El del sueño americano, el de los Estados Unidos como tierra de las oportunidades, es un típico-tópico muy extendido que, en algunos casos, se cumple a rajatabla. En esta nuevo artículo de la serie “Historias de (Solo)Basket” vamos a recordar a algunos de esos jugadores que tras conocer el infierno, tuvieron la posibilidad de recibir una oportunidad para demostrar su valía y la aprovecharon hasta lograr tocar el cielo baloncestístico. Es la historia del triunfo del trabajo y de la voluntad irreductible. Aquí van una serie de ejemplos que personifican a la perfección el ideal del sueño americano.
John Starks (10-VIII-1965) es uno de los jugadores más carismáticos que ha pasado por los Knicks de New York en las últimas décadas. Un jugador de sangre caliente y aguerrido en la cancha que fue uno de los favoritos del Madison en la década de los 90. Stars era un escolta de gran tiro exterior e intensa defensa que durante aquella época fue considerado uno de los pocos jugadores capaces de parar a Michael Jordan. Junto con Ewing, llevó a los Knicks a las finales de 1994. En el 6º partido de aquellas series estuvo a punto de darle el anillo a los de la Gran Manzana, pero, tras un gran encuentro, su tiro ganador fue taponado por Olajuwon (en el 7º encuentro Starks completaría un partido para olvidar, firmando un horrible 2/18 en tiros de campo). Jugador emocional donde los hubiera, dejó para la historia acciones como aquel mate ejecutado sobre Jordan y Grant en el 2º partido de las Finales de Conferencia de 1993. En su curriculum, 1 aparición en All-Star (1994), 1 elección como mejor 6º hombre de la liga (1997), además de ser incluido en el 2º Quinteto Defensivo de la temporada 1992-93.
El mate por excelencia de Starks:
youtube://v/JIlwUgdp3BM
Pues bien, el camino hacia el éxito fue de todo menos fácil para el bueno de John Starks. Creció en el seno de una familia uniparental, en un ambiente poco edificante (un hermano suyo acabó largo tiempo entre rejas). En su formación como jugador de baloncesto, pasó por 4 colleges diferentes hasta recalar en la Universidad de Oklahoma State, donde completó un destacado año senior (temporada 1987-88), en el que promedió 15.4 puntos, 4.7 rebotes y 4.6 asistencias por encuentro. Sus buenos números no le sirivieron para que las franquicias NBA se fijaran en él, quedando fuera del draft de 1988. A pesar de todo, logró una plaza en la plantilla de los Warriors, pero fue cortado de cara a los play-offs, tras disputar únicamente 36 partidos, a una media de 8 minutos en pista en cada actuación, en los que promediaría unos pobres 4.1 puntos, 1.1 rebotes y 0.8 asistencias.
En el verano de 1989 no lograría un hueco en ninguna de las plantillas de las franquicias de la NBA, por lo que tuvo que recurrir a la CBA, enrrolándose en los Cedar Rapids Silver Bullets, equipo en el que destacaría (21.7 puntos, 5.3 rebotes y 5.5 asistencias por encuentro), lo que le valdría para participar en el All-Star de aquella liga de desarrollo. Starks trabajaba día a día para mejorar su juego, ambicionaba triunfar como jugador NBA y no cejaría en su empeño. Aún tuvo que jugar en la WBL (World Basketball League) con los Memphis Rockers para lograr una segunda oportunidad en el verano de 1990. Los Knicks creyeron en aquel jugador de ya 25 años que mostraba una actitud y ética de trabajo irreprochables, proporcionándole un contrato por un salario mínimo, 120.000$ … Con el tiempo Starks les devolvería, con creces, toda la confianza depositada. Durante la pretemporada se lesionaría el tobillo intentado realizar un mate por encima de Pat Ewing. Esa lesión le impediría debutar con los Knicks hasta diciembre de 1990, pero también le salvaguardaría de ser cortado, ya que la normativa NBA impide cortar del roster a un jugador incluído en la lista de lesionados. Debutaría el 7 de diciembre en la cancha de los Bulls. 10 minutos en los que no iría más allá de los 4 puntos y 2 asistencias. Poco a poco iría ganándose minutos en pista, convirtiéndose en un recambio de garantías de Gerald Wilkins. En la parte final de la temporada, y aprovechando una inoportuna lesión del hermano de Dominique, Starks saldría de titular durante algunos encuentros, firmando actuaciones como los 25 puntos, 1 rebotes y 4 asistencias ante los Nets el 30 de marzo de 1991. Starks acabaría la temporada con unos prometedores 7.6 puntos, 2.1 rebotes y 3.3 asistencias de media. Había llegado para quedarse. Ya nada, ni nadie, le iba impedir cumplir su sueño de triunfar en la mejor liga del mundo.
