david nwaba, el nigeriano que rechazó hawaii
David se presentó al Draft de la NBA de 2016 pero nadie se fijó en él. Su último en Cal Poly no había estado mal pero no habían llamado la atención de ningun recruiter de la NBA y David no había sido invitado a ningún campus, entrenamiento o partido de exhibición ese verano. El futuro NBA se tornaba muy negro por momentos para el jugador angelino. Llegó incluso a plantearse dejar el baloncesto si no llegaban ofertas o mudarse al viejo continente en busca de oportunidades. Las mejores propuestas que llegaron de Europa apenas superaban los 700 euros mensuales y David lo tenía claro: "Puedo ganar más conduciendo con Uber".
Los LA D-Fenders de la D-League, el equipo afiliado de los Lakers le ofrecieron unas pruebas privadas pero ni el sueldo ni la propia Liga de Desarrollo terminaban de entusiarmarle. Sin embargo, tras encontrarse sin más oportunidades que esa, David asumió que quizás su futuro no estaba en la NBA. Participó en otras pruebas con los Reno Bighorns que le invitaron a su campus de pretemporada en noviembre para intentar ganarse un hueco en la plantilla. David se montó en el coche y condujo ocho horas desde California hasta Reno pero cuando llegó a su destino le informaron que los D-Fenders se habían hecho con sus derechos. Recuerda que fue el verano más estresante y feliz de su vida, David Nwaba tenía un trabajo gracias al baloncesto.
lejos de la nba
David U. Nwaba es un nigeriano-americano nacido el 14 de enero de 1993 en Los Angeles, California. Hijo de dos inmigrantes procedentes de Nigeria, Theodore y Blessing Nwaba, David es el cuarto de seis hermanos nacidos para el deporte. Puede ser que no todos tengan el éxito de David, pero lo que es seguro es que él tampoco es el mayor triunfador de la familia. Su hermana Barbara es heptatleta olímpica y quedó en 12º posición en los Juegos de Rio de Janeiro, consiguiendo la mejor posición de una americana. David en cambio no empezó a interesarse por los deportes hasta los siete u ocho años y no cogió una pelota de baloncesto hasta los diez. Fue gracias a Kobe Bryant y los Lakers, el equipo de su ciudad, que empezó a descubrir el deporte que marcaría su vida.
Nwaba jugó a baloncesto en University High School (UNI), un instituto público en Los Angeles donde desarrolló su talento por primera vez. En UNI promedió 22 puntos y 11.5 rebotes durante su último año pero el instituto era más conocido por sus logros académicos que por los deportivos por lo que los recruiters de la NCAA no supieron de su talento. Diariamente David hablaba con su entrenador para saber si había noticias de alguna universidad que quisiera ofrecerla una beca para jugar con ellos pero la respuesta era siempre negativa.
Finalmente llegó una carta de reclutamiento: Hawaii Pacific, un programa de la segunda división NCAA estaba interesado en él, pero tenía que decidirse inmediatamente. Nwaba aceptó la oferta de Hawaii y se mudó a la isla para empezar su periplo universitario. Aprovechó la oportunidad para ir a ver partidos de Hawaii University, el programa vecino que sí competía en la D-1 de la NCAA y se dio cuenta de que era ahí donde él debía estar, no en la D-2. En pretemporada, Nwaba se encontró en la parte trasera de una camioneta conducida por su entrenador, camino a las instalaciones de entrenamiento y pensó que ese no podía ser el camino a la NBA; algo debía cambiar.
Pocas semanas después, David Nwaba decidía perderse el resto de la temporada al pedir el transfer de universidad. Recalaría entonces en Santa Monica College, un programa de la NJCAA (Junior College) con el que, en la temporada 2012-2013, promedió 21 puntos, 9 rebotes y más de 2 asistencias por encuentro. Ese no era su lugar, pero sí que era el camino, pensó.
llegada a cal poly
Tras su temporada freshman, Nwaba volvió a solicitar el transfer, esta vez a Cal Poly, una universidad D-1 del estado de California, cerca de su casa. No era una excelente universidad en cuanto a logros deportivos pero Cal Poly permitió a Nwaba enfrentarse a algunos de los mejores prospects del país y colocarse ante las miradas de los ojeadores NBA. "Puede que no haya sido reclutado como estos tíos pero estoy jugando el mismo partido que ellos. Esto es importante", pensaba David entonces.
En Cal Poly jugó sus tres últimos años de universidad. Durante su año sophomore, terminó 8º en su conferencia en porcentaje de tiros de campo y 59º en toda la nación (más de 360 programas). Además, promedió 12 puntos y 5 rebotes en 30 titularidades durante el año, ganándose la confianza del entrenador progresivamente. Su temporada junior fue de crecimiento y mejora personal. En Cal Poly, Nwaba promedió estadísticas muy similares al año anterior pero se destacó como una fuerza defensiva a la que prestar atención. Su entrenador destacaba su garra y sus aptitudes en ese lado de la cancha como una de sus mejores virtudes. Consiguió su tope de anotación con 21 puntos ante Gonzaga, uno de los grandes equipos de la competición y ante diversos ojeadores NBA.
En su temporada senior, la última en Cal Poly, Nwaba soñaba con terminar en el mejor equipo de la conferencia a final de año y ser elegido en el Draft, pero el año le depararía muchas sorpresas. En el apartado exclusivamente deportivo, David promedió 12.5 puntos, 6.4 rebotes, 3.5 asistencias y más de un robo por encuentro en 30 partidos disputados. Para él suponían medias mejoradas en casi cada categoría y terminar su periplo en la universidad con unas marcas históricas en Cal Poly (top-15 en rebotes y el vigésimo tercer jugador en superar los 1000 puntos).
