Ir a la saga ¿Por qué era tan bueno...?
Después de hablaros de Toni Kukoc, otra vez tengo la suerte de escribir un artículo sobre uno de los jugadores más grandes de la historia: Drazen Petrovic. Fui su entrenador y testigo de su magia, como entrenador ayudante en la temporada 1984/85 y como primer entrenador en la 1985/86. Un hombre que pasó a ser leyenda después su trágica muerte en Denkendorf, Alemania, concretamente el 7 de junio de 1993 y tras una corta vida deportiva. Donde jugó dejó su sello querido y odiado a partes iguales, pero siempre desde el respeto por un enorme jugador, el ‘Genio de Sibenik’ como le llamaban.
PERSONAL, DRAZEN PETROVIC
Drazen nació en Sibenik, Croacia, entonces Yugoslavia, el 22 de octubre de 1964. Su padre se llama Jole, y trabajaba de policía. Su madre, Biserka, era bibliotecaria y ama de casa. Su único hermano era Alexander, que fue entrenador en la ACB en Sevilla.Las primeras informaciones sobre Drazen empezaron a llegar sobre los años 80. Un jugador joven con más talento que su hermano Aleksandar. Después de jugar su primer año en el primer equipo del BC Šibenka, con tan sólo 15 años, demostró su calidad. Todos los grandes equipos de la antigua Yugoslavia intentaron fichar a Drazen: Partizan, Estrella Roja, Cibona y Yugoplastika. Se decidió finalmente por Cibona. Fue en 1984 cuando le llegó una buena oferta aunque su fichaje fue realmente definitivo gracias a su hermano Aleksandar, que jugaba allí.
¿Qué cómo era Drazen? Muchas personas puede que digan que muy egoísta en la cancha, pero esto depende de la forma de jugar, del entrenador y de sus compañeros. Vale, él sabía que podía anotar y que era el mejor pero en un buen ambiente con jugadores de calidad él pasaba el balón y estaba contento a pesar de no poder saciar algunos vicios. Hacer buenas jugadas como LÍDER.
EL JUGADOR, DRAZEN PETROVIC
Bajo mi punto de vista fue un jugador idóneo para cualquier entrenador. Quería entrenar siempre, deseaba ganar todos los partidos y… meter más puntos. Líder por su propia fuerza. Con él en la cancha todos los jugadores parecían mejores, siempre había espacios para todos. Fue un enamorado de nuestro deporte, fue su vida.
Cuando llegó a Zagreb, tuve mis primeros contactos con él. Yo estaba en el cuerpo técnico como segundo. Él era trabajador, siempre con muchas ganas. Acostumbraba a entrenar más por su cuenta el tiro, dribling y el uno contra uno.
Sin embargo, por encima de todo Drazen era competitivo. Recuerdo en un partido contra Cibona con su hermano Aleksandar jugando allá y él, para BC Šibenka. Aleksandar le pidió a su entrenador, entonces era Mirko Novosel, que quería defender a Drazen. Novosel aceptó. Al principio del segundo tiempo, Aleksandar ya había sido expulsado con cinco faltas. Drazen no respetaba a nadie en ese sentido.Personalmente, como primer entrenador suyo en el Cibona, les explico varios hechos para que conozcan a Drazen en todas sus vertientes:
El primero fue en un entrenamiento antes de partido contra Zalguiris en Zagreb. Zaguiris contaba con casi toda la selección de la URSS con Arvydas Sabonis como gran estrella. Con él también jugaban Sergejus Jovaisa, Rimas Kurtinaitis, Valdemaras Homicius... Dos días antes del partido, hicimos un entrenamiento importante pero en que nada salía bien. Drazen estaba muy nervioso, casi en continuo conflicto con compañeros. Parando constantemente el entrenamiento. Una vez y otra, le avisé, pero ni caso, nada. Hasta que tomé una decisión y les dije a todos que se acababa el entrenamiento por aquel día, que si querían entrenar se quedaran tirando solos pero que yo me iba. Y así lo hice. Al día siguiente llegó Drazen al club por la mañana. Estaba muy triste por la mañana en club. Me acerqué y le dije decepcionado: ¿Qué pasó ayer? ¿Qué te pasa ahora? Él me miró y me pidió perdón por el mal ambiente que había creado en entrenamiento explicando que para él no estábamos preparando un partido normal. Era contra el Zalgiris, y que él no sólo quería ganar si no también demostrar que él era mejor jugador que Sabonis. Eso es demasiada presión para cualquier persona y fue un error por mi parte no prever que eso era lo que le pasaba por la cabeza. La psicología con los jugadores es algo que con los años he tenido cada vez más en cuenta. Bueno, finalmente deciros que ganamos a Zalguiris y que el mejor jugador de aquel partido no fue otro que Drazen.
