Y no podíamos hablar de Brian Jackson y no hacerlo de Granger Hall… es como hablar de Zipi y no hacerlo de Zape… sería imperdonable. Ambos coincidieron en Huesca durante 6 temporadas. Lo conocí la misma temporada que a Brian Jackson (90-91), pero algo más tarde, ya que vino en febrero a sustituir a un compañero llamado Derek Strong (lo del apellido no era por casualidad). 

Granger no era muy amante de las pretemporadas, eso de correr sin un balón en las manos y fuera de una cancha de baloncesto no lo entendía. Decía que él se dedicaba al baloncesto no al atletismo… A decir verdad, Granger se podía permitir el lujo de no hacer alguna pretemporada que otra, ya que poseía un físico privilegiado. De hecho, los dos años que jugué con el en Huesca se incorporó al equipo más tarde en sustitución de otro jugador americano. Fue en octubre por Wallace Bryant.

A la pregunta que figura en el encabezado de este artículo, la respuesta sería al igual que en el caso de Brian, fácil pero diferente. Me explico: Granger no eran un fino estilista como su compatriota, tenía una mecánica de tiro un poco peculiar (quien no recuerda sus famosos tiros libres… 1… 2… 3…) pero muy efectiva y sobre todas las cosas, destacaba su carácter ganador, su lucha y su entrega… no daba un balón por perdido, se fajaba contra jugadores más grandes y más pesados y sabía como ganarles la partida llevándoselos a su terreno.

La jugada más impresionante que le vi hacer a Granger fue en un partido contra el CAI Zaragoza en el Pabellón Príncipe Felipe. Fue un mate a dos manos después de rebote ofensivo delante de un 2,10 llamado Cozell McQueen. Pero lo más curioso de la jugada es que mientras los demás mortales cuando queremos hacer un mate “a pie parado” necesitamos que uno de nuestros pies se retrase un poco para coger más impulso, Granger simplemente doblando las rodillas se impulsaba como si en vez de piernas tuviera muelles y todo esto, no olvidarlo, delante de un tío de 2,10 cm. Simplemente impresionante

Al igual que Brian, su grado de implicación con el club, la ciudad y sus compañeros era digno de elogio. Fijaos si estaba a gusto en Huesca que hasta se casó con una chica (María Jesús) de una ciudad cercana a Huesca (Almudevar). Aunque residen en New Jersery, según me ha dicho un amigo de Huesca, cada año visitan la ciudad oscense. Es uno de esos compañeros difícil de olvidar, buen jugador y mejor persona, que diría un entrenador por todos conocido.

youtube://v/yLGkJyZM6Ow
En todos sus años en España lo único que no aprendió fue a poner el adjetivo después del sustantivo. Seguía haciéndolo como si hablara en inglés… “Eres la más tonta persona del mundo…” solía decir cuando alguien le gastaba alguna broma pesada. Espero que todo le vaya muy bien a él y a su familia porque de veras que se lo merece.

Un saludo a todos…

TODOS LOS ARTÍCULOS DE LA SERIE:

¿Por qué era tan bueno Nate Davis? Por Anicet Lavodrama

¿Por qué era tan bueno Mahmoud Abdul Rauf (Chris Jackson)? Por Mike Hansen

¿Por qué era tan bueno Clarence Kea? Por Felipe Coello

¿Por qué era tan bueno Brian Jackson? Por Iván Pardo

¿Por qué era tan bueno Mike Schlegel? Por Anicet Lavodrama

¿Por qué era tan bueno Granger Hall? Por Iván Pardo

¿Por qué era tan bueno Audie Norris? Por José Luis Galilea

¿Por qué era tan bueno Epi? Por José Luis Galilea

¿Por qué era tan bueno Walter Berry? Por Quique Ruiz Paz

¿Por qué era tan bueno Juan Antonio Corbalán? Por Quique Ruiz Paz

Zeljko Pavlicevic, cuéntame ¿Por qué era tan bueno Toni Kukoc?

Juan Méndez, cuéntame ¿Por qué era tan bueno Carmelo Cabrera?

Zeljko Pavlicevic, cuéntame ¿Por qué era tan bueno Drazen Petrovic?

¿Por qué era tan bueno Nacho Suárez? Un guiño al jugador total