Sin embargo, al final de la temporada 2015-2016, cuando la liga publicó los premios de conferencia, Nwaba no estaba en el primer equipo, ni el segundo, ni el tercero... El jugador angelino simplemente recibió una honorable mention de la liga, que en sus ojos, no valía para nada. Ahora tocaba presentarse al Draft sin apenas expectativas ya que ningún equipo le había ofrecido realizar entrenamientos con ellos ni se había puesto en contacto con él. El sueño de la NBA se esfumaba por momentos.
"quiero quedarme aquí"
El verano fue duro para Nwaba. Se presentó a distintos workouts en California y fuera del estado, participó en exhibiciones y entrenamientos de verano pero nadie pareció mostrar interés en él. Llegó a plantearse dejarlo o aceptar una oferta infrapagada en Europa pero una oportunidad con los D-Fenders de la D-League le hizo quedarse. Tras probarse primero con los Reno Bighorns y ser traspasado al equipo afiliado de los Lakers, Nwaba empezó a preparar la temporada con ellos con la sensación de que su carrera volvía a estar en buen camino.
"Todos en la D-League están centrados en un objetivo: que te llamen para la NBA. Todos buscábamos eso y jugábamos lo mejor que podíamos para que los de arriba se fijaran en nosotros", recuerda David de su tiempo en la D-League. En febrero de ese mismo año, su entrenador le llamó con una gran noticia: Los Lakers te ofrecen un contrato de 10 días para que debutes con ellos. "Mamá, soy un Laker", recuerda que fue lo primero que dijo a su madre cuando la llamó nada más saber la noticia. Nwaba recordó entonces esos viajes en la camioneta en Hawaii apenas 4 años antes; ahora viajaría en el avión privado de los Lakers.
Esa temporada los Lakers ofrecieron dos 10-day contracts a Nwaba y finalmente decidieron firmarle con un contrato para todo el año. Su tope de anotación llegaría apenas dos meses después de su primera llamada, el 1 de abril cuando anotó 19 puntos en el feudo anual ante los Clippers. Nwaba recuerda que en su primer partido Luke Walton le llamó para salir a cancha y le dijo "Tu coges a Kemba" e inmediatamente sintió que sí, había llegado realmente a la NBA. Los Lakers le cortaron a final de temporada pero David sabía que lo más difícil ya había pasado, ahora solo tenía que seguir trabajando y demostrar que tenía un hueco en la liga.
Con los Lakers había promediado 6 puntos y 3 rebotes con casi un 60% de acierto en tiros durante la temporada, números que sirvieron para que Chicago se fijara en él y decidiera recogerle tras ser cortado por los Lakers. Nwaba empezó la temporada 2017-2018 con los Bulls y con la confianza repuesta. "Mi objetivo ha cambiado ahora; ya no busco entrar en el equipo sino que quiero quedarme. Sé que si trabajo, puedo conseguirlo", contaba el propio David a principios de año. Esta temporada ha disputado 71 encuentros (21 de los cuales como titular) y ha promediado 8 puntos y casi 5 rebotes por partido. Pero la mayor virtud de Nwaba sigue siendo su defensa, tal y como le dijeron en Cal Poly.
David Nwaba sigue siendo un jugador sin tiro. De entre todos los guards de la NBA, este año solo Ben Simmons ha intentado menos lanzamientos de triple que él. Tanto es así que hay 34 pívots en la liga que han lanzado de lejos más que Nwaba esta temporada. La media distancia presenta los mismos problemas para el jugador de los Bulls. A parte de haber intentado solo 17 triples, nada más que dos tiros han sido lanzamientos en suspensión este año, mientras que el resto de sus 163 tiros han ocurrido dentro de la zona. Esto no parece suponer un problema para Fred Hoiberg: "David sabe quien es y no va a intentar nada fuera de eso. Sigue siendo el defensor más versatil que tenemos en el equipo, su trabajo es esencial".
Su defensa se ha vuelto un aspecto de éltie dentro de su juego. Este año tiene una media de 7.1km/h de velocidad en situaciones defensivas, la tercera más alta en la liga (solo por detrás de Andre Robertson y Cory Joseph) y lidera a los Bulls en rating defensivo, la estadística que calcula el número de puntos permitidos por el equipo con dicho jugador en pista. Además, Nwaba ha demostrado ser capaz de defender en la mayoría de las posiciones sobre la cancha, ya sea el base rival o un ala-pivot; su versatilidad se lo permite.
El futuro de Nwaba en Chicago, por primera vez, no está en el aire. Tras muchos años de sudor, esfuerzo y decepciones, David siente que ha encontrado un hogar en el que poder permanecer durante un largo periodo. Su periplo universitario fue difícil y su opciones de alcanzar la NBA parecían mínimas, pero Nwaba es el ejemplo perfecto de que el trabajo y el sacrificio son herramientas clave cuando de alcanzar tu sueño se trata. A Nwaba, a sus 25 años, le espera una carrera en la NBA que le llevará donde él mismo decida gracias a su defensa y en base a su mejora en el tiro. De lo que no hay duda es de que este chico humilde y poco hablador, pronto dará mucho que hablar en la liga.
Notas de autor:
Las anécdotas recogidas en esta pieza corresponden al artículo escrito por el propio Nwaba en The Players Tribune.
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