La 2ª temporada (la 1991-92) de Starks en los Knicks sería la de su afianzamiento en la liga. Establecido ya su rol de escolta de rotación que ofrece descanso al titular Gerald Wilkins, sus minutos irían creciendo y su protagonismo aumentaría de forma exponencial. A pesar de salir los 82 partidos de la liga regular desde el banquillo, lograría unos estupendos 13.9 puntos, 2.3 rebotes y 3.4 asistencias por encuentro, lo que le situaría entre los mejores sextos hombres de la competición. Además, se había ganado el corazón de los aficionados del Madison gracias a su pundonor y su carácter ganador. La siguiente temporada daría el salto a la titularidad, convirtiéndose en un hombre clave en los exitos cosechados por los Knicks a mediados de la década de los 90.
Su ciclo en los Knicks acabaría en el verano de 1998. Ya con 33 años cumplidos, dejaría la Gran Manzana como líder histórico en los Knicks en triples convertidos (982), además de dejar su impronta en la memoria colectiva de una de las franquicias más famosas de toda la NBA. Comenzaría entonces un periplo por Warrios, Bulls y Jazz, dejando el baloncesto en activo en la temporad 2000-01.
Para conocer más acerca de la biografía de este bravo jugador, es realmente recomendable su autobiografía My Life.
Video tributo a John Stark (incluye su famoso mate ante los Bulls):
youtube://v/vHe4e5-cQks
Precisamente en los Knicks, Starks coincidiría con el siguiente protagonista de este “Historias…”, nos referimos a Anthony Mason (14-XII-1966). Mason es otro buen ejemplo de jugador que tuvo que recorrer su propia travesía por el desierto hasta lograr tocar el cielo en su carrera profesional. Formado en la Tennessee State University, en la que promedió unos espectaculares 28 puntos, 10.4 rebotes y 3 asistencias por partido en su año senior, fue elegido en la 3ª ronda del draft de 1988 por los Blazers (elección 53). No logró una plaza en el roster de los de Oregón y empezó un peregrinaje por Turquía (Efes Pilsen), Venezuela (Marinos de Oriente) y las ligas de desarrollo norteamericanas como la CBA (Tulsa Fast Breakers) o la USBL (Long Island Surf). En ese tiempo lograría un par de contratos temporales con los Nets (21 partidos) y Nuggets (3 partidos), pero su participación en el juego sería muy marginal.
La oportunidad de su vida llegaría en el verano de 1991, cuando se ganó con el sudor de su frente un contrato con los New York Knicks. Este desconocido ala-pívot de corta estatura (2.01), físico poco estilizado y de juego heterodoxo y poco estético sorprendió a toda la liga aquella temporada. Mason había entrado duro en verano llegando a ganar 20 centímetros de salto vertical. Pat Riley le dio la responsabilidad de ser el hombre de refresco de uno de los jugadores más duros de la Liga, Charles Oakley. Y Mason respondió al reto. Con 7 puntos y 7 rebotes de media ofreció intensidad defensiva y trabajo, mucho trabajo, en aquellos Knicks del Ugly Ball. Durante las siguiente temporadas Anthony Mason siguió cumpliendo con el rol de 6º hombre de la plantilla, ganando temporada tras temporada peso en el equipo. Además de su característica lucha e intensidad, su juego iba ganando en aspectos como el pase y el tiro de media distancia. Disputaría con los Knicks las finales de 1994 y en 1995 sería galardonado con el premio al mejor 6º hombre de la Liga, merced a sus 9.9 puntos, 8.4 rebotes y 3.1 asistencias por encuentro en la temporada 1994-95. A partir de esa campaña, dejaría el banquillo para ser titular habitual.