Otra situación muy interesante se dio a media temporada jugando en Zagreb contra un equipo modesto de nuestra liga doméstica, el Borac –Cacak. No podíamos perder. Como todos los entrenadores pensé en dar un descanso a nuestro jugador más importante, porque la temporada iba a ser larga. Fui a ver y hablar con Drazen para así conocer su reacción. Drazen no estaba de acuerdo: “mi promedio va a bajar, tengo 34,2 por partido y quiero ser el mejor encestador de la historia de (antigua) Yugoslavia” me contestó. Yo acepto, lógico, sus motivaciones, sus deseos y sus sueños eran algo que yo no podía destruir. Me comprometo con él y pactó: “Mira en cuanto llegues 33 o 34 puntos te siento en el banquillo". Pensé que tendría que jugar casi todo el partido. En el segundo tiempo, minuto seis, alcanza los 33. “Drazen, cambio, fuera”. Él contento. Jugó con mucho entusiasmo para los aficionados y demostró su calidad y fuerza mental. Piensen en la situación. Él no dudo ni un momento en que no fuera a meter tal cantidad de puntos. Además, he de decir también, que hizo jugar al equipo con mucha alegría.Eso sí, ahora voy decir que sé perfectamente que, por ejemplo Toni Kukoc hubiera estado encantado de no jugar este tipo de partidos. Drazen me decía que nunca quería dejar de jugar un partido.
Para que se den cuenta que también tenía una buena conexión con los compañeros voy a darles un ejemplo: Partido contra el Olimpia Ljubljana. Varios de los componentes de su equipo habían sido sancionados por alguna razón que ahora no recuerdo y, como consecuencia, llegaron a Zagreb con bastantes juniors, el partido iba a ser poco competitivo. No sé como salió la idea pero nos pusimos todos de acuerdo con que Drazen intentara romper el récord de puntos que hubiera entonces establecido. Y así fue, todo el equipo jugó en defensa a tope pero en ataque, todos los balones iban para él. Total, que anotó 112 puntos. No digo que fuera un partido serio pero sus ganas de meter puntos… ¡aquello fue impresionante! Lo que les intento explicar es que sus compañeros estaban encantados con que consiguiera esa marca y ellos pudieran participar en ello. Esto con un mal ambiente o envidia en un equipo hubiera sido imposible de conseguir.
LA JUGADA QUE MÁS ME IMPACTÓ
Recordar algunas jugadas aisladas de él me resulta casi imposible. Cada momento de su juego tenía algo nuevo, bonito, sorprendente. Creo que le haríamos más justicia si hablamos sólo de partidos enteros. Los partidos más impresionantes que recuerdo como entrenador suyo fueron contra Limoges con 10 triples, 7 de ellos seguidos para un total de 51 puntos y 10 asistencias. También contra Simac Milano a quién entonces dirigía el entrenador Dan Peterson. A pesar de estar Mike D'Antoni en la cancha defendiéndolo... consiguió anotar ¡45 puntos y dar 25 asistencias!
Otro partido a destacar fue cuando conquistamos la Copa de Europa en Budapest (94-82) en 1986 jugando contra el Zalgiris de Arvydas Sabonis y sin nuestros titulares Alexander Petrovic y Andro Knego ya fuera del club. Aquello fue un sueño para él. Y les puedo asegurar que como entrenador de aquel partido que Drazen jugó totalmente para equipo. De hecho, los mejores encestadores fueron Danko Cvjeticanin (24 puntos) y Usic (23). Pero no se engañen, Drazen fue el hombre clave del partido.
CURIOSIDADES
¿Cómo se vio su fichaje desde nuestro país?
Tras cuatro años en la Cibona en 1988 fichó por el Real Madrid... aquello también formaba parte de sus sueños. Por aquel entonces, en nuestro país se hicieron muchas bromas al respecto. “¡Con lo acostumbrado que está a entrenar temprano por la mañana, verás! Cuando él vaya de camino al pabellón por la mañana para tirar se va encontrar algunos miembros de equipo volviendo de la discoteca!” Como dije, todo a modo de broma.
Y su deseo final, después de demostrarlo todo en Europa, sólo estuvo un año en Madrid, fue ir a la NBA con los Portland Trail Blazers. Recuerdo hablar con él y estaba totalmente descontento. Jugaba pocos minutos –poco más de12 minutos por partido-. Sin embargo, el siguiente año pudo aceptar una oferta de New Jersey Nets gracias a un traspaso. Aquello vino en el momento oportuno. Allí acabó la temporada y jugó dos más. Por fin demostró su calidad en la mejor competición mundial.¿Dónde hubiera seguido jugando si no hubiera fallecido?
Cuando falleció aún no había firmado la renovación con New Jersey y flirteaba con Europa ¿Verdaderamente hubiera vuelto a Europa?
