con los Badgers no tenían comparación. "Sé que la NBA tiene unos fans increíbles pero a veces veo partidos de equipos como los Charlotte Bobcats con el pabellón medio vacío y me aburro. Prefiero seguir en Wisconsin", reclaraba Kaminsky entonces. La vida le deparaba varias sorpresas al jugador de Illinois.
Previo al inicio de la temporada 2014-2015, los expertos predecían que Wisconsin sería campeón de su conferencia y Kaminsky se encargó de hacerlo realidad. Disputó 39 partidos promediando 33 minutos en cancha y casi 20 puntos por encuentro, además de 8.2 rebotes. Su impacto en el juego de los Badgers era total y el equipo de apoyaba en él para conseguir las victorias. Un récord de 36-9 durante la temporada fue recompensado con el puesto de cabeza de serie en el Madness por primera vez en la historia de la universidad y otro viaje más a la Final Four del torneo de final de temporada.
En la Final Four, Wisconsin tuvo que enfrentarse a Kentucky, el único equipo invicto de la temporada con 38 victorias a sus espaldas. Los Badgers se impusieron a los Wildcats y cortaron la racha histórica de su equipo, consiguiendo así su billete a la final de la NCAA por primera vez en 74 años. En la final los de Wisonsin no pudieron superar al equipo de Duke que se alzó finalmente campeón. Pese a ello, Kaminsky fue nombrado Jugador Universitario del Año de forma unánime por todas las entidades que entregan el premio y lideró a todos los jugadores de la competición en PER esa temporada. Su periplo universitario terminaba con un Frank muy distinto al de su llegada, convertido en hombre y en estrella.
la nba al fin
Tras 4 años en Wisconsin Frank Kaminsky se incorporaba al Draft de 2015 con las expectativas muy altas. Curiosamente fueron los Charlotte Hornets (otrora Bobcats) los que eligieron a Kaminsky en la noche del Draft en la 9º posición. Pese a tildar el juego y la franquicia de aburridos un año antes, Kaminsky inmediatamente gozó de oportunidades en Charlotte. En su temporada rookie consiguió disputar 21 minutos de media por noche y anotar 7.5 puntos por encuentro. Su periodo de college había terminado y empezaba para Frank una nueva época de ajuste, tal y como le pasó en Wisconsin al principio.
El segundo año de Kaminsky en Charlotte trajo consigo hasta 16 titularidades para el ex-Badger y un incremento en minutos disputados para que Kaminsky terminara el año promediando 11.7 puntos y 4.5 rebotes por encuentro, formando parte de la rotación importante de los Hornets en muchas ocasiones. Con casi cinco intentos de tres por partido y un impacto en muchas áreas del juego de su equipo, Kaminsky se iba adaptando a la NBA, consciente de que su aportación en ningún caso podría ser la misma que en la NCAA.
Este año está siendo parecido para Frank Kaminsky. La llegada de Dwight Howard le ha robado parte de su protagonismo pero el jugador nativo de Chicago sigue superando la veintena de minutos jugados y los 10 puntos anotados por partido. Actualmente promedia máximos de carrera en porcentaje de tiros de campo, triples y tiros libres y sigue desarrollando su juego para adaptarse a lo que Steve Clifford quiere de él. Sus recursos en ataque siguen aumentando y su valía desde el tiro de tres hace que los rivales deban estar siempre atentos.
Esta temporada ha traído otra sorpresa para él y es que Wisconsin ha anunciado su intención de colgar la camiseta de Kaminsky con los Badgers en una ceremonia que se celebrará el 15 de febrero en el Kohl Center de Wisconsin. Para Kaminsky ha sido una gran sorpresa: "Esperaba que sucediera algún día pero no tengo más que 24 años y solo llevo 2 años graduado, es un grandísimo honor y orgullo ver que mi nombre va a estar ahí arriba para siempre", contaba Frank hace unos días.
De lo que no hay duda es de la progresión de Frank Kaminsky desde que Mullins, su entrenador en los Wolves de la AAU le dejara fuera del equipo 9 años antes. En palabras del propio Mullins, Kaminsky ha madurado hasta convertirse en un hombre serio y responsable: "Se ha ganado todo lo que tiene. Para Kaminsky el trabajo vino antes que el éxito, no al revés".
Notas de autor:
Aportación al serial 30 Historias NBA de: Jorge Ovelleiro
Este artículo pertenece a la serie de 30 Jugadores - 30 Semanas - 30 Historias que se publica cada lunes en Solobasket:
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