youtube://v/E9DmWmt5IE4
En 1996, los Knicks lo traspasarían a los Hornets, junto con Brad Lohaus, a cambio de Larry Johnson. Con los Hornets completaría 3 grandes campañas. Especialmente brillante sería la temporada 1996-97, en la que promediaría 16.2 puntos, 11.4 rebotes y 5.7 asistencias, números que le valdrían ser incluído en el 3º Quinteto Ideal de la Temporada, además de estar presente en el 2º Quinteto Defensivo de aquella campaña. Era ya un estrella de la liga; alejado de la espectacularidad de otros grandes nombres de la NBA, era un jugador consistente, tremendamente versátil y muy productivo. Una estrella distinta, heterogenea y pintoresca. Poco estético, poco atlético, pero con una garra y una fortaleza a prueba de bomba.
Más tarde llegaría Miami (franquicia con la que llegó a disputar en All-Star de 2001) y los Bucks, donde acabaría su carrera en 2003, con 36 años, ya fuera de forma y con sobrepeso evidente. Sus genes son llevados en la sangre por sus dos hijos, Anthony Jr (recién licenciado en la Universidad de Saint John´s y buscando actualmente una plaza en la NBA) y Antoine (jugador de la Universidad de Niagara).
Anthony Mason en acción:
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Otro jugador cuya biografía y perfil como jugador tiene muchos puntos en común con los anteriores es Mario Ellie (26-XI-1963). Muchos lo recordarán como ese secundario de lujo en los Rockets campeones en 1994 y 1995 y en los Spurs que ganaron el anillo en 1999. Un escolta-alero de gran pundonor, oficio y energía, especialista en hacer el trabajo sucio en defensa y de anotar canastas en penetración y a través de un tiro de 3 puntos que, aunque de mecánica un tanto lenta, fue ganando en efectividad con los años. Apodado SuperMario, dejó para la historia jugadas como la de aquel triple ganador en el 7º encuentro de las series ante los Suns en las Semifinales de Conferencia de los Play-offs de 1995 (canasta conocida como The kiss of the death). Muchos momentos brillantes para un jugador que, como los anteriores, prácticamente surgió de la nada.
Tras compartir High School con el mismísimo Chris Mullin, este neoyorkino amante de los playground callejeros (donde era denominado como “The Jedi” y hacía estragos junto con su hermano Clark, fallecido en accidente en 2009) continuó su formación en la American International College de Springfield. En aquel modesto college completó un periplo de 4 años, donde rindió a buen nivel, pero fue insuficiente para lograr una buena plaza en el draft de 1985, en la que fue elegido en 7ª ronda (posición 160) por los Bucks de Milwaukee, franquicia que no le ofreció oportunidad alguna.
Ahí comenzó un periplo de 6 años, en los que Ellie jugó en Portugal (Ovaerense), Argentina (Unión Santa Fe), Irlanda (Killester), además de las USBL (Miami Tropics), CBA (Albany Patroons) y WBL (Youngstown Pride) norteamericanas. En 1990 estuvo a punto de encontrar un hueco en el roster de los Lakers, pero tuvo que retornar de nuevo a la CBA, concretamente a los Patroons de Albany. Con el conjunto entonces dirigido por George Karl firmaría un inicio de temporada espectacular, promediando 24.4 punto, 5.7 rebotes y 4.8 asistencias por encuentro. Gracias a su fantástico rendimiento en la CBA se ganaría en diciembre de 1990 su primer contrato temporal en la NBA, de tan sólo 10 días, con los Sixers. Un rookie de 27 años. Tras 20 minutos disputados en 3 encuentros, tuvo que volvió a la CBA. Pero la suerte le volvió a sonreir; los Warriors le llamaban para sustituir temporalmente al lesionado Sarunas Marciulionis. Era precisamente Don Nelson, coach de los Bucks en 1985, el entrenador de esos maravillosos Warriors del TMC (Tim Hardaway, Mitch Richmond y Chris Mullin). Ellie se adaptaría a la perfección al juego dinámico de los de Oakland, convirtiéndose en poco tiempo en un jugador de rotación que saltaba a la cancha habitualmente. Tras promediar 7.7 puntos, 3.6 rebotes y 1.5 asistencias en 30 encuentros de la fase regular, sería partícipe de una de las epopeyas más bellas de la edad moderna de la NBA: la eliminación de los poderosos Spurs a manos de los Warriors en 1ª ronda del Draft, con unos Warriors jugando con 4 bajitos y un alero (Tom Tolbert) que lograron desquiciar a Robinson y los suyos. Comenzaba, así, a lo grande, una carrera tardía pero llena de éxitos para Mario Ellie en la NBA.