Hay algo que no conoce mucha gente. El verano de 1993 en el que Drazen falleció por accidente de tráfico, él tenía una oferta de Nets –acabó su contrato cobrando 1.6 millones de dólares y, se supone, que la nueva oferta iba a ser algo mejor- no obstante, él no estaba muy contento jugando en la NBA. Hasta esa época yo había sido entrenador del Panathinaikos. Hablando sobre esto con Pavlos Giannakopoulos, dueño del club, el decidió que iba ofrecer a Drazen todo lo que quisiera si él decidía venir a Grecia. Yo llegué a hablar con él, sinceramente pensando que no iba a aceptar, pero Drazen, muy práctico, me contestó que si era mejor una oferta que la de los Nets por qué no, se veía firmando con el Panathinaikos. Como dije antes, él estaba bastante desangelado con la NBA. Su mayor disgusto fue el All Star game de 93 en el que no lo eligieron para participar y, sobre la oferta de los Nets, pensaba que merecía más. Por fin, le pasamos una oferta a su agente Warren Legarie. Aquella oferta consistía ni más ni menos que en un contrato de 2 o tres años por 2.2 milones libres de impuestos por temporada, sin contar bonus y etc. Mucho mejor que oferta que la que los Nets le ofrecían. A partir de ahí contactos, negociaciones… Él incluso, declaró sus intenciones de venir a un periódico deportivo en una amplia entrevista pues no había una oferta mejor que la que le llegaba de Grecia.
Su trágica muerte cortó todo y nadie puede decir ahora con seguridad qué podría haber pasado y dónde habría jugado.
Un hombre leyenda, con su monumento en Laussana, su museo, y miembro Basketball Hall of Fame. En todos los equipos dejó algo pero no sólo puntos, duro trabajo, sacrificio y deseo por alcanzar sus sueños deportivos. Cuando pienso en jugadores con su ética de trabajo me viene al recuerdo sólo un nombre, el de Nikos Galis, con quién coincidí también en mi época en Grecia. Tras escribir sobre Toni Kukoc y Drazen Petrovic, toca que la próxima vez que escriba sobre uno de los mejores jugadores que haya entrenado nunca, sea el turno de Nikos.
TAMBIÉN DIJERON DE ÉL a Solobasket.com:
Michael Jordan: "Fue una emoción jugar contra Drazen. Cada vez que compitió, compitió con una actitud agresiva. No estaba nervioso. Él vino hacia mí tan duro como yo fui contra él. Por lo tanto, hemos tenido algunas grandes batallas en el pasado y por desgracia, fueron pocas batallas. Es un gran placer recibir un premio en su honor. Por el poco tiempo que jugó al baloncesto profesional en los EE.UU., fue uno de los pioneros de los jugadores europeos al venir y tener éxito en el los EEUU".
Josep Maria Margall (rival en el Joventut de Badalona): "Lo vi jugar por primera vez en Sibenik, su ciudad. Creo que era un triangular al que nos invitó Zoran Slavnic que antes había sido compañero nuestro en Badalona y en el club de allí (BC Šibenka) él hacía de jugador y entrenador. Diría que el otro equipo era el Estrella Roja pero no estoy seguro. Cuando llegamos al pabellón ya estaban jugando y empezamos a ver el partido. Había un niño de 15 años que no paraba de meter puntos y que cuando encestaba ofrecía su mano a todo el público, éste estaba muy cerca de la pista. Cuando acabó el partido hablamos con Moka y nos dijo que era muy joven pero iba a ser una futura estrella europea. Luego se vio que sería imparable, con muchos fundamentos. Tenía una parada con tiro que luego serviría de ejemplo para enseñar a otras generaciones. En la pista quería ganar como fuera y si hacía falta de pisaba, te agarraba, te pegaba... él sabía que no tenía físico suficiente para defender".
Nacho Solozábal (rival en el F.C. Barcelona): “Drazen fue un jugador genial. Un hombre innovador, con gran talento individual. Sus 1x1 y su tiro le permitían superar cualquier defensa. No obstante, su carácter les jugaba malas pasadas. Era en la pista muy provocador con los rivales y ello le generó muchos problemas”.
Johnny Rogers (compañero suyo en el Real Madrid): "Siempre he respetado como jugador a Drazen por su profesionalidad y su ética de trabajo - nunca he visto a nadie entrenar el tiro (saltando, moviendose) como lo hacia practicamente diariamente con el pobre Clifford Luyk, quien trabajaba un monton recogiendo los tiros que acababan en la red (90% de los veces) y pasando el balon a Drazen durante mucho rato sin parar. Drazen tenia tanto talento pero mentalmente era mas fuerte aún, con mucho orgullo y ambición - era un ganador nato. He disfrutado muchísimo con Drazen competiendo en la pista y fuera de ella riendo de sus bromas... era un tipo alegre, positivo y siempre con una sonrisa".
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