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Tras los Warrios llegarían los Blazers (1991-92), hasta ser tradeado a los Rockets, donde se convirtió en pieza clave en los 2 anillos logrados por los de Houston en 1994 y 1995. Más tarde pasaría por los Spurs donde, con el mismo rol en la cancha, sería instrumental en el campeonato logrado por los de Texas en 1999. Su retirada llegaría en 2001, tras una última temporada defendiendo los colores de los Suns de Phoenix. Con los de Arizona y ya con 37 años, todavía lograría unos buenos 7.1 puntos, 3.7 rebotes y 3.1 asistencias en su campaña de despedida.
La garra de Mario Ellie:
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Starks, Mason y Ellie no son los únicos ejemplos de jugadores que llegaron desde la nada a triunfar en la NBA. Podemos mencionar otros nombres cuyo historial NBA puede no ser tan espectacular como los anteriormente citados, pero que tuvieron una carrera realmente sólida en la Liga.
Un caso singular es el de Charles “Bo” Outlaw (3-IV-1971), un ala-pívot de 2.03 de estatura que basó su carrera en la NBA en su tenaz defensa y buenas condiciones atléticas (y poseedor, por cierto, de una de las mécanicas de lanzamiento de tiros libres más poco estéticas y eficaces de la historias). Uno de esos especialistas que son tan apreciados en la NBA. 15 temporadas a sus espaldas (1994-2008) con pasos por los Clippers, Magic, Suns y Grizzlies para un jugador que tras graduarse en 1993, no fue drafteado y tuvo que emigrar en Europa para jugar con el ¡filial del Estudiantes! Llegó incluso a debutar con Estudiantes en ACB sustituyendo a aquella apuesta fallida de los de Magariños, estrenándose en el viejo continente en la 3ª división alemana.
Todas las Historias de (Solo)Basket:
Aquí te dejamos el listado de toda la serie:
2008:
- La selección USA de David Robinson conquista La Casilla
- Anotando en la canasta equivocada
- Fernando Martín, de gira por España con estrellas de la NBA
2009:
- Del One on One al NBA 2k9 (videojuegos de basket)
- White men can dunk
- Terence Stansbury, pasión por el mate
- Yo una vez fui un crack de esto
- Fernando Romay, de costa a costa
- ¡El Atlético de Madrid de Jesús Gil llega a la ACB!
- Los pequeños grandes hombres de la zona
- Mis monstruos favoritos (el reverso tenebroso de los dorados 80 en la NBA)
- Circuito de Baloncesto Profesional (CBP), una efímera ABA a la española
- Resurrecciones
2010:
- Cuádruple-Doble, la actuación perfecta
- Recopa ’91, el infierno griego en Ginebra (con la colaboración de Manel Comas)
- Dinosaurios NBA, última estación – Europa
- Del anonimato al estrellato. El sueño americano
2011:
2012:
- Talento desperdiciado, los jugadores que “se dejaban llevar”
- ¡Baloncesto y Rock’n’roll!
- Adrian Branch, chupón entre chupones, el recordman oculto de la historia de la ACB
- Talento desperdiciado (II), los europeos que “se dejaban llevar”
- Riccardo Pittis, el arte de la reinvención
2013: